Una nueva publicación de la Organización Panamericana de la Salud subraya razones cruciales para considerar al alcohol una urgente prioridad para la salud pública en el hemisferio. Se estima que ya en el año 2002 el alcohol produjo en la Región la muerte de una persona cada dos minutos.
El consumo de alcohol en las Américas es aproximadamente un 40%
mayor que el promedio mundial. Así se afirma en una nueva publicación
de la Organización Panamericana de la Salud que, al tiempo de
evidenciar que el consumo y los patrones de ingesta de alcohol en las
Américas se hallan ya en niveles perjudiciales y la Región supera las
medias globales para muchos de los problemas relacionados con el
alcohol, afirma categóricamente también la necesidad crítica de iniciar
acciones a nivel nacional para transformar al alcohol en una prioridad
de salud pública en el hemisferio.
En respuesta a la pregunta de por qué el alcohol es una amenaza para
la salud pública en la Región, la nueva publicación de la OPS Alcohol y
Salud Pública en las Américas: un caso para la acción, afirma en su
introducción que existen varias razones cruciales para considerar al
alcohol una urgente prioridad en los Estados Miembros. La publicación
afirma que las Américas superan a las estadísticas medias globales en
muertes relacionadas con el alcohol, en consumo de alcohol, en patrones
de consumo de alcohol y en trastornos por el uso del alcohol.
La principal autora de este nuevo reporte es la Dra. Maristela G.
Monteiro, Asesora Regional sobre Alcohol y Abuso de Sustancias de la
OPS, con quien ha trabajado un amplio panel de expertos.
A pesar de las amplias variaciones subregionales, "el valor promedio
de consumo per cápita de alcohol en las Américas es de 8.7 litros, lo
cual está muy por encima de la media global de 6.2 litros", afirma la
Dra. Monteiro.
La Asesora Regional y el equipo que con sus aportes ha hecho posible
este estudio pionero expresaron con preocupación que el papel del
alcohol como factor causal de problemas sociales y de salud ha
alcanzado en las Américas un nivel que hace imperativa la acción
urgente para poder revertir en los países y la Región las estadísticas
epidemiológicas de este fenómeno y sus consecuencias.
El informe señala que países industrializados y desarrollados como
Estados Unidos y Canadá, tienen un elevado consumo per cápita (9.3
litros de alcohol puro per cápita para personas de 15 años de edad o
más). Se estima -continua el informe- que (aquí) hay un 11.2% de
bebedores intensos y un consumo promedio de 14.3 litros por bebedor
adulto.
"El consumo excesivo episódico es especialmente prevalente entre
jóvenes en varios países de la Región. El patrón de ingesta promedio
entre adultos en la mayoría de los países de las Américas es de riesgo
para la salud", afirma el estudio, que añade además que la mayor parte
de la carga de morbilidad por alcohol en la Región recae sobre
Centroamérica y Sudamérica. "Se estima que en el año 2002, el alcohol
produjo la muerte de una persona cada dos minutos en la Región".
La Dra. Monteiro señala que entre los jóvenes, el alcohol es la
droga predilecta. Las investigaciones sugieren que los niños están
comenzando a beber ya desde los 10 años de edad. En el 2002, al menos
69.000 muertes de personas entre 15 y 29 años de edad se atribuyeron a
la ingesta de alcohol. "El alcohol no es una mercancía ordinaria",
afirma la Asesora Regional de la OPS. "El alcohol es una droga con
efectos tóxicos, además de otros peligros intrínsecos, como
intoxicación y dependencia. Si se consume en exceso, el alcohol puede
causar muerte, enfermedades crónicas, accidentes, lesiones y numerosos
problemas sociales".
Políticas sobre alcohol
La Dra. Monteiro ha insistido reiteradamente en la necesidad de que
los Estados Miembros de la OPS desarrollen, formulen y apliquen
políticas sobre alcohol. Ahora, con una amplia descripción de la
problemática epidemiológica gracias a una detallada riqueza de datos y
estadísticas, la nueva publicación de la OPS entrega a las Américas la
evidencia de "un caso para la acción". En este sentido, el compromiso y
la voluntad políticas se ven como factores decisivos para emprender una
seria y consistente respuesta panamericana a este reto regional.
"El tema de los daños relacionados con el alcohol en la Región aún
no se lo ha visto asociado con políticas sobre alcohol bien
desarrolladas", afirma la experta de la OPS. "Algunos países tienen
respuestas políticas sofisticadas y bien desarrolladas para las
consecuencias sociales y sanitarias del uso perjudicial de alcohol,
aunque su implementación en el país -lamenta la Dra. Monteiro- varia de
un estado a otro, e incluso de una Región a otra". La mayoría de los
países tienen políticas compatibles con las últimas evidencias de las
investigaciones, aunque "en la práctica no se aplican".
La publicación OPS hace referencia expresa y explica el por qué de
la necesidad para fijar límites legales mínimos de edad en base a los
especiales riesgos para el desarrollo que representa la ingesta en la
juventud y adolescencia; de implementar y estructurar fehacientemente
restricciones sobre disponibilidad de bebidas alcohólicas y sobre su
venta al por menor, y sobre aspectos de legislación y políticas
nacionales en cuanto a precios e impuestos, que han mostrado tener un
efecto muy significativo en la reducción de la morbilidad y mortalidad
por cirrosis y otras enfermedades crónicas y en los índices de
violencia que se asocian con una ingesta excesiva.
La publicación también enfatiza la importancia de normativas y
regulaciones sobre conducción en estado de ebriedad que permitan
reducir las lesiones y muertes prematuras que se derivan del manejo de
vehículos motores después de haber bebido. Para la OPS, estas políticas
deben acompañarse de programas encaminados a aumentar la conciencia
pública sobre el riesgo de conducir bajo los efectos del alcohol. En
tal sentido, el estudio señala que aunque existen, los límites de
niveles de alcohol en la sangre a la hora de conducir no se aplican en
la mayoría de los países. "Y la policía muchas veces ni siquiera tiene
el equipo para realizar estas mediciones en conductores que están
potencialmente bajo la influencia del alcohol".
10 componentes para la acción
El patrocinio y publicidad del alcohol en las Américas se destaca
como un enorme problema que actúa en detrimento directo frente a la
salud pública de todos, especialmente entre los jóvenes y otras
poblaciones vulnerables.
"Los patrocinios son una parte importante de la comercialización y
promoción del alcohol y están diseñados para expandir el mercado,
muchas veces dirigidos directamente a los jóvenes y otros grupos
vulnerables", afirma la publicación. "Los patrocinios cubren eventos
deportivos y juveniles, eventos culturales, así como celebraciones y
eventos nacionales". Todo ello, afirma la Dra. Monteiro, permite que el
beber alcohol no solo se convierta en parte esencial de la vida social
sino que contribuye a percepciones positivas sobre el consumo.
La publicación de la OPS señala finalmente que la situación del
alcohol en la Región y el vacío de políticas de real aplicación en los
países muestran la necesidad de un enfoque consistente, comprehensivo y
eficaz para abordar los daños asociados con el alcohol. Por ello, el
documento concluye con una base para la acción integrada por estos 10
componentes que a continuación se resumen:
1. Establecer mecanismos legislativos y reglamentarios para la
producción y venta de bebidas alcohólicas 2. Establecer un sistema
impositivo adecuado para las bebidas alcohólicas
3. Reglamentar o prohibir la publicidad o promoción de las bebidas
alcohólicas
4. Tratar el tema del manejo en estado de ebriedad
5. Integrar y difundir programas de prevención e identificación
temprana e intervenciones breves en la atención primaria de la salud
6. Desarrollar sistemas de tratamiento accesibles, integrados en el
sistema general de salud
7. Desarrollar sistemas de información para monitorear el consumo y los
daños del consumo excesivo del alcohol
8. Aumentar la conciencia pública y el apoyo a políticas efectivas
9. Apoyar y proveer recursos para acciones comunitarias, y
10. Considerar al alcohol en los acuerdos comerciales como una
mercancía especial
"La OPS tiene áreas de trabajo ya existentes que pueden contribuir
a una estrategia coordinada y beneficiarse de ella", dijo la Dra.
Monteiro desde Washington, D. C. "Las áreas incluyen, entre otras,
prevención de la violencia y las lesiones, salud mental, control del
tabaco, prevención de enfermedades no transmisibles, nutrición y salud,
género y salud, salud infantil y adolescente, salud indígena y
promoción de la salud".
Alcohol y Salud Pública en las Américas: un caso para la acción, se puede acceder gratuitamente presionando en el siguiente enlace:
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