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Nueva propuesta. Según especialistas, no se denuncian las afecciones profesionales. Procuran que la medicina ocupacional no sea un mero control de ausentismo. Argentina, a contramano del mundo.

Según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el deterioro de la salud que se produce en el ámbito laboral corresponde en un 80% a enfermedades profesionales y en un 20% a accidentes de trabajo. A contramano de esos datos, en la Argentina, el 80% de las denuncias recibidas en la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT) -que monitorea el desempeño de las ART- se deben a accidentes de trabajo y sólo el 20% a enfermedades profesionales. El dato pareciera indicar que el trabajo no es una fuente de enfermedad significativa; pero la realidad, según los especialistas, es que existe un subregistro de afecciones profesionales, producto de la falta de entrenamiento médico y de una adecuada política de Estado en salud laboral. Actualmente, la medicina del trabajo es un mero control del ausentismo.

“El sistema de denuncias se privatizó a través de las aseguradoras de riesgo, y cuando en Salud y en Educación aparecen actores con fines de lucro se desdibujan las acciones y de la prevención se pasa a un fin económico”, sostuvo la coordinadora de la sección de Enfermedades ocupacionales de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR), Lilian Capone. A la vez, muchos empleados no están registrados. Por otra parte, falta capacitación de los médicos para relacionar una afección con la historia laboral de un paciente, según Capone.

De las denuncias de enfermedades profesionales que recibe la SRT, las respiratorias sólo ocupan el 20 %. Entre ellas se encuentran el asma ocupacional; la silicosis, enfermedad producida por la arena y que afecta a los trabajadores arenadores, a los mineros, pulidores, mecánicos dentales y a los que embolsan elementos abrasivos como el polvo de limpieza; la asbestosis, que es provocada por el amianto que pese a que su uso está prohibido en el país desde 2003 se sigue utilizando. El amianto provoca cáncer de pulmón y fibrosis.

Otras patologías no están registradas ni denunciadas, como la bisinosis. “Es una enfermedad de los pulmones causada por la inhalación del polvillo de algodón y que padecen quienes trabajan en el cardado de algodón; no hay un solo registro en ningún lado del país de casos de bisinosis y sin embargo los médicos neumonólogos del Chaco están cansados de ver esta enfermedad”, reveló Capone.
“Las enfermedades laborales no tienen una metodología de diagnóstico distinta a otras. Para saber si el trabajador tiene asma se le pide una radiografía de tórax y una espirometría y allí se puede ver si esa vía aérea está inflamada. Como médicos hay que saber cuáles son las variables para que esa vía aérea o ese tronco esté inflamado; dentro de esas variables está la pregunta: ¿usted de qué trabaja o trabajó?”, señaló Capone.

Las enfermedades profesionales son crónicas y tienen un período de latencia que va desde los 10 hasta los 40 años. Un trabajador puede consultar a un neumonólogo por catarros, que puede deberse a que fuma, a que tiene tuberculosis o asma. Ese asma puede tener su origen en una alergia o ser consecuencia de las sustancias químicas que el utiliza en su trabajo.
Atentos a todo esto, los profesionales de la AAMR decidieron crear un registro de enfermedades respiratorias de origen ocupacional. El modelo en el que se inspira ya funciona en Cataluña, España.

En poco tiempo se comenzará con el entrenamiento de los profesionales que se comprometerán a notificar los casos que aparezcan. Cada enfermedad tendrá un código de diagnóstico común que facilite el mecanismo y permita realizar estadísticas. “Se observará la prevalencia de enfermedades por región, porque si se detecta que hay un elevado número de asma ocupacional en un determinado lugar, habrá que investigar por qué”, adelantó Capone.

El registro será anónimo para que la herramienta de recolección de datos no genere despidos ni de persecuciones. Luego los datos se elevarán a las autoridades sanitarias y laborales para que establezcan medidas de prevención.

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