¿Las redes de apoyo y los cuidados personales pueden
mejorar el pronóstico de supervivencia de pacientes con cáncer?
¿Influyen la estabilidad emocional y calidad de vida tanto como los
tratamientos con fármacos o la radioterapia?
Este dilema ha dividido desde hace décadas la
opinión entre los partidarios de la medicina “dura”, centrada sólo en
las reacciones orgánicas, y los defensores de la denominada medicina
sicosomática, que integra la valoración de aspectos tanto físicos como
emocionales en el estudio y tratamiento de enfermedades. Sin
embargo, un grupo de investigadores del Centro Oncológico Fox Chase en
Filadelfia, así como del Hospital Henry Ford en Detroit, dice tener
pruebas suficientes para inclinar la balanza en favor de este último
enfoque. Según ellos, los factores que conforman la calidad de vida de
un paciente, como su salud general, su capacidad para movilizarse, la
estabilidad emocional, el apoyo social y aun los recursos financieros
con los que cuentan, harían la mayor diferencia en ese sentido. “Se
cree que personas en mejor estado físico y con un sistema de apoyo
tendrían mejores resultados que quienes llegan debilitados y no tienen
quien los ayude a superar el tratamiento. Hemos demostrado esto”, dijo
Nicos Nicolaou, líder del estudio. Tras evaluar a 239
enfermos con cáncer pulmonar sometidos a tratamiento con radiación y
quimioterapia, los especialistas determinaron que la calidad de vida es
el factor más importante para pronosticar la supervivencia general, por
encima de valoraciones como el tamaño del tumor o la evolución de la
enfermedad. Encontraron que los pacientes con mala salud o
carentes de apoyo, antes de iniciar la terapia anticancerosa —a quienes
evaluaron durante más de 17 meses— mostraron una tasa de mortalidad 70%
mayor en relación con quienes vivían mejor. “Si se cuenta
con alguien que ayude con las comidas, administre la medicación y
atienda las necesidades básicas del paciente, tanto físicas como
emocionales, éste podrá superar mejor el tratamiento”, apuntó Nicolaou,
médico adscrito al Departamento de Radiación Oncológica en el Centro
Fox Chase. Vital, permanecer “conectado” Para
obtener los mencionados resultados “condujimos dos diferentes análisis
estadísticos, con la inclusión de todos los factores de pronóstico
habituales y, de cualquier modo, la calidad de vida siguió siendo el
más importante predictor de supervivencia”, explicó otro participante
del estudio, el doctor Benjamin Movsas, del Hospital Henry Ford. “Es
más, cuando la calidad de existencia del paciente aumentaba a través
del tiempo, observamos un incremento correspondiente en su
supervivencia”, puntualizó. Indagaciones previas en el
terreno de la medicina sicosomática ya daban cuenta de la necesidad de
que el paciente permanezca en contacto con otros para mejorar su
recuperación y expectativa de existencia, ya sea que sufra cáncer,
diabetes, sida u otros males incurables. Robert Butler,
profesor de geriatría de la Escuela de Medicina Monte Sinaí en NY,
considera que tal recomendación tiene sentido en tanto hemos
evolucionado como animales gregarios y nuestra supervivencia individual
depende de la pertenencia a un grupo. “Los resultados en esa clase de
estudios parecen estar relacionados con la importancia de mantener
relaciones personales, pero eso no es todo. Cuando usted está enfermo,
tener una familia o amigos que le traigan su medicina es también
importante”. Pero los efectos benéficos del contacto
social, según argumentan los promotores de la medicina sicosomática, no
se reducen a la etapa de tratamiento, sino que también pueden
expresarse en el nivel preventivo. El riesgo de padecer
males cardiacos, por ejemplo, puede reducirse al pasar más tiempo con
otros: un estudio efectuado en 2004 donde se evaluó a 6 mil 861 suecos
(hombres y mujeres) y difundido en la revista Social Science and
Medicine encontró que quienes participaron en el mayor número de
actividades sociales reportaron menores casos de enfermedades que
afectan las arterias coronarias. Otro estudio publicado en
2004, en la revista Health Psychology, halló que quienes acuden a
ceremonias religiosas más de una vez a la semana presentaron menor
mortalidad y altos niveles de Interleukina-6, una sustancia producida
por el cuerpo que puede mejorar la respuesta a la infección. Así, la mejoría física no sólo depende de los medicamentos.
Comentarios reservados a usuarios registrados. Por favor ingrese al sistema o regístrese. Powered by AkoComment! |