El aumento de la prevalencia de la diabetes obligó al Sistema
Nacional de Salud a crear una iniciativa para mejorar el tratamiento del
millón y medio de personas diagnosticadas en España. La Estrategia en
Diabetes se aprobó en octubre del año pasado con el objetivo de poner a
disposición de las administraciones sanitarias una herramienta de
coordinación para reducir la incidencia de la enfermedad, cuyo Día Mundial
se celebra mañana. La realidad, sin embargo, demuestra que el proyecto se
ha quedado en papel mojado.
Así se desprende del Estudio Atlas de la
organización y asistencia a las personas con diabetes en el Sistema
Nacional de Salud, elaborado por el Instituto de Estudios Médico
Científicos (Inesme). La Fundación para la Diabetes dio a conocer ayer el
resultado de la investigación, realizada el pasado mes a 152 pacientes con
diabetes tipo 1, a 101 médicos de familia y 55 endocrinólogos. El trabajo
pone de manifiesto la decadente situación de la enfermedad, aún peor que
la que el Gobierno define en su Estrategia. Falta de comunicación La opinión de los profesionales sobre el tratamiento de la diabetes se
resume en una falta de comunicación entre médicos de familia y
especialistas. En España, la Atención Primaria tiene un papel fundamental
en el diagnóstico y tratamiento de la diabetes. No obstante, el 90 por
ciento de los facultativos que participaron en la encuesta no conocían el
plan y más de la mitad de los endocrinólogos consideraron insuficientes
las medidas de la Estrategia. «El 45 por ciento de los médicos de familia
entrevistados dice desconocer si en su comunicad autónoma existe algún
plan estratégico de diabetes», aseguró el profesor Jesús Honorato,
presidente de Inerme, y «sólo una minoría estima que su comunidad autónoma
contribuye a mejorar la atención a los pacientes». Los 105 endocrinólogos
consultados valoraron en general con un 3 sobre 5 la utilidad práctica del
consejo asesor de su comunidad. En cuanto a la valoración de los pacientes
sobre estas nuevas medidas, la mayoría cree que «no se ajusta a la
situación real de los diabéticos». Sin embargo, las
quejas de los pacientes contrarrestan las aspiraciones del plan. La
mayoría critica las altas listas de espera y tratamientos demasiado
generalizados y sobre todo reclaman una mayor facilidad a la hora de
adquirir la insulina que deben autoadministrarse cada día. Según Andoni
Lorenzo, presidente de la Asociación de Diabéticos de Álava, miembro del
patronato de la Fundación para la Diabetes y padre de un niño diabético,
«las personas diabéticas tienen dificultades en su día a día y, en la
mayoría de las comunidades autónomas los pacientes deben acudir a los
centros de salud a recoger la insulina». Para Lorenzo, «la situación sería
mucho más viable si todas las oficinas de farmacia dispensaran el material
necesario». Eso, sin contar con que la mitad de los enfermos ni siquiera
sabe que padece esta dolencia porque no está diagnosticado. Powered by AkoComment! |