Un gran análisis de estudios acaba de confirmar que los niveles elevados de colesterol aumentan las probabilidades de morir por una cardiopatía isquémica, incluso en ancianos. Según el trabajo, la relación entre el colesterol total y el 'bueno' (HDL) es un mejor baremo que los niveles de colesterol 'malo'.
El colesterol es un factor bien conocido de riesgo cardiovascular.
Sin embargo, todavía existen dudas sobre el impacto que tienen otros
aspectos en este valor. Por ejemplo, ¿influye el colesterol de igual
modo a personas mayores? ¿Y a pacientes hipertensos? Para definir mejor
el papel de esta sustancia, un equipo internacional de investigadores
ha aunado las evidencias extraidas de decenas de estudios al respecto.
"El colesterol total es un gran factor de riesgo
para la enfermedad coronaria a todas las edades, incluidas personas
septuagenarias y octogenarias", explica a elmundo.es la coordinadora
del trabajo, Sarah Lewington, investigadora del Medical Research Council.
Su metaanálisis, que acaba de publicar la revista The Lancet, podría modificar la práctica actual, que confía fundamentalmente en los niveles del llamado colesterol 'malo'
o LDL. El valor más útil a la hora de predecir el riesgo cardiovascular
era la relación entre los niveles totales de colesterol y el colesterol
'bueno' (HDL). Este ratio "era un 40% más informativo que el colesterol
no HDL [fundamentalmente, colesterol 'malo'] y el doble de informativo
que los niveles totales de colesterol", escriben los autores.
"Creo que medir el colesterol HDL (el 'bueno') así como el colesterol total proporciona mucha más información
sobre el riesgo de un individuo y los médicos deberían tener esto en
cuenta cuando evalúen el futuro riesgo cardiovascular de una persona",
recomienda la investigadora británica. El autor del comentario que
acompaña a este trabajo es de la misma opinión: "Los hallazgos sugieren
que los médicos podrían tener que considerar el ratio en lugar de los
niveles de colesterol malo al que se han acostumbrado".
El trabajo es de gran precisión y fiabilidad por la cantidad de participantes y datos incluidos. A saber: "55.262 muertes vasculares en 892.337 adultos aparentemente sanos [de 40 a 89 años]
en 61 estudios; mediciones de colesterol bueno de 153.798 de estos
participantes, en los cuales se produjeron 4.966 muertes vasculares; y
datos individuales están disponibles para cada participantes de cada
estudio, permitiendo análisis detallados de la causa concreta de
mortalidad con respecto a la edad, el sexo, la presión sanguínea y
algunos factores más", escriben los investigadores.
Infartos e ictus
Todos estos datos les han servido para calibrar el riesgo que implica tener el colesterol alto: por cada unidad (milimol por litro) que disminuye la cantidad total de colesterol, el
riesgo de morir por una cardiopatía isquémica (infarto, muerte súbita,
angina) se reduce un 56% entre las personas en de 40 a 49 años. En las personas de 50 a 69 años, el riesgo es un 34% menor y, entre los septuagenarios y octogenarios, disminuye un 17%.
Aunque la influencia del colesterol alto iba disminuyendo conforme
avanzaban los años, el impacto de este valor sobre el terreno (es
decir, el número de personas afectadas) es mucho mayor en los ancianos,
pues son los que más problemas cardiovasculares sufren. "Aunque la edad
atenúa la relación proporcional, el efecto absoluto de bajar el
colesterol es mucho mayor en personas mayores, pues el riesgo de tener
una enfermedad coronaria es mucho mayor", explica Lewington.
Lo que no ha conseguido demostrar este metaanálisis es la relación entre un colesterol alto y el riesgo de ictus
(infarto o hemorragia cerebral). Sólo en grupos muy concretos de
pacientes (aquellos de 40 a 59 años y los que tenían unos niveles
tensionales normales) parecía tener cierto papel. Otros trabajos
también indicaban que los niveles lipídicos no incrementan este riesgo.
"Esto discrepa de los resultados de ensayos clínicos de estatinas, en
los que bajar el colesterol con estatinas no sólo reduce la tasa de
eventos coronarios, sino también las tasas de ictus en pacientes con
una amplia gama de edades y presiones sanguíneas. Así que nuestro
estudio no debería utilizarse para descartar el colesterol como un
factor de riesgo del ictus", dice la investigadora británica.
Así, en su trabajo abogan por que se sigan las actuales guías: "las
estatinas reducen sustancialmente no sólo loas tasas de eventos
coronarios sino de ictus en pacientes en un amplio abanico de edades y
niveles tensionales".
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