Aumentar de peso eleva el riesgo de no poder controlar el asma adecuadamente, indicaron los resultados de un estudio presentado en Grapevine, Texas, durante la reunión anual del Colegio Estadounidense de Alergia, Asma e Inmunología.

En un estudio de tres años de duración, investigadores controlaron a 2.396 pacientes con asma grave o difícil de tratar.

Aquellos que aumentaron 2,30 kilos o más entre el inicio del estudio y el año tenían un peor control del asma y calidad de vida que los pacientes que mantenían el peso inicial o habían perdido 2,30 kilos o más en el mismo período, informaron los autores.

"Los resultados coinciden con estudios previos que demostraron que el aumento del índice de masa corporal está asociado con una reducción del control del asma y de la calidad de vida", dijo el doctor Tmirah Haselkorn, de EpiMetrix, Inc., en el sur de San Francisco.

"Las estrategias para prevenir el aumento de peso ayudarían a los pacientes a alcanzar un mejor control del asma y a mejorar su calidad de vida", agregó el experto.

Tras considerar la posible influencia de otros factores de riesgo, como el índice de masa corporal, otras enfermedades, la duración y la severidad del asma, la función pulmonar y el uso de esteroides orales, las posibilidades de tener asma mal controlado a los 12 meses aumentaban un 22 por ciento en pacientes que habían aumentado de peso durante ese período, comparados con los pacientes que mantenían su peso inicial.

Los participantes que aumentaron de peso eran también un 31 por ciento más propensos a haber tenido por lo menos un refuerzo con esteroides en los tres meses previos y una menor calidad de vida durante los siguientes 12 meses.

Un refuerzo con esteroides es un aumento por poco tiempo de la dosis de esteroides en píldoras o jarabes para reducir la gravedad de una crisis asmática y evitar la consulta de emergencia en un hospital o la internación del paciente. El refuerzo puede durar entre dos días y varias semanas.

"Se desconoce si el aumento del peso corporal o del índice de masa corporal es anterior a la aparición del asma o es resultado de los límites físicos y fisiológicos que impone la enfermedad", destacó Haselkorn.

"Hallar que los pacientes que aumentaron 2,3 kilos o más tenían más problemas para controlar el asma, una peor calidad de vida y más refuerzos con esteroides sugiere que el aumento del peso modificaba la evolución de la enfermedad y no al revés", agregaron los autores.

De todos modos, Haselkorn advirtió que la relación entre el peso y el asma es compleja, dado que en el control de la dolencia respiratoria influye la interacción de muchas variables demográficas y clínicas.

"Los próximos estudios deberían analizar con más cuidado las variables que agravan el control del asma y determinar el umbral de peso que modifica la gravedad y el control de la enfermedad", dijo Haselkorn.

Comprender mejor los mecanismos por los cuales el peso afecta el control del asma, como así también la evolución de la salud de los pacientes, "permitirá que los especialistas diseñen programas terapéuticos que incluyan el control del peso corporal", concluyeron los investigadores.

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