En contra de lo que se creía hasta el momento, hacer que una mujer rompa aguas perforando las membranas que envuelven al feto no reduce la duración de las primeras fases del parto, según una revisión de la Cochrane.
Uno de los procedimientos que se realizan con mayor frecuencia en la
práctica obstétrica, sobre todo en algunos países, es la perforación
artificial de las membranas. Una de las indicaciones de esta rotura de
aguas provocada es acelerar el parto ya que se cree que estimula la liberación de prostaglandinas y oxitocina que aumentan las contracciones.
La amniotomía, término médico por el que se conoce esta maniobra, se suele practicar en partos que se prolongan demasiado,
hecho que puede provocar muchos problemas para la madre y el bebé. Como
contrapartida, esta rotura de las membranas conlleva ciertos riesgos
aunque pocos estudios se han centrado en ellos.
Una revisión de la 'Cochrane Library'
ha analizado varios trabajos acerca de la amniotomía y sus efectos
sobre la evolución del parto para "determinar su eficacia y seguridad",
tal y como señalan los autores. En total, detectaron 14 investigaciones
que cumplían los requisitos con cerca de 5.000 participantes.
El análisis no mostró diferencias significativas entre la rotura
artificial de las membranas y la no intervención en ninguno de los
puntos revisados. Sin embargo, el riesgo de cesárea era sensiblemente mayor para el grupo de la amniotomía y las posibilidades de tener un parto disfuncional menores.
"No recomendamos la práctica rutinaria de la amniotomía
como parte estándar de la atención y cuidado del parto", señala Rebecca
Smyth, una de las autoras de la revisión. Los estudios analizados
tampoco demostraron que esta técnica redujera la duración de la primera
fase del parto. "No podemos hacer una recomendación explícita acerca
del uso de la amniotomía para acortar el parto espontáneo", concluyen.
Para Smyth y Sarah K Alldred, la otra autora de la revisión, a la
luz de sus hallazgos "hay que informar a las mujeres de que no acorta
la primera y segunda fase del parto, de que no afecta al grado de
satisfacción de la mujer con la experiencia de dar a luz y que no hace
que el bebé esté en mejores condiciones justo después de nacer". Lo que
queda patente con esta revisión, subrayan, es la necesidad de llevar a
cabo "estudios grandes y bien diseñados" sobre el tema.
En España se practica la amniotomía sobre en tres casos concretos:
para dirigir un parto con mala dinámica (contracciones deficientes),
cuando el líquido amniótico está teñido y hay que evaluarlo y cuando es
necesaria una monitorización interna. "Como método único de inducción
al parto no tiene efecto", explica a elmundo.es María Jesús Cancelo,
ginecóloga del Hospital de Guadalajara. "Pero si la mujer está de parto y no está evolucionando bien, sí es útil", añade.
|