Ocho destacados profesionales dan argumentos técnicos para que Gobierno
incluya vacuna conjugada heptavalente en el programa rutinario de
vacunación para los niños.
Un grupo de los principales expertos
en infectología y epidemiología del país aseguró que si Chile incorpora
a la brevedad la vacuna contra el neumococo infantil, el próximo
invierno habrá una caída aproximada de 30% en la tasa de uso de camas
por enfermedades respiratorias graves como la neumonía.
La
misiva es firmada por Rossana Lagos, Infectologa y Coordinadora del
Centro para Vacunas en Desarrollo (CVD) – Chile; Alma Muñoz, pediatra
del CVD; María Teresa Valenzuela, epidemióloga de la Universidad de los
Andes y líder de proyectos internacionales del Sabin Institute; Rodrigo
Vergara; infectólogo del Hospital Van Buren y directivo de la Sociedad
de Infectología; Miguel O’Ryan, del Instituto de Ciencias Biomédicas de
la Universidad de Chile; José Cofré, infectólogo del Hospital Luis
Calvo Mackenna y editor de la Revista Chilena de Infectología; Marcos
Skármeta, infectólogo del Hospital Roberto del Río y Clínica Las Condes
y María Elena Santolaya, jefa de infectología del Hospital Luis Calvo
Mackenna y directora del Departamento de Pediatría Oriente de la
Universidad de Chile.
En una extensa carta, los ocho
profesionales señalan que la crisis vivida el invierno pasado a raíz de
las enfermedades respiratorias severas evidenció la carencia de camas y
centros asistenciales. Y añaden que si bien el Ejecutivo ha anunciado
más recursos para la construcción de nuevos hospitales, “construir,
equipar y poner en marcha nuevos hospitales es un proceso largo y
costoso” que podría tardar como mínimo unos cuatro años.
Ante
ello, dice, ya existe una herramienta de salud pública disponible desde
el año 2000 que ofrece una respuesta “simple, equitativa y rápida,
para paliar el problema de sobredemanda estacional de camas
hospitalarias. Si fuera implementada ahora mismo, esta medida podría
comenzar a rendir resultados visibles a partir del próximo invierno en
los dos grupos etarios que lideran las estadísticas de hospitalización
por causas respiratorias agudas: los niños menores de 2 años y los
adultos mayores de 65. La herramienta es la vacuna anti-neumocóccica
conjugada 7-valente”, señalan.
El neumococo es una bacteria
que afecta con mayor violencia a niños menores de 6 meses, en los que
puede desencadenar la muerte por neumonía, meningitis y sepsis, pero
también otitis media aguda o sinusitis. En Chile, los neumococos son la
causa más frecuente de meningitis, de septicemia y de otras infecciones
infantiles severas, capaces de causar la muerte en 20% de los afectados
y dejar secuelas permanentes más de 40% de los sobrevivientes.
Los
profesionales explican que un estudio publicado en la prestigiosa
revista The Lancet, arrojó que tras cinco años de aplicación en Estados
Unidos, las hospitalizaciones por neumonías (todas, generadas o no por
el neumococo), cayeron en un 39%.
Agregan que basándose en las
cifras del Ministerio de Salud de Chile “en promedio, cada año hay unas
500 camas pediátricas y otras 1000 de adultos ocupadas por pacientes
con neumonía. Proyectando conservadoramente lo observado en los Estados
Unidos, el uso rutinario de vacuna conjugada 7-valente podría liberar
unas 150 camas de niños y alrededor de 100 camas de adultos, lo que
sería equivalente a construir un gran hospital general”. Además de eso,
romperían la grave inequidad que implica que niños con dinero puedan
acceder a esta vacuna en clínicas privadas, a diferencia de los niños
de menores recursos, que se arriesgan a neumonías, meningitis o
septicemias pese a existir una solución real para ellos. Según los
expertos, los niños inmunizados tienen un 60% menos riesgo de
desarrollar una enfermedad letal o secuelante en comparación a los que
no reciben la vacuna.
La vacuna actualmente disponible
–comercializada bajo el nombre de Prevenar-, ya ha sido incorporada a
los esquemas rutinarios de vacunación financiados por los estados en
México, Costa Rica y otros países de la región ya han anunciado que la
incorporarán en los próximos meses, siguiendo una recomendación de la
Organización Mundial de la Salud de marzo pasado, en la que se pidió
incluir esta vacuna en forma universal –para todos los niños- en forma
prioritaria.
Esta vacuna debe ser aplicada a los 2, 4 y 6
meses de vida y luego reforzarse con una cuarta dosis a los 15 ó 18
meses de vida del niño.
Actualmente se trabaja en el desarrollo
de una vacuna que cubriría contra 13 serotipos de la bacteria, la que
estaría disponible en los próximos años. |