Así lo afirma la Directora Ejecutiva del Fondo de
Población de las Naciones Unidas (UNFPA) Thoraya Ahmed Obaid. En las dos últimas
décadas, más de 10 millones de mujeres han muerto por complicaciones durante el
embarazo y el parto, y unas 300 millones han sufrido complicaciones o
discapacidades a largo plazo. En Argentina, si bien la tasa de mortalidad
materna no es de las peores del mundo, es elevada en relación con otros
indicadores positivos como la baja tasa de nacimientos, la cobertura de cuidados
prenatales y el alto porcentaje de partos en instituciones médicas.
Si bien en los últimos 20 años no han habido modificaciones significativas en la
tasa de mortalidad materna en nuestro país, en el 2005, 39 madres de cada
100.000 nacidos vivos murieron antes, durante o después del parto y en 2006 el
número subió a 46. Pero esa diferencia es relativa ya que hay que tener en
cuenta que desde el Ministerio de Salud de la Nación se implementó una política
de mejoramiento en el registro de estos casos. Esto se produjo a partir de la
introducción de preguntas a las autoridades médicas ante una defunción de una
mujer en edad fértil, sobre si la mujer estuvo embarazada o no, entre otros
puntos. 'Este año hemos iniciado una estrategia de vigilancia activa de la
mortalidad materna, que incluye también la obligación de denunciar las muertes
en topoginecología y de terapia intensiva', cuenta Ana Speranza, directora
nacional de Maternidad e Infancia del ministerio Salud de la Nación.
La meta de reducción de la mortalidad materna en Argentina es la acordada con la
Organización Mundial de la Salud (OMS) según los Objetivos del Milenio para el
2015. El objetivo es reducir los índices a 13 por 100.000 . 'Todavía tenemos un
largo trabajo, -reconoce Speranza-, la problemática del aborto en nuestro país
es clave. Los países que han logrado mejorar las cifras a un dígito han
trabajado fuerte en salud sexual responsable. Tenemos que hacer que se
socialice, que se trabaje nuestro Plan Federal de Salud, no solo desde la
especialidad tocoginecológica sino desde los pediatras, en planificación de la
familia, y también con la posición en cuanto a la despenalización del aborto'.
Argentina muestra una característica especial: si bien la tasa de mortalidad
materna no es de las peores del mundo, es elevada en relación con otros
indicadores positivos, tales como la baja tasa de nacimientos, la cobertura de
cuidados prenatales y el alto porcentaje de partos en instituciones médicas.
Para este año el país debería llegar a un porcentaje de 20 puntos de mortalidad
materna, según el Plan Federal de Salud. En 2002 las muertes maternas fueron
368, en 2003 descendieron a 304, y en 2004 volvieron a bajar a 295 luego que
durante la década de los 90 los índices se habían mantenido estables.
Otra de las características particulares de Argentina es la alta disparidad
entre provincias ricas y pobres. Según el estudio llevado a cabo en Argentina
durante 2002 'Una evaluación exhaustiva de la mortalidad materna en Argentina:
traduciendo investigaciones multicéntrico a la acción' de la Organización
Mundial de la Salud, la tasa de mortalidad materna fue de 46 sobre 100.000
nacimientos vivos pero con diferencias muy altas entre provincias. Mientras que
en Buenos Aires la tasa es de 14 por mil, en Formosa es de 166 por mil, casi
doce veces más. Las causas obstétricas directas, tales como trastornos
hipertensivos, edema y proteinuria en el embarazo, el parto y el puerperio, que
provocan estas muertes rondan el 15 por ciento de la cantidad de casos en los
tres años. La placenta previa, desprendimiento prematuro de placenta y
hemorragia anteparto explican el 4 por ciento de los casos. El embarazo
terminado en aborto muestra alrededor del 30 por ciento en los tres años
analizados. De los 121 casos que se regi
straron en 2002, las causas más comunes, un 27,4 por ciento fueron
complicaciones de abortos, un 22,1 por hemorragias, por infecciones y septicemia
un 9,5 por ciento, por trastornos hipertensivos un 8,4, y otras causas un 32,6
por ciento.
Al respecto, Ana Speranza sostiene que 'el aborto, las infecciones, las
hemorrágeas e hipertensión son todas causas reducibles, cuando se toman medidas
o controles, como el tratamiento a tiempo y las medidas para evitar infecciones
hospitalarias'. Según se afirma, la probabilidad de morir fue diez veces mayor
en ausencia de atención obstétrica esencial, guardia activa y personal
calificado, y se duplicaba con cada aumento de 10 años de la edad. Otros
factores contribuyentes fueron las demoras en el reconocimiento de las llamadas
'señales de alarma'; la resistencia a buscar atención para ocultar un aborto
provocado; los retrasos del inicio del tratamiento como consecuencia de un
diagnóstico erróneo o de la falta de suministros; y los retrasos de la
derivación y el transporte en las zonas rurales.
Este estudio se llevó a cabo con el objetivo de realizar una evaluación integral
de la mortalidad materna en la Argentina, para fortalecer el sistema de
vigilancia y reorientar las políticas de salud reproductiva para evitar las
defunciones maternas. Los porcentajes de las causas mantienen similitudes con
respecto a los datos analizados por el ministerio de Salud, ya que las
complicaciones en abortos suman un 31 por ciento, otras causas obstétricas
directas llegan al 53 por ciento y las indirectas al 16.
Es por eso que la directora del área dentro del ministerio de Salud sostiene que
'la vigilancia activa de la mortalidad materna es una estrategia clave, a la que
se suma el Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable, que
prevé la anticoncepción de emergencia y la contracepción quirúrgica'. La
funcionaria asegura que en las principales maternidades del país se está
trabajando en un programa de mejoramiento de atención post aborto que incluye la
aspiración manual endouterina, para retirar los residuos pos aborto con
anestesia local 'ya que hay déficit de anestesistas en algunas guardias y esto
permite el tratamiento', y en la consejería post aborto en la que se trabaja con
las mujeres para que se vayan del hospital con un método anticonceptivo porque a
partir de los 11 días pueden quedar embarazadas otra vez. Se busca dar
información y la elección de algún método anticonceptivo'.
Las provincias más pobres
Para el estudio se seleccionaron seis provincias donde la tasa de mortalidad
fuera más alta que la nacional. Durante 2002 1516 mujeres en edad reproductiva
murieron en Chaco, Formosa, Mendoza, San Juan, San Luis y Tucumán. El 69 por
ciento de estas muertes fueron en hospitales o instituciones médicas y el 31
fuera del sistema hospitalario. La mayoría de estas muertes, el 85 por ciento,
fueron en hospitales públicos.
Las causas de estas muertes maternas fueron complicaciones en abortos 27,4 por
ciento, hemorrágeas 22,1 por ciento, infecciones 9,5, desórdenes de hipertensión
8,4. En los casos de muertes maternas tardías, los porcentajes de infecciones e
hipertensión suben a 15 cada uno.
En cuanto a las edades, 23 por ciento son adolescentes, un 53,8 por ciento
tienen entre 20 y 34 años, y el 23 por ciento más de 35 años. Con respecto al
estado de avance del embarazo, el 26 por ciento de las muertes ocurrieron antes
de las 20 semanas de gestación, el 25 entre los 7 días después del parto, y el
22 son muertes maternas tardías.
Las mujeres que han tenido muchos partos y que tienen más de 35 años son grupos
de riesgo. Según este estudio, hay una relación lineal entre mayor edad y riesgo
de muerte materna, excepto entre adolescentes menores a 15 años entre las cuales
la relación es inversa ya que a medida que disminuye la edad, el riesgo aumenta.
La problemática de la mortalidad materna abarca aspectos estructurales, tales
como fallas en el sistema de salud, calidad y habilidad para manejar urgencias
obstétricas y acceso a la salud. Entre este tipo de causas se encuentra el
tamaño de los hospitales y su estructura interna ya que el nivel de
entrenamiento del personal que atiende partos y cuidados post aborto es
esencial. Esta investigación ha detectado que donde hay ausencia de
especialistas en ginecología y obstetricia y hay falta de insumos médicos,
aumentan las probabilidades de muertes maternas. Es por eso que los
investigadores sostienen que la presencia de programas de residencia de
obstetricia favorece la disponibilidad de personal entrenado.
Otro de los problemas estructurales es la falta de transporte que dificulta el
acceso a los centros de salud. 'No tengo ninguna forma de llevarla, y el médico
me dijo que me conseguiría una bicicleta. No la pude llevar esa tarde. Sólo al
día siguiente pudimos ir a buscar ayuda, porque no sabía con quien dejar a los
chicos', relató la pareja de una parturienta.
Los factores personales y sociales se entrecruzan de muchas formas y se expresan
más cruelmente al llegar tarde al sistema de salud. Una de las causas de muertes
maternas más evitables es el miedo a concurrir a un hospital luego de haberse
realizado el aborto, ya que en Argentina está penado, por lo que muchas mujeres
temen ser denunciadas por las autoridades del hospital. Otra de las causas
evitables se expresan en la falta de reconocimiento de signos de alarma, es
decir, de síntomas que pueden ser interpretados por las mujeres como posibles
problemas a la hora del parto. El temor a revelar el estado de embarazo por
parte de las adolescentes a sus padres también es causa de falta de cuidado
médico antes y durante el parto.
'Una mujer muere por minuto en el mundo en las tareas de
parto'
'Una mujer muere por minuto en las tareas de parto. El 99 por ciento de las
mujeres que fallecen al dar a luz reside en países poco desarrollados. Las
principales causas de defunción materna son las hemorragias, infecciones,
abortos realizados en malas condiciones, hipertensión y obstrucción del trabajo
de parto', según afirma la Organización Mundial de la Salud. Esta institución
también sostiene que la pobreza, las guerras, la tensión y las catástrofes
naturales son factores determinantes para que fallezca una mujer por minuto en
el mundo por causas vinculadas al embarazo. Las estadísticas de esta institución
indican que mientras que en los países desarrollados el 62 por ciento de los
partos son atendidos por personal capacitado, en los que se encuentran en vías
de crecimiento ese porcentaje baja a sólo el 34 por ciento.
En septiembre del 2000, 189 países firmaron la Declaración del Milenio por la
que se comprometían a alcanzar para el 2015 ocho objetivos prioritarios entre
los que se incluía, como quinto tema de urgencia, mejorar la salud materna y
reducir el índice de mortalidad por causas relacionadas con el embarazo en las
tres cuartas partes de las mujeres. Este año, se cumple la mitad del plazo para
conseguir los Objetivos de Desarrollo del Milenio y se está muy lejos de
conseguir los compromisos.
La probabilidad de que las mujeres mueran por complicaciones durante el
embarazo, parto o aborto es, en Etiopía, de 1 mujer por cada 7; en la India, 1
de 57; en Brasil, 1 de 126; mientras que en América del norte es de 1 por cada
3.750 mujeres, y en los países desarrollados de 1por cada 2.125. De esta forma,
la pobreza se alía con la enfermedad y los países con menor renta per cápita son
los que tienen mayores riesgos. Las principales causas de mortalidad materna, o
el por qué fallecen estas mujeres, son debidas a hemorragias el 25 por ciento de
los casos, causas indirectas por anemias, malarias, enfermedades cardíacas o
nutrición 19 por ciento, infecciones 15 por ciento y abortos practicados en
malas condiciones 13 por ciento. Asimismo, las muertes maternas se concentran en
mujeres que adolecen de falta de información, analfabetas y que dependen de los
permisos de los maridos o sus familiares para poder ser atendidas.
La Organización Mundial de la Salud ha resaltado la necesaria incorporación de
la perspectiva de género en las políticas y estrategias de salud y enfatiza que
la cooperación técnica debería desarrollar las capacidades para utilizar la
visión de género como instrumento para analizar los impactos de la globalización
en el desarrollo, con especial énfasis en sus relaciones con la salud
Thoraya Ahmed Obaid, Directora Ejecutiva del Fondo de Población de las Naciones
Unidas aseguró ante la Asamblea Mundial de la Salud en Ginebra en mayo de 2007
que 'ninguna nación puede alcanzar el desarrollo cuando niega a sus mujeres el
derecho a la salud. Ninguna nación puede progresar si un enorme número de
mujeres mueren mientras dan a luz. En la actualidad, las deficiencias en materia
de salud sexual y reproductiva son la principal causa de mortalidad y
discapacidad en el mundo en desarrollo'.
Según esta organización, en los últimos dos decenios, más de 10 millones de
mujeres han muerto por complicaciones durante el embarazo y el parto, y unos 300
millones de mujeres han sufrido complicaciones o discapacidades a largo plazo,
tales como fístulas obstétricas. Cada año, más de medio millón de mujeres mueren
durante el parto, y más del 95 por ciento de esas defunciones se producen en
Africa y Asia. 'Sin embargo, -sostiene Obaid - no vemos ningún titular en los
periódicos ni ningún avance informativo en la CNN que anuncie esta tragedia para
las familias y las comunidades, ni que indique si merece nuestra atención
urgente. Esas muertes ocurren mansamente, como un silencioso maremoto. Esta
situación es lamentable, teniendo en cuenta que la mayoría de esas defunciones y
discapacidades podrían evitarse si cada mujer tuviese acceso a la atención de
salud reproductiva. Todos sabemos que para reducir la mortalidad materna es
preciso que cada mujer tenga acceso a la asistencia calificada durante el parto,
la atención obstétrica de emergencia y los servicios de planificación de la
familia. Esta mortalidad y morbilidad prevenibles de mujeres pobres es una
verdadera violación de su derecho a la vida, a la salud, al bienestar y a la
dignidad humana. Las naciones que han reforzado estos servicios están cosechando
los beneficios, salvando las vidas de las madres y sus niños y asegurando el
bienestar de los países. La planificación de la familia por sí sola podría
salvar las vidas de 150 000 mujeres cada año. El espaciamiento de los
nacimientos en por lo menos dos años podría salvar anualmente la vida de más de
un millón de niños menores de cinco años. Además, la planificación de la familia
previene el recurso al aborto. Actualmente, un número desproporcionadamente
elevado de mujeres, según estimaciones 186 mujeres por día, mueren a causa de
abortos peligrosos. Por eso, no lograremos nuestros objetivos de reducir la
mortalidad materna a menos que abordemos la cuestión del aborto peligroso'. Comentarios reservados a usuarios registrados. Por favor ingrese al sistema o regístrese. Powered by AkoComment! |