Un investigador de la Fundación Alternativas cree posible que uno de
cada cuatro medicamentos que se prescriban al final de la próxima
legislatura sean genéricos, aunque, aun así, España continuaría estando
en la banda baja de los países más avanzados.
Antonio Iñesta, jefe de Análisis del uso de medicamentos de la Escuela
Nacional de Sanidad (Universidad Complutense de Madrid), estimó que
este porcentaje en el consumo de genéricos en los próximos cuatros años
podría ser factible «sin un especial esfuerzo».
Iñesta, autor de un estudio sobre las políticas y el consumo de
medicamentos genéricos, apuntó que en este lapso de tiempo podría
conseguirse que el consumo de genéricos rondara entre el 20 y el 25% y
su proporción de coste, en relación con todos los fármacos, entre el 8
y el 12%.
El estudio que ha realizado para la Fundación Alternativas evidencia
que el consumo de genéricos en España ha sido históricamente muy
pequeño, aunque ha ido creciendo en los últimos años gracias a las
campañas de la Administración sanitaria y a los incentivos establecidos
por los servicios de salud para su prescripción.
Pero nuestro país, subraya Iñesta, está en la zona baja del consumo de
genéricos de la UE y «no acaba de dar el salto», ya que se mantiene en
el 16% en unidades y en un 8% en valores en todo lo que se consumió en
genéricos durante 2006 en el Sistema Nacional de Salud (SNS). «Muy
lejos del 30% en unidades, o mejor, del 15% en valores, estimados para
que la industria de genéricos sea sostenible y haya competencia de
precios».
Modelo ideal
Por
el contrario, los mercados de prescripción de genéricos son del 41% en
Alemania; 48,5% en Holanda; 49,3% en Reino Unido; 63% en EEUU, y 45% en
Canadá. En valores, Alemania es el país más receptivo del mundo a los
genéricos y representaban en 2006 alrededor de un tercio del mercado de
farmacia. En contra de lo podría pensarse, enfatizó Iñesta, los países
con mayor demanda de genéricos son aquellos donde las inversiones en
investigación y desarrollo de fármacos son mayores.
El
modelo ideal al que se debe aspirar, según la tesis de Iñesta, es que
el mercado de genéricos sea de un 70% en unidades y de un 30% en coste,
y que el de medicamentos con marca represente el 70% en costes y el 30%
en unidades de prescripción.
Los genéricos, tal
como hoy se conocen, se empezaron a comercializar en España en 1997,
exigiéndoseles un mínimo de 20 años desde el registro de la patente y
10 años añadidos desde que se comercializó el de referencia. Hay un
número de medicamentos de marca que hasta el 2012 solo disfrutan de la
patente de procedimiento y que, por tanto, pueden comercializarse como
genéricos si se demuestra que se dispone de un procedimiento de
obtención alternativo al patentado.
La Ley del
Medicamento del pasado año permite realizar la solicitud de registro de
genéricos a partir de los ocho años de comercialización del medicamento
de referencia. «Otros aspectos no son tan positivos -según Iñesta ,
como la posibilidad de que un genérico se pueda sustituir por otro, con
tal de que cueste menos».
Biogenéricos
Los
genéricos son medicamentos que se comercializan cuando termina el
periodo de patente de fármacos de marca, son más baratos y tienen igual
calidad y eficacia que las marcas de referencia. El consumo de
genéricos es 'muy importante' para mantener el equilibrio financiero de
los servicios de salud y para reducir el gasto directo de los
ciudadanos.
La prescripción de genéricos tiene
un componente educativo, relacionada con la educación recibida por los
profesionales sanitarios en las facultades, y otro de carácter
económico, en concreto el de hacer sitio en los presupuestos de los
servicios de salud para que puedan entrar los nuevos medicamentos que
van a llenar vacíos en la terapéutica.
Destacó
el autor del estudio que, en el futuro, los biogenéricos, los genéricos
de productos biológicos de referencia, serán muy importantes por su
gran repercusión económica. A pesar de lo cual se observa que, en el
único biogenérico comercializado en España, hay retraso en la
comercialización y poca diferenciación de precios con relación a las
marcas de referencia.
Para conseguir un consumo
'aceptable' de genéricos, el estudio considera conveniente reforzar la
'educación' de los pensionistas; la formación continuada entre los
médicos, tanto de hospitales como de atención primaria; establecer un
margen extra por la dispensación de genéricos a los farmacéuticos, que
compensen su menor precio; y convencer a los profesionales sanitarios
de que lo que se gasta de más en medicamentos «no va a personal,
formación continuada y equipamientos».
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