El número de personas que acuden a las urgencias de los hospitales
aumenta en nuestro país a razón de un 4% cada año. Además hay escasez
de personal sanitario para atender a los usuarios, que en esta época
del año incrementan su afluencia a causa de procesos respiratorios,
enterocolitis y urgencias pediátricas, entre otras afecciones que la
mayoría de las veces -casi tres de cada cuatro- podrían atenderse en
los centros de salud.
Las cargas de trabajo que no ceden, con picos más
acusados a mediodía -entre las doce y las 4- y durante la tarde,
excepto cuando hay algún acontecimiento televisivo, y unas plantillas
muy ajustadas provocan entre los profesionales situaciones como la
vivida hace unas semanas en el hospital de Móstoles, donde nueve
médicos abandonaron el Servicio de Urgencias en pocos días.
Con la actual escasez de médicos, los profesionales
pueden elegir destino y los servicios de urgencias empiezan a estar a
la cola de las preferencias. Hasta el punto de que en ocasiones se ha
hecho necesario recurrir a la contratación de médicos de otras
nacionalidades con dificultades con el idioma, confirma Tomás Toranzos,
vicepresidente de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y
Emergencias (SEMES). Y esto a pesar de que «en urgencias la
comunicación con el paciente es fundamental, pues hay que tomar
decisiones rápidas y recoger información sobre el motivo de consulta
para poder orientar al proceso».
En opinión del Vicepresidente de SEMES y adjunto del
Servicio de Urgencias del Hospital Virgen de la Concha, de Zamora, no
es admisible que «todos los años por las mismas fechas y en las mismas
circunstancias los servicios de Urgencias estén desbordados, los
enfermos en malas condiciones, los profesionales trabajando a destajo
y, sobre todo, deteriorándose la calidad de la asistencia». Para
Toranzos, las Administraciones han encontrado la coartada perfecta al
echarle la culpa a los ciudadanos, que abusan del servicio, y al virus
de la gripe».
Aunque Toranzos reconoce que la solución no es fácil, a
su juicio pasa por adecuar las plantillas de urgencias, que deben tener
alguna compensación positiva -más descansos, menos cargas y una mayor
motivación profesional en cuanto a formación-. Desde SEMES se apoya la
creación de la especialidad de Medicina de Urgencias como una más de
las posibilidades de elección dentro del programa de formación de
médicos residentes.
En opinión de Manuel Moya Mir, presidente de la Sociedad
de Medicina de Urgencias y Emergencias de la Comunidad de Madrid, la
existencia de la especialidad de Medicina de Urgencias -a semejanza de
lo que ocurre en la mayoría de los países anglosajones y algunos
europeos- garantizaría que «la atención profesional fuera perfecta». No
obstante, aclara que «ahora la mayoría de los profesionales de
urgencias están bien preparados, aunque no exista la especialidad en
España, porque se han especializado a lo largo de muchos años de
ejercicio profesional».
«Sin embargo, si no se nos facilita nuestra labor, a
medida que nos vayamos jubilando o volviendo a nuestras especialidades
iniciales, en breve no habrá médicos para atender las urgencias
hospitalarias. Y habrá que rellenarlo de alguna forma, con médicos que
estén de paso en los servicios, sin la formación suficiente, o de otros
países, en ocasiones sin ninguna especialización. Desde luego, la
atención no va a ser como la que ofrece el especialista en urgencias o
la de quienes ya nos hemos especializado con los años de ejercicio».
Para Moya Mir ninguna de las tres especialidades que
suelen atender las urgencias -Medicina de Familia, Medicina Interna o
Cuidados Intensivos - ofrecen la formación que se requiere en
Urgencias. «La nueva especialidad debería incluir los tres aspectos
básicos de la atención en urgencias: la reanimación cardiopulmonar,
atención al politraumatizado y el dominio de los sistemas de
clasificación de prioridad de los enfermos o triaje».
Antonio Caballero, médico de Familia de las Urgencias
del Hospital Virgen del Rocío y miembro del Grupo de Urgencias de la
sociedad Española de Medicina Comunitaria y de Familia (Semfyc), no
comparte la necesidad de la creación de una especialidad en Medicina de
Urgencias por dos motivos: «No tiene sentido darle un título de
especialista a profesionales que ya están trabajando y capacitados y
además porque las especialidades más representativas en urgencias ya
contemplan la formación de urgencias en sus programas de residencia. Y
desde hace cuatro años los médicos de familia -los más frecuentes en
los servicios de urgencias- durante su formación como residentes hacen
guardias en estos servicios y en los equipos de emergencias del 061».
En su opinión el perfil de médico de familia está adecuado a este
puesto porque «permite decidir sobre casos desde leves hasta graves sin
necesidad de esperar a que acuda el especialista de planta. Además
puede enfrentarse a los problemas psicosociales que con frecuencia se
plantean en los servicios de urgencia».
Desde la Sociedad Española de Medicina Interna, Gonzalo
García de Casasola, señala que aunque respetan la opinión de quienes
defienden la creación de una especialidad, no creen que con eso se vaya
a solucionar el problema, que estima es sobre todo de organización.
Tras varios años de permanecer en Urgencias dice que es difícil que un
profesional aguante por la dureza del trabajo. «Crear la especialidad
supone que ya no tienes otra salida cuando cumples años». Comentarios reservados a usuarios registrados. Por favor ingrese al sistema o regístrese. Powered by AkoComment! |