Hace ya 84 años que George Nicholas Papanicolaou postuló la idea de
hacer un examen por raspado del cuello uterino para detectar el cáncer
cervical en las mujeres. Pero aún hoy los adolescentes de la Capital lo
desconocen: el 74.4% de los encuestados no sabe qué es el test de
Papanicolaou.
El dato forma parte de una encuesta a 2.110 adolescentes escolarizados
de la Ciudad de Buenos Aires entre mayo y noviembre del año pasado. Fue
realizada por un grupo de investigadores del Programa de Adolescencia
del Hospital de Clínicas de la Universidad de Buenos Aires, integrado
por José Méndez Ribas, Teresa Mila, Mónica Novello y Marcela Aszkenazi.
La Sociedad Argentina de Ginecología Infanto-juvenil recomienda hacer
el primer PAP en las mujeres después del inicio de las relaciones
sexuales. Sin embargo, el 42,3% de los varones y el 37,7% de las
mujeres, de entre 12 y 19 años que contestaron la encuesta, ya habían
iniciado su vida sexual. La edad promedio fue 14,7 años.
La mayoría de adolescentes (74,4%) no sabía qué era el PAP. Sólo el 36%
de mujeres y el 14% de los varones entrevistados manifestó conocer para
qué sirve ese análisis. "El desconocimiento implica que hace mucho que
no se hacen campañas constantes para recomendar a las mujeres que, a
partir del inicio de las relaciones sexuales, deben realizarse el PAP",
opinó el profesor Méndez Ribas.
En tanto, Felipe Galmarini, director de la carrera de médico
especialista en oncología de la Facultad de la UBA, quien no participó
en el trabajo, fue contundente: "Significa que no hay una buena
educación para la salud". El conocimiento del PAP es crucial: cuanto
más temprano se detectan las lesiones cancerosas y precancerosas por
medio del PAP (acompañado de la colposcopía), más chances hay de
controlar la enfermedad. En la Argentina, se producen 33 casos de
cáncer de cuello uterino por cada 100.000 habitantes.
La encuesta reveló que el 94,3% de los adolescentes desconocía la
infección por virus del papiloma humano (VPH). Hay 4 cepas de ese virus
que son más frecuentes y pueden causar el cáncer de cuello uterino.
Sólo el 6% sabía que ese virus se transmite a través de las relaciones
sexuales y apenas el 5% tenía conocimiento de la existencia de una
vacuna.
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