Científicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de
Stanford (Estados Unidos) han logrado un interesante avance en el
camino dirigido hacia el trasplante de células madre adultas con el fin
de crear un nuevo sistema inmunológico en personas con enfermedades de
la sangre autoinmunes o genéticas. Lo que han conseguido es desarrollar una forma de trasplantar
células madre hematopoyéticas dentro de la médula ósea de ratones,
reemplazando de manera efectiva sus sistemas inmunológicos. No
obstante, muchos aspectos de esta técnica necesitarán ser adaptados
antes de que pueda ensayarse en seres humanos, advierten los autores.
El trabajo, publicado en "Science", se realizó en un grupo
particular de ratones que como modelo de investigación no imitan
adecuadamente el sistema inmunológico humano, si bien los autores creen
que los obstáculos que plantee la adaptación del procedimiento para ser
útil para las personas se irán resolviendo con el tiempo.
La forma de conseguir un nuevo sistema inmunológico consiste en
trasplantar células madre hematopoyéticas en la médula ósea, donde se
generan todas las células sanguíneas. Pero antes de trasplantar nuevas
células madre, las existentes deben eliminarse, lo que se consigue
actualmente con quimioterapia o radioterapia intensiva. Estos
procedimientos eliminan las células de la médula ósea, pero también
dañan otros tejidos.
Con el fin de buscar soluciones a este problema, el equipo de
Stanford, dirigido por Irving Weissman, plantea la posibilidad de
eliminar sólo las células madre hematopoyéticas sin que ello afecta a
las células de la médula ósea ni a otros tejidos. Inyectaron a los
roedores moléculas que actúan sobre proteínas específicas de las
superficie de las células madre hematopoyéticas, destruyéndolas. Este
procedimiento eliminó esas células sin dañar otros tejidos de los
animales. Cuando trasplantaron las nuevas células madre a los roedores,
éstas se instalaron en la médula ósea y estabilizaron un nuevo sistema
hematológico e inmunológico.
Los autores comentan que en personas con una enfermedad
autoinmunes –ponen como ejemplo la esclerosis múltiple- el nuevo
sistema inmunológico dejaría de atacar a los tejidos del propio
organismo. Asimismo, en enfermedades de origen genético, como la anemia
de células falciformes, el nuevo sistema hematológico carecería de la
mutación que provoca el trastorno, eliminando así la causa.
Sin embargo, los obstáculos que hay en el camino hacia una terapia
basada en el presente avance son muchos e importantes, recuerdan los
autores. En primer lugar, se desconoce si la misma molécula utilizada
en los ratones funcionaría del mismo modo en seres humanos. Además, los
animales empleados en el estudio carecían de un sistema inmunológico
funcional, por lo que antes se deberá comprobar si el procedimiento
funciona con ratones normales.
Science 2007;318:1296-1299 Stanford University School of Medicine
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