La medicina estética incorpora la implantación de hilos tensores con el objetivo de mantener un rostro joven el mayor tiempo posible.
El deseo de mantener un rostro joven, bien hidratado, terso y libre de
arrugas, cada vez es más factible con técnicas menos agresivas e
indoloras. La mesoterapia aplicada a la cara y los hilos tensores son
dos de las técnicas que lo permiten. Tras la época de los 'liftings' se
está dejando paso a la estética sin bisturí o poco agresiva. Ambas
técnicas pueden aplicarse por separado o combinadas y son la nueva
esperanza para mantener un rostro joven durante más tiempo.
La mesoterapia es una técnica ampliamente utilizada desde
principios del siglo XX. Nacida en Francia, no fue hasta finales de los
años 50 cuando se empezó a utilizar en aquel país de forma masiva en
indicaciones estéticas. Actualmente, en España existen múltiples
profesionales que la aplican con éxito. La mesoterapia consiste en
introducir pequeñísimas cantidades de producto en las capas más
superficiales de la piel, mediante un pequeño pinchazo prácticamente
indoloro. Cuando las indicaciones forman parte de la cirugía estética,
se habla de mesoplastia.
Mesoterapia y mesoplastia
Según los expertos, lo que actualmente destaca de la mesoplastia es
la aparición de nuevos productos «mucho más eficaces y seguros». Así se
ha visto en las Jornadas Internacionales Láser, Luz Pulsada, Técnicas
Dermoestéticas y Avances en Medicina y Cirugía Estética, que se han
celebrado recientemente en Barcelona.
Pero, más allá de las novedades, lo que actualmente centra el
debate son las indicaciones de la mesoplastia. La posición de consenso
es aplicarla para crear volumen, dar luminosidad a la piel, hidratarla,
nutrirla y prevenir los efectos nocivos de las radiaciones solares.
Depende de la edad y del estado de la piel. Sus efectos son
luminosidad, tersura, hidratación y rejuvenecimiento de la piel. La
duración también variable, en función de si la persona es fumadora o de
si toma el sol.
Según las fuentes entrevistadas, cada especialista tiene su
protocolo de trabajo y aplica un número variable de sesiones de
mesoterapia, que depende en buena medida de la reacción del paciente al
tratamiento. En cualquier caso, la técnica está contraindicada en
personas con problemas de coagulación sanguínea y alergia al
dispositivo médico.
Hilos tensores
Los hilos tensores son útiles para mantener la cara libre de
arrugas. Se pueden aplicar a partir de la mayoría de edad. La
indicación principal de estos hilos es evitar la flacidez y la caída de
los tejidos. Con ellos, se pueden tratar distintas áreas faciales, como
las mejillas caídas o el contorno mandibular. También se pueden elevar
las cejas, ajustar la simetría en cejas y cara, servir de soporte de la
piel del cuello y corregir la llamada línea de la 'marioneta'. Esta
línea, también conocida como la 'arruga de la amargura', es una
depresión que aparece entre la comisura del labio inferior, en
dirección a la mandíbula inferior, y que da sensación de tristeza y
vejez.
La indicación principal de los hilos tensores es evitar la flacidez y la caída de los tejidos
Su uso está contraindicado en pacientes con enfermedades
autoinmunes o un déficit en el sistema inmunitario, en arrugas muy
anchas o profundas caracterizadas por una piel muy poco elástica y con
muy poca tonicidad, o personas que se formen expectativas no realistas
de los resultados de la intervención.
Existen distintos tipos de hilos. Para indicaciones estéticas, se
utilizan los llamados hilos barbados o aptos, que pueden ser
permanentes o reabsorbibles, según decida el médico en cada caso. Los
hilos permanentes son de propileno y los reabsorbibles de dioxanona;
estos últimos se deshacen y se integran en el tejido, de modo que
desaparecen con el tiempo.
Aplicaciones
Estos hilos van provistos de unas prolongaciones, gracias a las
cuales quedan agarrados a los tejidos donde se insertan y se mantienen
en el lugar donde se colocan, sin que haya cicatrices visibles. Para
introducirlos, el cirujano hace una pequeña incisión y los hace avanzar
a través del tejido graso de la zona facial que desea tratar, siguiendo
unas líneas que ha dibujado previamente en la piel.
Un procedimiento estándar implica colocar entre 4 y 6 hilos,
mediante inyección de anestesia local, aunque en algunos pacientes se
utiliza sedación intravenosa o ambas cosas. Cuando hay que poner más de
6 hilos, el procedimiento dura más tiempo y se requiere más sedación y
anestesia. Habitualmente, una sola intervención es suficiente, pero en
casos en que es necesaria otra inserción de hilos es recomendable
esperar un par de meses.
Pero, además, estos hilos tensores se pueden aplicar junto a otros
procedimientos estéticos, como la misma mesoterapia o la popular toxina
botulínica, rellenos como el ácido hialurónico o grasa, 'peelings',
láser o terapia de radiofrecuencia. También es posible realizar
microliposucciones en el cuello.
ANTES Y DESPUÉS
Entre dos y tres semanas antes de la intervención se deben
suspender los tratamientos con antiinflamatorios no esteroideos
(naproxeno, ibuprofeno, indometacina), así como con ácido
acetilsalicílico. Y el día antes de la operación se recomienda la
sedación con diazepam (al igual que durante la intervención) a los
pacientes muy emocionales o delicados, es decir, que son más nerviosos
de lo habitual y que pueden reaccionar de forma inesperada. También es
muy importante que, antes de someterse a esta cirugía, el paciente esté
plenamente informado. Como en cualquier otra intervención, aunque los
resultados en general son satisfactorios, existe riesgo de infección.
Una vez intervenido, el paciente no precisa hospitalización; sólo
permanece una o dos horas en observación antes de irse a su casa. Sin
embargo, como ocurre tras cualquier procedimiento quirúrgico, pueden
aparecer algunos efectos secundarios: el paciente puede notar
entumecimiento o un ligero dolor, que se trata con analgésicos, y
presentar hematomas, que se pueden tratar con cremas antiedematosas.
Los expertos recomiendan aplicar frío sobre la zona intervenida.
Habitualmente, el paciente puede regresar a su vida normal en unos
pocos días (una semana como máximo), pero siguiendo unas indicaciones
especiales que le dará su médico. En cuanto a la duración de los
efectos de esta cirugía rejuvenecedora, al igual que ocurre con la
mesoterapia, depende de la edad, la genética de cada persona o del
estilo de vida, así como del número de hilos implantados y de la
técnica empleada. La mínima duración garantizada es de 2,5 años y la
máxima, aproximadamente, de 5 años.
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