El mejor alimento que se le puede dar a un recién nacido es sin duda la leche materna, que tiene entre sus principales componentes, las grasas poliinsaturadas (DHA y ARA) y Colina, componentes esenciales para el desarrollo del organismo en los primeros años de vida. Los ácidos grasos (DHA y ARA), junto con Colina, hierro y otros nutrientes constituyen además una parte fundamental en la estructura y función del desarrollo visual y mental del Sistema Nervioso Central.
La Colina, aminoácido y componente fundamental de la leche materna y de la placenta, sirve de alimento en la formación del niño durante su desarrollo en el vientre materno. Una vez ocurrido el nacimiento, la glándula mamaria es capaz de concentrar Colina hasta en 60 veces más que en la Colina plasmática, de allí su importancia como constituyente de la leche materna y en algunas leches fortificadas.
Su importancia radica en ayudar al funcionamiento cardiovascular y cerebral, pues forma parte esencial de diversos tejidos estructurales del cerebro como la mielina, componente del sistema nervioso y que permite una gran velocidad en la transmisión de los impulsos nerviosos entre distintas partes del cuerpo. Además, impide que el metabolismo de los lípidos se deposite en el hígado y juega un papel importante en el metabolismo de las grasas y en la transmisión de los impulsos nerviosos a los músculos, incluido el corazón.
Déficit de Colina Si un niño no es alimentado con suficiente leche materna, y no recibe los nutrientes como la Colina, puede padecer de graves problemas en el hígado así como también trastornos mentales. La falta de componente puede originar trastornos hepáticos que se manifiestan normalmente en insuficiencia hepática o hígado graso. Asimismo, es responsable de la formación del sistema nervioso. Por ello, un déficit de Colina, puede producir desajustes en el cerebro, que se manifiestan en forma de conducta no apropiada, problemas emocionales y falta de memoria.
Las principales fuentes de Colina son los huevos, las vísceras en general o la carne roja, soya, coles, garbanzos, lentejas, coliflor, el arroz, la lechuga, el maní o el zumo de la uva. Además, la Colina se puede obtener a partir de vitaminas y leches fortificadas para niños pequeños.
Algunos padres ignoran que en el mercado ya existen leches fortificadas o enriquecidas de uso diario, y que contienen Colina, DHA y ARA para potenciar el desarrollo cerebral y cardiovascular del niño. Es de suma importancia que durante los primeros cinco años de vida, el niño reciba los nutrientes necesarios para optimizar su desarrollo mental y físico.
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