Las revisiones sobre el cribado de aneurismas aortoabdominales señalan que son eficaces para un diagnóstico precoz y consiguen disminuir la tasa de fallecimientos./p>
Un aneurisma es una dilatación de una arteria que puede llegar a
romperse al debilitarse progresivamente su pared. De un 5% a un 10% de
los hombres de entre 65 y 79 años tienen un aneurisma abdominal en el
área de la aorta, arteria principal del corazón en trayecto por el
abdomen. Y en la mayoría de los casos, la rotura es el primer síntoma.
Recientemente, expertos en Angiología y Cirugía Vascular han expuesto
que existe la suficiente evidencia científica de que el cribado permite
un diagnóstico precoz, reduciendo la mortalidad y es rentable en
términos económicos.
La prevalencia y consecuencia que tienen las enfermedades vasculares en general hace que, desde sociedades científicas como Sociedad Española de Angiología y Cirugía Vascular,
se aúnen esfuerzos para optimizar los recursos sanitarios y aportar
soluciones que se traduzcan en guías de práctica clínica avaladas. La
octava edición del Curso de Angiología en Atención Primaria y
Enfermería, celebrado recientemente en Mataró (Barcelona), ha reunido a
expertos de todo el país para debatir, entre otros aspectos, sobre la
importancia y el coste-efectividad del cribado de los aneurismas
aortoabdominales (AAA).
Prevalencia de AAA
Un AAA se define como una dilatación de la aorta abdominal superior
a 3 cm. de diámetro transversal. Cuando este diámetro aumenta por
encima de los 5,5 cm., los expertos recomiendan intervenir
quirúrgicamente. Este tratamiento electivo presenta una mortalidad del
5%. Los AAA en una población de riesgo constituye, según un artículo
publicado recientemente en 'Angiología', una patología de evolución
oculta cuya manifestación clínica más temida, la ruptura, se asocia a
una elevada mortalidad (80-90%). Para los que se someten a una
reparación quirúrgica de urgencia la tasa alcanza el 50%. Estas cifras
superan a las de muertes por cáncer de pulmón y próstata.
LA prevalencia de AAA con un diámetro superior a los 3 cm. en
varones de más de 65 años ronda el 6%, pero en individuos de 60 años
con algún factor de riesgo cardiovascular se multiplica aproximadamente
por tres. El tabaquismo y la hipertensión se consideran factores
relacionados. Así, el primero multiplica por cinco el riesgo de sufrir
la enfermedad y, el segundo, lo triplica.
Sin embargo, cuando se unen ambos factores, el riesgo es 13 veces
mayor. Además, las cifras indican que cada año aparecen entre 30 y 40
casos nuevos por cada 100.000 personas. Por estas cifras nada
despreciables, los expertos están de acuerdo que para poner freno a
esta situación se necesitan herramientas que ayuden al diagnóstico
precoz antes de su rotura.
Una simple ecografía
Una ecografía abdominal en
población de riesgo disminuiría el número de cirugías urgentes con una
reducción de un 42% de mortalidad
A un programa de cribado se le piden ciertos requisitos:
eficiencia, eficacia y un coste-efectividad rentable. Esto es, que
sirva para detectar la patología asintomática para poder incidir antes
de que sea demasiado tarde en los pacientes de riesgo. Existen
diferentes estudios que avalan este procedimiento en población
seleccionada. El mayor y más importante realizado hasta ahora, el
estudio 'Multicentre Aneurysm Screening Study', MASS, llevado a cabo en
el Reino Unido con una población de más de 67.000 personas, revela que
el grupo al que se realiza una ecografía abdominal tiene menos cirugías
urgentes con una reducción de hasta un 42% de mortalidad que el grupo
control.
Asimismo, la guía publicada en 2006 por la U.S. Preventive Services
Task Force invita a seguir una serie de recomendaciones al respecto:
realizar el cribado a todos los varones de entre 65 y 75 años que hayan
fumado, y no realizarlo en aquellos que no hayan fumado nunca ni en
mujeres.
De la misma manera, de una revisión sistemática por el Grupo
Cochrane de Enfermedades Vasculares Periféricas de todas las
investigaciones realizadas hasta ahora, se extraen conclusiones claras:
existen pruebas de una reducción significativa en la mortalidad por AAA
en hombres de 65 a 79 años sometidos a cribado ecográfico, disminuyendo
la incidencia de rotura de AAA y reduciendo la mortalidad de varones en
edad de riesgo. No obstante, también añaden que son necesarios más
análisis.
SCREENINGS CON INCONVENIENTES
El objetivo de realizar un cribado o screening en una población de
riesgo es descartar o hallar enfermedades de forma precoz para poder
actuar prematuramente. Sin embargo, no siempre estos exámenes son
beneficiosos. Así lo que sugieren los especialistas vasculares.
Efectuar de forma sistemática un cribado puede acarrear algunas
consecuencias negativas: porque todas las personas con AAA mayores de
5,5 cm. no forzosamente fallecen por su causa; el equilibrio entre el
riesgo de ruptura y el de la cirugía es difícil de calificar en
individuos sanos y, el tercer motivo que aluden, y el que más
controversia levanta, es que aquellas personas sanas a las que se
diagnostica un aneurisma pequeño en el que no está indicado la cirugía
electiva les puede causar gran ansiedad.
Según Carlos Esteban Gracia, del Hospital Universitari Germans
Trias i Pujol de Badalona (Barcelona), el cribado estaría indicado en
«pacientes fumadores o en hipertensos de larga evolución y en aquellos
con factor de riesgo de sufrir arteriosclerosis». En cuanto al coste
económico que representaría efectuar un cribado a la población de
riesgo, en las consultas de atención primaria, este especialista es de
la opinión que «una simple ecografía abdominal cuesta menos que un AAA
roto y sus consecuencias».
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