Según el resultado de un nuevo estudio basado en información dada por padres sobre los síntomas de sus hijos, una cucharadita de miel antes de irse a dormir parece calmar la tos infantil y ayudar a los chicos a dormir mejor. Este popular remedio demostró ser mejor que los medicamentos para la tos o que la ausencia de toda medicación en las comparaciones realizadas. La miel resultaría eficaz al cubrir y calmar una garganta irritada, explicaron los autores del estudio.

"Estoy seguro de que en muchas familias se va a decir que la abuela tenía razón" , comentó el principal autor del estudio, el Dr. Ian Paul, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Pensilvania.

La investigación aparece publicada en los "Archivos de Pediatría y Medicina Adolescente".

Funcionarios estadounidenses de Salud habían advertido que los medicamentos de venta libre para la tos y el resfrío no debieran ser administrados a chicos menores de 6 y ya hay fabricantes que están retirando del mercado productos para bebés.

Tres pediatras que leyeron el estudio adelantaron que recomendarán la miel a aquellos padres que buscan remedios alternativos. Aclararon de todos modos que la miel no debiera ser administrada a los niños menores de un año a raíz de un raro pero grave riesgo de botulismo.

Para este estudio, los investigadores consiguieron la participación de 105 chicos de una clínica de Pensilvania con infecciones del tracto respiratorio superior. Se entregó a los padres una bolsa con un frasquito en su interior. Algunos estaban vacíos. Algunos contenían una dosis adecuada de un medicamento para la tos con gusto a miel que contenía dextrometorfano. Y otros contenían miel. Todos los chicos mejoraron, pero la miel fue la que recibió el mejor puntaje cuando los padres evaluaron los síntomas de sus hijos.

El estudio fue financiado con una subvención del Consejo Nacional de la Miel, organismo dependiente del Departamento de Agricultura de Estados Unidos. Paul aclaró que el organismo no ejerció ninguna influencia sobre el diseño del estudio.

TRADUCCION: Silvia S. Simonetti