Después que sus compañeros de equipo médico hicieron la incisión para
separar a las siamesas Yurelia y Fiorella, el Dr. Carlos Esquivel entró
en acción para dividir los hígados. Su misión era hacerlo rápido para
evitar mucha pérdida de sangre, pues a las niñas las esperaba la
separación del corazón.
Ésta fue su primera experiencia en este tipo de cirugías, y ha sido
gratificante ver la recuperación positiva que han tenido las menores, y
sobre todo porque confía en que podrán gozar de una vida independiente.
“Fue un trabajo en equipo bien coordinado”, acotó Lejos de ese
quirófano, de las salas del Hospital Infantil Lucile Packard y ahora de
vacaciones merecidas en su natal Costa Rica, el galeno dijo a EL NUEVO
DIARIO que, más que un milagro, el resultado exitoso de la cirugía, se
debe al “progreso” que han alcanzado la Medicina y la Cirugía. “Siempre
que hay un buen resultado, es un triunfo de la Medicina”, sostuvo.
El
doctor Esquivel enfrentó serios obstáculos para cumplir con el sueño
que desde niño se había trazado, cuando convalecía en una cama de su
casa con fiebre alta, como secuela del sarampión que azotaba su cuerpo.
Ser
médico fue la meta que logró alcanzar en medio de las dificultades
económicas de su familia. Fueron días duros, recuerda, porque además de
competir por los limitados cupos para estudiar Medicina en la
universidad y pasar los exámenes de rigor, le faltaba dinero para el
reto.
Sin embargo esos escollos quedaron atrás, y en 1975 prestó
su servicio social en San Vito de Java, hoy San Vito de Coto Brus,
lugar donde conoció a una estadounidense, con la cual contrajo nupcias,
tomó sus maletas para consolidar su sueño y partió a los Estados Unidos.
Ahí
tampoco las cosas fueron fáciles, pero logró hacer una residencia en
Cirugía General en la Universidad de California at Davis, y con ello
comenzó su crecimiento vertiginoso, que lo ubica como pionero en
trasplantes de hígado en niños de un año de edad, en la nación del
norte.
Primero estudió en Suecia una especialización en
Bioquímica y luego otra en cirugía cardiovascular. Más tarde, hizo
estudios de investigación sobre trasplantes de órganos en la
Universidad de Pittsburgh, Pennsylvania, pero lo que lo motivó a
especializarse en trasplante de hígados, fue que le salvó la vida a un
estudiante de Medicina.
Esquivel narró que el joven presentaba
una hepatitis fulminante y estaba en coma. A él lo destinaron para que
le hiciera un trasplante de hígado, con tan buen suceso, que el
muchacho sobrevivió y luego se graduó de cirujano. Eso lo hizo cambiar
de rumbo en su carrera.
Ahora él ha hecho más de 1,200
trasplantes de hígado, y su centro se ha convertido en uno de
referencia de casos complicados a nivel nacional e internacional.
Es
jefe de la División de Trasplantes de la Escuela de Medicina de la
Universidad de Stanford, del hospital infantil Lucile Packard, y además
es profesor de trasplantes pediátricos.
El Dr. Esquivel, nos
dijo que nunca ha trabajado en Costa Rica. “Nadie es profeta en su
propia tierra”, declara. Pero antes y después del 12 noviembre, día que
intervino a las siamesas, su nombre se convirtió en un punto importante
de referencia para los medios y la sociedad médica costarricense.
El milagro es de la Ciencia
Sin
embargo, la fama no parte de esos momentos, sino todo lo contrario,
pues en la década de los 80 se destacó cuando realizaba con éxito
trasplantes de hígados a infantes que en esa época eran prácticamente
declarados desahuciados, debido a que la medicina no se había
desarrollado como en nuestros días.
¿Cuál fue su primera idea cuando le dijeron que operaría a las siamesas?
Lo
primero que pensé fue que tenía que dividir el hígado con rapidez y sin
pérdida de sangre para no llegar a complicar la separación del corazón,
debido a que el hígado tenía que separarse primero.
¿Qué sensación experimentó mientras separaba el hígado de las niñas?
Estaba optimista y bastante seguro de que la intervención no iba a tener complicaciones.
¿Puede considerarse esto un milagro... la separación exitosa?
No.
El progreso en Medicina y en Cirugía ha hecho que se puedan hacer estas
operaciones con bastante éxito. Siempre que hay un buen resultado, es
un triunfo de la Medicina.
¿Es un triunfo de la Medicina?
Siempre que hay un buen resultado, es un triunfo de la Medicina.
¿Es su primera experiencia en este tipo de cirugías o ha tenido otras?
Primera vez que he participado en una cirugía de siamesas. Son operaciones muy raras.
¿Actualmente cuál es el estado de las niñas?
Se siguen recuperando bien. Están en el salón general recibiendo rehabilitación.
¿Cuál es el futuro médico inmediato de ellas?
Hasta ahora esperamos que tengan una vida bastante normal.
Extraña los tamales navideños
El
Dr. Carlos Esquivel visita su país unas tres veces al año, para abrazar
a su hermano, para vacacionar o para participar en seminarios. Él
espera que el pueblo tico y el nica sigan apoyando a Yurelia y a
Fiorella para “proveerles un ambiente saludable” a fin que crezcan y
tengan una vida productiva normal.
¿Qué extraña de su país?
Con
excepción de las malas calles, y la inseguridad social, extraño todo:
la gente, la familia, amistades, el clima, las playas, y, por supuesto,
la comida, sobre todo los tamales en Navidad.
El Dr. Carlos O.
Esquivel, es el primer receptor de la cátedra The Arnold and Barbara
Silverman Professor of Pediatric Transplantationen de la Universidad de
Stanford, en California. Es profesor de la Facultad de Cirugía de la
Universidad de Stanford y Director de los Programas de Trasplantes
Abdominales (hígado, riñón, páncreas e intestino), en el Centro Médico
de Stanford y el Hospital de Niños Lucile Salter Packard de Stanford.
Se
graduó en la Facultad de Medicina de la Universidad de Costa Rica.
Después hizo la residencia en cirugía general en la Universidad de
Davis en California, y estudios de posgrado en la Universidad de Lund,
en Suecia, donde obtuvo su Ph.D. en 1983.
Ha formado a más de 40 cirujanos
El
entrenamiento en trasplantes lo hizo en la Universidad de Pittsburgh
bajo la tutela del Dr. Thomas Starzl, pionero de los trasplantes de
hígado. De 1984 a 1988, fue miembro del equipo de trasplantes en la
Universidad de Pittsburg.
Es fundador del Programa de Trasplante
Hepático en el Hospital Pacific Presbyterian, actualmente conocido como
California Pacific Medical Center in San Francisco.
Éste fue de
los programas de más volumen y con los mejores resultados en los EU. En
1995, pasó a la Universidad de Stanford para que comenzara el programa
de trasplantes de hígado en esa institución de tanto prestigio.
En
1999, la Universidad le confirió el rango de Director de los Programas
Abdominales, cargo que ejerce hasta la fecha. Supervisa varios
proyectos de investigación clínica y experimental y es un investigador
con mucha creatividad. Cuenta con más de 400 publicaciones en revistas
científicas y ha dado más de 150 conferencias en Estados Unidos y otros
países. Ha entrenado a más de 40 cirujanos de EU y de varias partes del
mundo en la cirugía del trasplante.
En 2004, el Dr. Esquivel
asumió el cargo de Director Asociado del Instituto de Inmunidad,
Trasplante e Infección en la Universidad de Stanford. |