Alrededor
de 70 mil argentinos padecen una degeneración macular que les impide
ver con nitidez y les ocasiona problemas para realizar actividades como
leer y manejar, explicó un grupo de médicos al presentar un nuevo
tratamiento para mejorar la visión de esos pacientes.
La
degeneración macular húmeda es una enfermedad que afecta al 1,1% de la
población mayor de 65 años y ocasiona inconvenientes en la visión
central, debido a que perjudica la zona de la retina.
Mario Saravia,
jefe del Servicio de Oftalmología del Hospital Universitario Austral y
secretario de la Sociedad Argentina de Retina y Vítreo (SARYV) explicó
que las degeneraciones maculares “aparecen en cerca del 10% de los
mayores de 65 a[os, pero no todos ellos van a tener un deterioro severo
de la visión”. En ese sentido, Saravia puntualizó que “uno de cada
diez pacientes de ese grupo va a sufrir con el tiempo la degeneración
macular húmeda o exudativa, que es particularmente lesiva y representa
un alto impacto en la salud visual de la población”. TERAPIA
INNOVADORA. Los afectados por esa enfermedad se ven impedidos de
realizar actividades cotidianas como leer, manejar y generalmente, se
les dificulta el reconocer rostros o ver con nitidez algunos objetos. Las
estadísticas que maneja la Organización Mundial de la Salud (OMS)
indican que la degeneración macular húmeda la padecen cerca de 30
millones de personas en el mundo y en Argentina, los afectados
ascienden a alrededor de 70 mil pacientes. La nueva terapia para
esa enfermedad que fue presentada en Buenos Aires consiste en la
aplicación de la droga ranibizumab para bloquear la formación y
crecimiento de nuevos vasos sanguíneos enfermos y los fluidos por
debajo de la retina, que desarrollan la forma húmeda de la degeneración
macular. Posteriormente, los pacientes tratados deberán realizar
un monitoreo oftalmológico mensual para observar el estado de la
enfermedad. Saravia destacó que “la nueva droga logra detener e involucionar el da[o que está en curso”. Acotó
que “antes lo único que podíamos hacer cuando la retina comenzaba a
dañarse era tener una conducta expectante y ahora, podemos frenar y
hacer retroceder ese deterioro recuperando el tejido que no está
dañado”. Por su parte, Virgil Alfaro, profesor de Oftalmología de la
University of South Carolina, consideró que “para los pacientes, la
nueva terapéutica significa poder recuperar la agudeza visual”. Insistió
en que “antes hablábamos de éxito cuando el paciente no perdía la
visión o la pérdida era escasa, pero en la actualidad hablamos de
recuperar o mantener visión apta para tareas diarias como leer”. DAÑO
PRODUCIDO. La forma húmeda de la degeneración macular es la que causa
la mayor parte de pérdida de visión y se asocia con el crecimiento
patológico de nuevos vasos bajo la mácula, que son frágiles y causan
pérdida de fluidos y sangre. Si no se trata, se desarrolla una
cicatriz en el tejido y se destruye la mácula que es una zona en el
centro de la retina de forma oval, en la cual la vista alcanza su
precisión máxima y que facilita ver los colores. Alfaro indicó que
“cuando estos vasos se rompen, sangran, se acumula sangre por debajo de
la retina, la cual al coagularse provocan un deterioro definitivo en la
compleja arquitectura retinal”. El daño producido por la degeneración
macular es denominado en ocasiones “ceguera legal”. Federico Furno
Sola, director del Centro de Oftalmología de Rosario, explicó que se
entiende que padecen ceguera legal “aquellos pacientes que, sin tener
una ceguera total, padecen una severa disminución de su visión, a tal
punto que sus actividades habituales se ven muy restringidas”. Sola
acotó que “por definición presenta ceguera legal aquel paciente que en
el ojo de mejor visión tiene una agudeza visual de 20/200 o un campo
visual menor a 20 grados”. Se estima que el 40 % de los pacientes
con degeneración macular húmeda en un ojo, probablemente presentará la
enfermedad en el otro ojo, en un período de cinco años.
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