Cada año, en el mundo mueren unos 10 millones de pequeños antes de cumplir los 5 años. De ellos, seis millones pierden la vida a causa de infecciones que
podrían ser tratadas con medicamentos eficaces para ellos, de fácil
acceso y a precio razonable.
El cálculo es de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que
destapó un problema hasta ahora invisible: el tipo de medicinas que
reciben los niños.
Lo poco que se conoce sobre el tema es inquietante: los medicamentos
eficaces para adultos son usados en niños sin probar sus verdaderos
efectos. Por ejemplo, un inhalador para el asma podría inhibir el
crecimiento y un parche narcótico (usado para aliviar el dolor después
de una operación) podría causar sobredosis mortales en los niños.
Margaret Chan, directora general de la OMS, expresó hace unos días
su preocupación por el tema. "La falta de medicamentos específicos para
los niños afecta tanto a los países pobres como a los ricos", dijo.
Chan se basa en que, en las sociedades industrializadas, a más de la
mitad de los pequeños se les recetan fármacos diseñados para adultos,
que no están autorizados concretamente para ellos.
En los países en desarrollo, como Colombia, el problema es peor, porque hay menos acceso a los medicamentos en general.
El informe de la OMS se publicó apenas unas semanas después de que
una comisión de expertos le recomendó a la Administración de Alimentos
y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés), de Estados Unidos, que
exigiera que las etiquetas de buena parte de los antigripales y jarabes
para la tos de venta libre para niños indiquen que debe evitarse su
suministro a menores de 2 años.
Un reporte del Centro para el Control de Enfermedades de ese país
(CDC) señala que 1.500 niños sufrieron complicaciones por el uso de
estas drogas entre el 2002 y el 2004, además de que 115 murieron por
causas relacionadas con el uso de descongestionantes y
antihistamínicos.
Se falla hasta en las dosis
Un informe del diario The Washington Post, publicado en noviembre,
va más allá. Señala que una década después de que el gobierno de
Estados Unidos empezó a tratar de garantizar que las medicinas para
niños sean seguras, los médicos aún tienen información escasa para
orientarse sobre cómo recetar esos fármacos.
Para tratar de prevenir esto, algunos pediatras recetan dosis más
pequeñas, que pueden ser insuficientes para tratar la enfermedad. Y,
para completar, desconocen que, a veces, el organismo de los niños
elimina las sustancias con mayor rapidez que el de los adultos.
Aunque las autoridades han buscado que las farmacéuticas inviertan
en investigación, se cree que dos terceras partes de las drogas que se
usan en los pequeños no han sido probadas.
En Estados Unidos, a la fecha, algo más de 60 de entre 3.000
medicamentos han sido estudiados para verificar que no afecten a los
menores.
Richard L. Gorman, de la Academia Americana de Pediatría, reconoce
con crudeza el problema: "¿Hay niños que mueren por esta causa? No sé.
¿Hay niños tratados con menos eficacia por esta razón? Probablemente
sí. Ese es el problema: no sabemos lo que no sabemos".
La opinión de los pediatras
Hernando Villamizar, Presidente de la Sociedad Colombiana de Pediatría
"Los niños no son adultos en miniatura. Este concepto, que ni
siquiera los pediatras hemos podido asumir, hace referencia a que cada
etapa del desarrollo es diferente. Eso nos obliga a insistirles a las
familias sobre los riesgos que conlleva comprar medicamentos sin
fórmula. También, a sugerir a las autoridades que se ejerzan controles
serios y se vigile, con más rigor, la aprobación de medicamentos para
venderlos libremente.
Ojalá los encargados sean más exigentes y pidan el mayor número de
estudios y pruebas, que nos permitan a los profesionales tener más
certezas y, por ende, mayor efectividad en los tratamientos de los
niños (...) Este es uno de sus derechos."
Comentarios reservados a usuarios registrados. Por favor ingrese al sistema o regístrese. Powered by AkoComment! |