Ayer se celebró el Día Mundial de la Diabetes, fecha consagrada en el
mundo entero a generar mayor conciencia sobre esta enfermedad que
afecta a más de 140 millones de personas en todo el mundo y a casi dos
millones de personas en nuestro país. Según datos estadísticos, cerca
del 23 por ciento de las personas con diabetes no sigue ningún tipo de
tratamiento y alrededor del 80 por ciento no se trata adecuadamente.
Es importante seguir un tratamiento apropiado, ya que esta enfermedad
puede evolucionar en graves complicaciones crónicas, como insuficiencia
renal, ceguera, problemas cardiovasculares y neurológicos. Por eso, el
objetivo de cualquier tratamiento para la diabetes debe ser el de
mantener los niveles de glucosa en sangre lo más cercano a lo normal.
Gracias a los nuevos tratamientos (que incluyen insulinas cada vez más
inocuas y prácticas) la vida de la persona con diabetes puede ser y de
hecho es, perfectamente normal, con una calidad de vida igual a la de
las personas sin diabetes. La
diabetes surge cuando el organismo humano no produce insulina o no la
produce en la cantidad necesaria. La insulina es una hormona generada
por el páncreas y es la que permite que la glucosa (azúcar que se forma
tras la digestión de los alimentos) penetre en las células, donde se
transforma en energía necesaria para el funcionamiento del organismo.
Existen dos tipos de diabetes: la llamada tipo I (antes conocida como
insulino-dependiente), caracterizada por la destrucción de las células
beta del páncreas, que son las encargadas de producir insulina, y la
tipo II ( no insulino-dependiente) que representa más del 90 por ciento
de los casos, en la que el organismo no responde adecuadamente a la
insulina.
Alimentos para diabéticos
Los
alimentos para diabéticos fueron producidos bajo la concepción de que
el diabético tenía prohibiciones alimentarías de por vida. Esto en la
actualidad además de ser incorrecto, suele provocar confusiones, como
tantos otros mensaje impregnados por la tendencia comercial. La
persona diagnosticada de diabetes debe tener cuidado no sólo en la
cantidad de hidratos de carbono simples y complejos, sino también en la
cantidad de proteínas y lípidos, ya que la diabetes no es una
enfermedad del “azúcar en la sangre” solamente, este es sólo un
síntoma, sino que es una enfermedad del metabolismo de todos los
nutrientes, siendo la responsabilidad primordial la falta de insulina. Los
planes alimentarios tradicionales exigían al paciente diabético que no
comiera nunca más alimentos como pastas, pan y papa, por lo que
surgieron en el mercado productos como fideos para diabéticos y pan y
galletitas de gluten, entre otros. Estos productos tienen la
característica de poseer menor cantidad de hidratos de carbono. Pero
como contrapartida, para conservarlos y darles consistencia parecida a
los originales, tienen aditivos que contienen proteínas y lípidos,
pudiendo peligrar la salud de su riñón y sus arterias. Recordemos que estos nutrientes también deben contabilizarse en el plan alimentario de los diabéticos. Además
de ser más costosos, gracias a los avances en la investigación
nutricional se comprobó que el diabético no los necesita, pudiendo
comer de manera muy parecida al resto de la familia. En el
"Consenso de pautas para la alimentación del diabético", organizado por
la Sociedad Argentina de Diabetes, se reafirmaron conceptos que
coinciden con la idea de que la persona con diagnóstico de diabetes no
necesita consumir alimentos especiales, sino que por el contrario lo
que necesita, es aprender a comer los alimentos y productos
alimentarios comunes, en un orden y proporción determinados, que
dependerá de su ritmo de vida, necesidades energéticas y gustos
personales, armonizando los momentos de comida con la insulina aplicada
y/o con los hipoglucemiantes orales. La idea principal es consumir
todo tipo de alimentos sabiendo cuándo, cuánto, de qué manera y con qué
frecuencia consumirlos. En cierta medida, es similar a un plan
alimentario saludable. Por su puesto que siempre resulta
imprescindible consultar a profesionales del tema, ya que un plan
alimentario para diagnóstico de diabetes no es una lista de
prohibiciones sino un conjunto de alimentes organizados de manera
científica.
El 7% de los argentinos sufren diabetes
Según
la Organización Mundial de la Salud (OMS), 140 millones de personas
sufren de diabetes. Hoy, en el día mundial de la enfermedad, este
organismo recuerda que la cifra podría ascender a 300 millones en 2025,
y que hay que optimizar los recursos de control y prevención. En
nuestro país, las cifras indican que alrededor del 7% de la población
-2 millones de argentinos- está afectada. La diabetes es una enfermedad
caracterizada por las alteraciones de los niveles de glucosa en la
sangre, que presenta dos tipos básicos: tipo I o insulinodependiente, y
tipo II (no insulinodependiente), el más frecuente. Los
especialistas sostienen que el objetivo de cualquier tratamiento para
la diabetes debe ser mantener los niveles de glucosa en sangre lo más
cercanos a lo normal, además de controlar la hipertensión arterial, la
obesidad y el sedentarismo, ya que la ausencia de tratamiento puede
derivar en la progresión hacia patologías cardiovasculares,
insuficiencia renal o ceguera.
Hábitos saludables
"La
dietoterapia es uno de los pilares del tratamiento de la diabetes -dice
un documento del grupo Gesa, Fundación Cardiológica Argentina-. El plan
de alimentación debe ser suficiente para mantener un buen estado
nutricional; completo, incluyendo todos los principios alimentarios
(glúcidos, proteínas, grasas, vitaminas y minerales), armónico en
cuanto a una distribución normal de estos principios exceptuando
situaciones especiales, como insuficiencia cardíaca, insuficiencia
renal, etcétera." Y agrega que ya no debe existir más esa trágica
exclusión de la "dieta del diabético" ni "el alimento para el
diabético". Un plan de ejercicio regular es tan importante como una buena alimentación.
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