Lucía nació el pasado mes de agosto en el hospital del Vall d´Hebrón de Barcelona, aunque su abrazo a la vida lo hizo dos meses atrás, cuando aún estaba en el vientre de su madre y fue intervenida con una técnica de cirugía endoscópica intrauterina que es pionera. Un equipo médico del hospital barcelonés logró salvar a Lucía tras practicarle una cirugía fetoscópica, cuando todavía era un feto de 21 semanas. Con un láser embutido en una cánula endoscópica de 3 milímetros de diámetro, cortaron una brida amniótica -un apéndice fibroso que se desprende de la membrana amniótica que rodea al feto-, que estrangulaba el cordón umbilical y la parte inferior de su pequeña pierna izquierda.
De no haberse resuelto, la anomalía, que se detectó con
una ecografía de control rutinaria, hubiera causado la muerte fetal por
sección del cordón umbilical y, en el menos traumático de los casos,
habría producido la amputación parcial de la pierna izquierda por falta
de riego sanguíneo.
Este tipo de intervención se ha realizado en otras
ocasiones con cirugía abierta -abriendo el útero y no perforándolo por
un solo punto-, pero es más arriesgada. De hecho, lo logrado por el
equipo de Vall d´Hebrón, según confirmó ayer Elena Carreras,
codirectora del programa de cirugía fetal de este centro, es un hito.
Es la primera vez en el mundo que se aplica la técnica fetoscópica para
liberar una brida amniótica que constreñía un cordón umbilical. Y la
primera vez en Europa que se utiliza para salvar una extremidad
comprometida por este tipo de apéndices fibrosos, ya que hasta ahora
sólo se había realizado en tres ocasiones, y en Estados Unidos.
Según explicó el doctor José Luis Peiró, codirector del
programa de cirugía fetal, la operación para salvar a Lucía duró 55
minutos y requirió de anestesiaa epidural para la madre y de general
para el feto. Se introdujo en el útero de la madre una cánula
endoscópica que contiene un láser y una cámara y, guiados a su vez por
una ecografía, se seccionó la brida amniótica.
La intervención, como suele ocurrir en cualquier cirugía
intrauterina, aunque más a menudo en las cirugías abiertas, adelantó el
parto, por lo que Lucía nació prematura a las 28 semanas. Su estado de
salud era óptimo y su maltrecha pierna, tras una nuevo retoque
quirúrgico postnatal, se recuperó y ya ha sido dada de alta. «Podrá
caminar y correr», afirmó el doctor Màrius Aguirre, ortopeda
pediátrico, aunque precisó que falta por comprobar si en la pierna
afectada la paciente perderá un poco de sensibilidad.
El origen de la formación de las bridas o bandas
amnióticas es aún un tema en investigación, pero según explicó la
doctora Carreras, en uno de cada 30.000 gestaciones aparece esta
anomalía. El secreto para evitar problemas, dijo Carreras, es
detectarla cuando antes mejor, mediante ecografías convencionales,
aunque a menudo la dificultad radica en que no se hacen claramente
visibles hasta que ya están estrangulando alguna parte del feto.
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