Una nueva técnica quirúrgica permite operar el interior del cuerpo humano aprovechando los orificios naturales y sin dejar cicatrices visibles.
Tras la cirugía mínimamente invasiva llega la cirugía sin incisiones
visibles, una revolución en la técnica sin trauma, que aprovecha los
orificios naturales del organismo. Un equipo multidisciplinar francés
ha intervenido a una mujer de 30 años de vesícula biliar a través de la
vagina con resultados sorprendentes y esperanzadores. Los expertos
auguran que apendicectomías, ligadura de trompas, reparación de hernias
y biopsias hepáticas están en la lista de abordaje con este tipo de
cirugía endoscópica.
«La desaparición del dolor en la cirugía es una quimera. Es absurdo
seguir intentándolo. El bisturí y el dolor son dos palabras que en
cirugía deben quedar asociadas para siempre en la conciencia del
paciente», decía el cirujano francés Alfred Velpeau en 1839. Desde
entonces ha llovido mucho y a la revolución que supuso la anestesia han
seguido muchas otras en cirugía. Ahora, una mujer francesa de 30 años
se ha convertido en la primera paciente europea a la que se opera de la
vesícula biliar a través de la vagina.
Cirugía endoscópica transluminal
El resultado más llamativo es que no muestra cicatriz alguna, pero
lo más importante es que representa la aplicación de una técnica que se
ha ido desarrollando en los últimos años, la cirugía endoscópica
transluminal a través de orificios naturales, más conocida por NOTES,
en sus siglas inglesas. Han sido cirujanos franceses, del Hospital de
la Universidad Louis Pasteur en Estrasburgo, los que han realizado la
primicia de extraer la vesícula a través de la vagina en una paciente,
según explican en la revista 'Archives of Surgery'.
«Siempre que sea posible, los pacientes piden una técnica
quirúrgica que no deje cicatrices ni suponga molestias en el
postoperatorio», escriben los autores liderados por Jacques Marescaux .
«A los pacientes, tanto hombres como mujeres, independientemente de su
edad y forma del cuerpo, no les gustan las cicatrices, no sólo por
razones estéticas sino porque las cicatrices indican que han recibido
tratamiento debido a una enfermedad».
Por eso se ha desarrollado NOTES, con el objetivo general de
minimizar el trauma de cualquier proceso de intervención al eliminar la
incisión a través de la pared abdominal y utilizar orificios naturales,
apuntan.
Abordaje multidisciplinar
La técnica NOTES, que combina aspectos de la endoscopia y la cirugía laparoscópica, necesita un entrenamiento específico
El equipo quirúrgico estaba formado por especialistas de distintas
disciplinas, entre ellos un ginecólogo especializado en procedimientos
a través de la vagina, que fue quien practicó la pequeña incisión en la
pared posterior de ésta por la que se accedió a la cavidad abdominal.
Por esta abertura se insertaron los instrumentos utilizados y se
extrajo la vesícula. Los médicos afirman que durante las tres horas de
operación no se produjo sangrado ni pérdida de fluidos hepáticos. «La
paciente se recuperó enseguida de la cirugía, sin dolor postoperatorio
ni cicatrices», señalan.
«Diez días después de la operación, la paciente llevaba vida
completamente normal, sin sangrar ni tener molestias en el canal de
acceso perineal». Además de la operación de vesícula, existen otras
intervenciones muy comunes, que están en la lista del abordaje con
NOTES, y no necesariamente a través de la vagina, como son la
extracción del apéndice, la ligadura de trompas, la reparación de
hernias y la biopsia hepática.
Técnica NOTES
A pesar de lo atractiva que resulta, tanto para médicos como para
pacientes, la técnica NOTES (que combina aspectos de la endoscopia
flexible y la cirugía laparoscópica), necesita un entrenamiento y una
tecnología específicos, recuerda el especialista Lee L Swanstrom en un
artículo publicado el año pasado en la revista 'Cirugía Española'. «Los
endoscopios utilizados en la NOTES deben ser de alta resolución y tener
canales de gran calibre para los instrumentos, un cierto grado de
triangulación y la posibilidad de mantenerlos fijos en su posición en
el interior de la cavidad abdominal», insistía este experto.
«Los instrumentos deben tener las capacidades de las herramientas
laparoscópicas actuales y ser grandes y robustos, con posibilidad de
realizar movimientos de giro», añadía Swanstrom. Los propios autores
del trabajo también reconocen que la técnica requiere todavía mucho
tiempo y tiene una gran dificultad. Auguran un futuro con mejoras en la
visión de la zona de trabajo y la manipulación en la cavidad abdominal,
a través de aplicaciones relacionadas con la computación y la
robotización, o sea, con la indispensable colaboración de los
ingenieros. «La estrategia para el éxito radica en el enfoque
multidisciplinar que combine a los fabricantes de instrumentos, los
ingenieros robóticos y los expertos en computación», aseguran.
CIRUGÍA LAPAROSCÓPICA
Al principio de la cirugía moderna, la excelencia se asociaba a las
grandes incisiones y la cirugía sin cicatrices era un sueño imposible.
En 1882, el cirujano Langenbuch hizo la primera resección y extracción
de vesícula biliar (colecistectomía) en un paciente de 43 años que
tenía cálculos (colelitiasis). A pesar de que este avance no se tuvo en
cuenta en la medicina de la época, esta operación de cirugía abierta se
convirtió en la estándar para tratar los síntomas de colelitiasis
durante más de un siglo.
En 1985, el cirujano alemán Eric Muhe realizó la primera
colecistectomía por laparoscopia y en 1986 presentó la técnica en un
congreso médico en Alemania, donde fue muy criticado. Básicamente, la
cirugía laparoscópica, que ha evolucionado enormemente desde su inicio,
consiste en, a través de una o varias pequeñas incisiones, introducir
unos tubos que incorporan cámara de video e iluminación por fibra
óptica para ver el campo de operaciones, así como los instrumentos
quirúrgicos necesarios que se manejan a distancia.
«En aquel momento, se introdujeron en cirugía tres ideas
radicalmente nuevas: que el tamaño de la incisión influye realmente en
la evolución del paciente, que la cirugía debe ser una actividad
multidisciplinaria y que la tecnología desempeña un papel importante en
la potenciación de la capacidad del cirujano», explica el especialista
Lee L Swanstrom. Un año después, el cirujano francés Philipe Mouret
perfeccionó la técnica convirtiéndola en la estándar en sólo dos años,
aunque muchos médicos se mostraron contrarios a ella.
La polémica fue intensa pero corta. En 1992, un congreso convocado
por los Institutos Nacionales de Salud de EE.UU. concluyó que la
resección de la vesícula por laparoscopia es segura y efectiva en la
mayoría de los pacientes y debería ser la técnica elegida. La activa
demanda de los pacientes hizo el resto.
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