Un estudio norteamericano, publicado en "Nature Genetics", muestra que los roedores mueren repentinamente al ser expuestos al citomegalovirus.
Los ratones que carecen de un gen específico mueren de forma
repentina y sin signos de enfermedad en respuesta a una infección que
suele ser inofensiva, según un estudio del Instituto de Investigación
Scripps (Estados Unidos) que se publica en la edición digital de
"Nature Genetics". El trabajo podría ser útil en la investigación sobre
los orígenes de la muerte súbita en los humanos, aunque los autores
señalan que tal vínculo aún no se puede establecer.
Los investigadores trataron a ratones con un agente que cambia la
información genética, lo que los especialistas llaman mutágeno químico,
y examinaron la tercera generación de estos roedores mutantes en
relación con la susceptibilidad al citomegalovirus (CMV). Este virus, a
la dosis administrada, suele ser inofensivo en los casos en que el
sistema inmunitario está sano.
Sin embargo, la progenie de cuatro de los ratones originales
mutantes murió de forma repentina entre las 36 horas y los 3 días
siguientes a la inoculación del virus.
En una de estas líneas celulares existe un gran fragmento
eliminado en Kcnj8, un gen que codifica un componente de un canal de
potasio expresado en los músculos lisos y las células endoteliales de
la arteria coronaria. Además, dos de las otras líneas portan diferentes
mutaciones en Kcnj8.
La proteína que interactúa con Kcnj8 tiene su equivalente en la
mosca del vinagre y los autores muestran que, de forma similar, protege
a las moscas de la muerte súbita después de enfrentarse con los virus
FHV. Los autores proponen que este canal de potasio es necesario para
que las arterias coronarias sobrevivan al estrés metabólico sistémico y
a la contracción arterial que acompaña a la respuesta del sistema
inmune a los virus como CMV y FHV.
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