El exceso de hierro: una bomba en el organismo |
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EstarBien.com (por Sonia Garde)
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viernes, 14 de diciembre de 2007 |
Las hemocromatosis pueden ser de origen genético o adquirido, pero ambas se pueden prever y corregir.
Todos los excesos son malos y el de hierro
no es ninguna excepción. A pesar de que se trata de un elemento
indispensable para nuestra vida, al sobrepasar el umbral permitido (más
de cinco gramos en el organismo) se descontrola y empieza a dañar las
moléculas de las células que acaba destruyendo. Los órganos más
afectados por esta sobrecarga de hierro son el hígado, el páncreas, el
corazón, los sistemas hormonales y las articulaciones y, en ocasiones,
puede llegar a matar, según explica a BIEN el doctor Albert Altés,
presidente de la Asociación Española de Hemocromatosis.
Hay
dos tipos de hemocromatosis: genética o hereditaria y adquirida, que se
deben tratar de forma distinta. La primera se trata de una alteración
genética, que afecta a una de cada mil personas en España, aunque los
que finalmente desarrollarán daños son muchos menos (uno de cada 10.000
afectados), por lo que se considera como "enfermedad rara". Para su
detección se utilizan pruebas bioquímicas de cribado o el test genético
de hemocromatosis. Gran parte de ellas se diagnostican porque un 80 por
ciento están causadas por mutaciones de genes muy concretas, según el
doctor Altés, también hematólogo del Hospital de l'Esperit Sant de
Santa Coloma de Gramenet (Barcelona). La terapia para estos casos,
añade, puede parecer un poco medieval, pero es muy efectiva. "Se trata
de hacer flebotomías, que consiste en la extracción de sangre y, por
tanto de hierro, de forma repetida", afirma.
La hemocromatosis
secundaria afecta a personas que debido a otra patología (talasemia
mayor, anemias, etc.) tienen que someterse a continuas transfusiones.
La terapia se fundamenta en fármacos que ayudan a eliminar el exceso de
hierro por la orina y las heces. "En el último año ha habido una gran
novedad gracias a la aparición de deferoxamina, que se administra una
vez al día por vía oral, con muy buenos resultados. Antes, los
medicamentos se tenían que inyectar", detalla.
Por último, el
doctor Altés se lamenta por la cantidad de sangre que se desecha
obligatoriamente porque la ley no lo especifica. "La normativa dice que
sólo se pueden admitir donaciones de sangre cada tres meses, es decir,
cuatro al año. No obstante, los pacientes con hemocromatosis primaria
se deben someter a frecuentes extracciones (hasta dos veces por semana)
que se tiran a la basura, en vez de aprovecharlas", precisa el
especialista.
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