Las primeras estimaciones sobre la incidencia del sida en África, realizadas hace dos décadas, señalaban que uno de cada tres adultos entre los 15 y los 49 años moriría de sida sólo en Ruanda. Afortunadamente, estas previsiones no se han cumplido y los últimos informes indican que el número de infectados en muchos países africanos es menor al que indican las estadísticas de Onusida. La tasa actual de enfermos con VIH en Ruanda es del 3%, según los estudios llevados a cabo por la compañía de investigación OCR Macro, financiados por la Agencia de Desarrollo Internacional de los Estados Unidos.
Cuando comenzó la epidemia de sida, los primeros científicos que se implicaron en la lucha contra la enfermedad estimaron que los infectados en ese país llegarían al 30%, mientras que la Agencia de Naciones Unidas contra el Sida (ONUSIDA) rebajó la cifra al 13% en 1998.
Sin embargo, los nuevos datos, que se han obtenido también en otros 14 países africanos, son bastante más optimistas y recogen que aunque el sida se puede calificar como el principal problema de salud en el continente negro no llega a ser la catástrofe nacional que un día se predijo. Los trabajos revelan que la epidemia de sida es más femenina y urbana de lo que se creía y que el verdadero epicentro, donde la enfermedad está devastando las ciudades, se encuentra en el sur africano, en países como Sudáfrica, Botswana, Suazilandia y Zimbabue. Mientras, en el África Occidental y Oriental, la incidencia de la infección es menor de lo que se ha dicho. Los motivos por los cuales los datos ofrecidos por ONUSIDA han estado, hasta ahora, sobreestimados, pueden encontrarse en que se asumió que los niveles de infección entre las mujeres embarazadas que asistían a las clínicas prenatales podían extrapolarse al resto de la población adulta, según declaran algunos investigadores al periódico 'The Washington Post'. Ahora se conoce que la propagación del VIH entre estas mujeres es mayor que en los demás adultos. Una antigua polémica ONUSIDA, la agencia que dirige el belga Peter Piot, se creó en 1995 y realizó su primer informe sobre la situación del sida en el mundo en 1998. Desde entonces, cada año publica una evaluación de la epidemia. Según informa el diario estadounidense, en 2002 surgieron las primeras discrepancias en torno a los datos que ofrecía la agencia. Mientras ONUSIDA indicaba que la tasa de infección por VIH en Zambia alcanzaba al 21,5% de los ciudadanos, los estudios nacionales rebajaban el porcentaje a 15,6%. Lo mismo ocurrió con los números de Burundi y Sierra Leona. Para el epidemiólogo Peter Ghyst, que trabaja en la Agencia de la ONU desde 1999, las proyecciones sobre el número de contagios eran demasiado altas porque estaban basadas en los datos obtenidos de las clínicas prenatales. Ante las críticas recibidas por este baile de cifras, este experto declara al Washington Post que las estimaciones se intentan hacer lo mejor posible y que no se inflan los datos a conciencia. "No creo que ONUSIDA o la OMS quisieran hacer eso. Afectaría a su credibilidad", explica. Pese a esta polémica, algunos activistas y expertos en la lucha contra el sida consideran que lo realmente importante, mucho más que la diferencia entre el número de infectados, es encontrar los recursos y las estrategias más eficaces para combatir la enfermedad. |