Aunque para la aparición del cáncer de cuello
uterino (o cervical) pueden transcurrir 20 años desde el momento de la
infección, no se ha podido disminuir su frecuencia y sigue siendo una
de las causas más frecuentes de muerte en el mundo, a pesar de la
disponibilidad de herramientas de prevención como el Papanicolaou y la
colposcopía.
Profesionales de diferentes ramas de
la medicina -como ginecólogos, virólogos y pediatras, además de
especialistas en salud de adolescentes y jóvenes y en patología
cervical- redactaron un documento en el cual recomiendan a la población
la utilización de una vacuna para prevenir la infección con algunos
tipos del virus del papiloma humano (HPV, por sus siglas en inglés), la
principal causa de cáncer de cuello de útero en mujeres.
La
iniciativa surgió como consecuencia de que "a partir de la aparición de
la vacuna en el país empezamos a recibir cada vez más consultas de las
madres de las pacientes para saber nuestra opinión", recordó la Dra.
Analía Tablado, presidenta de la Sociedad Argentina de
Ginecología Infanto Juvenil (Sagij), en diálogo telefónico con El
Litoral. De esta forma, esta asociación se convierte en la primera
sociedad científica argentina en comunicar oficialmente una
recomendación respecto de la indicación y edad sugerida para la
inmunización con esta vacuna. El virus del
papiloma humano (HPV) es pequeño y se trasmite casi exclusivamente por
vía sexual, aunque también se comprobó la vía vertical: madre-hijo e
higiene inadecuada en personas portadoras que cuidan niños y el
compartir cama y ropa interior entre personas infectadas. El
HPV es una familia de virus cuyos 13 miembros pueden ser potencialmente
cancerígenos: 16, 18, 31, 33, 35, 39, 45, 51, 52, 56, 58, 59 y 66.
Además, se sabe que más del 95 % de los cánceres cervicales en humanos
tienen HPV de alto riesgo: 16 y 18. Las lesiones clínicas pueden ser
verrugas genitales, asociados a los tipos 6 y 11 del virus, las que son
más frecuentes entre mujeres de 15 a 24 años y entre varones de 20 a 29
años, según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Por
este motivo, la prevención del HPV es crucial para la disminución de
una enfermedad mortal como es el cáncer de cuello uterino, que
constituye el 94 % de los cánceres en mujeres de todo el mundo. El
período desde la infección hasta la expresión de la enfermedad varía
entre meses a años. Esta infección puede ocurrir a cualquier edad pero
con mayor frecuencia (50 %) entre los 15 y los 24 años, tanto en
varones como en mujeres.
Actualmente, en nuestro país existen dos vacunas en el
mercado: una que fue aprobada en noviembre de 2006, del Laboratorio
Merck Sharp & Dohme, y otra que está próxima a salir, del
laboratorio Glaxo. La Dra. Analía Tablado opinó que
"consideramos que es una vacuna confiable y segura, pero una de las
dificultades que presenta es el costo, ya que vale unos 900 pesos la
dosis y se requieren tres aplicaciones. Esto hace que esta inmunización
sea poco accesible a toda la población porque no está incluida en los
planes de vacunación obligatorios, al menos todavía". En
este sentido, aclaró que "algunas obras sociales y sistemas prepagos
cubren parcialmente el costo de la vacuna, de acuerdo con los
porcentajes que cada una abarca, y estos laboratorios han hecho algunos
convenios con ciertas farmacias, al menos en Capital Federal y Gran Buenos Aires,
como para que a los pacientes que no tengan obra social se les haga un
descuento sobre el precio total. De todos modos, el descuento es de un
40 %, motivo por el cual la dosis está en unos 500 pesos". Sin
embargo, la Dra. Tablado advirtió que "esta vacuna no evita el 100 % de
los cánceres de cuello de útero sino un 70 %. Tampoco evita que las
pacientes tengan que seguir cuidándose con métodos de barrera como es
el preservativo, ya que la vacuna no evita las enfermedades de
transmisión sexual sino que previene algunos casos de HPV". Y
agregó: "Otra recomendación fundamental es que las pacientes no tienen
que dejar de hacerse el Papanicolaou y la colposcopía en forma anual y
sistemática durante toda la etapa reproductiva. Lo peligroso sería
pensar que porque se ponen la vacuna no necesitan otros cuidados. No se
trata de la solución a las enfermedades de transmisión sexual sino que
es una herramienta más para prevenir el cáncer de cuello, uno de los
más frecuentes cánceres ginecológicos en la mujer".
El 30 de junio de 2007, la Sociedad Argentina de
Ginecología Infanto Juvenil convocó a profesionales de distintas
asociaciones científicas para llegar a un acuerdo sobre la opinión que
tenían sobre la nueva vacuna. Luego elaboraron una
serie de recomendaciones, que contó con la colaboración de
profesionales representantes de la Sociedad Argentina de Salud Integral
del Adolescente, la Asociación Argentina para el Estudio de las
Infecciones en Ginecología y Obstetricia, la Sociedad Argentina de
Virología, el Laboratorio de Oncología Molecular de la Universidad
Nacional de Quilmes y las Dras. Laura Fleider, Myriam Perrotta, Ángela
Gentile y Silvina Witis. Se basaron en lo expuesto
en las "Jornadas para la implementación de la vacuna del HPV",
encuentro organizado por las entidades y profesionales antes
mencionados en junio de 2007. El documento será
editado en la próxima edición de la revista de la Sociedad Argentina de
Ginecología Infanto Juvenil, pero ya se puede ver en su página web:
www.sagij.org.ar. Según anticipó la Dra. Tablado,
"vamos a hacer llegar estas recomendaciones también al Ministerio de
Salud de la Nación, quien no desconoce la existencia de las vacunas.
Pero no sabemos si está en el interés político del momento la
recomendación o la compra de estas vacunas en forma sistemática para la
población. Si esto no ocurre, se produciría una gran inequidad social,
ya que las pacientes que van a estar más resguardadas serán aquellas
que tienen acceso a la compra de la vacuna. Por el contrario, en los
sectores sociales más desprotegidos es donde la incidencia del cáncer
del cuello es mucho más alta".
La vacuna cuadrivalente que se encuentra a la venta
está indicada para las adolescentes y mujeres jóvenes entre los 12 y
los 26 años sin inicio de relaciones sexuales, pero también se puede
iniciar la vacunación desde los 9 años, aunque la edad ideal para
vacunar a la población es entre los 12 y los 14 años. También se podría
indicar a mujeres hasta 26 años que hayan iniciado sus relaciones
sexuales pero no tengan evidencia de infección actual por HPV. De
todas maneras, las sociedades científicas advirtieron que "esta vacuna
es preventiva y no terapéutica. Es prevención primaria (anterior a la
infección por el HPV) y no ha sido elaborada para tratar lesiones
provocadas por el HPV". También informaron que se
considera que, en las mujeres no infectadas, la efectividad de esta
vacuna sería cercana al 100 % para la prevención del cáncer cervical
vinculado a los tipos 16 y 18. Asimismo, insistieron en aclarar que la
vacuna no protege contra todos los tipos virales y que el 30 % de los
cánceres de cuello no serán prevenidos con la vacuna. Se
deben aplicar tres dosis: la primera, la segunda a los dos meses y la
tercera a los seis meses de la primera. Las mujeres vacunadas deben
realizarse anualmente a partir del inicio de relaciones sexuales, el
Papanicolau y la colposcopía, ya que la vacuna no previene todos los
tipos virales pero sí los que producen más frecuentemente cáncer en
Argentina. Está contraindicada para las personas con
alergia a hongos o a algún componente de la vacuna, embarazadas, y
mujeres que estén amamantando. En estos dos últimos casos no debería
administrarse ya que, si bien no han observado efectos adversos, se
carece de evidencias suficientes. De todas maneras,
la comunidad debe saber que -ante cualquier duda- no debe dejar de
consultar al ginecólogo/a infanto juvenil, profesional que orientará
con respecto a este tema.
La recomendación final del documento redactado por los
profesionales de la salud indica que "la vacuna es un valioso elemento
para la prevención de la infección por HPV, y debe ser considerada en
toda adolescente y mujer joven con las características antes expuestas". Sin embargo, plantea que debe ser precedida de las siguientes recomendaciones: 1)
Explicar claramente a las adolescentes, a sus madres y a otras usuarias
que la vacuna no evita otras infecciones de transmisión sexual ni todos
los cánceres de cuello uterino; que sigue siendo indispensable el uso
de preservativo; que siguen siendo necesarios los controles
ginecológicos habituales (Papanicolaou y colposcopía); y que no
deberían embarazarse durante la aplicación de la vacuna. 2) Revisar la vacunación contra hepatitis B u ofrecerla. 3) Reforzar que la educación sexual y la prevención de la salud integral deben ser la base de la atención. 4) Aplicar la Ley de Salud Sexual y Reproductiva.
- La vacuna es la segunda que previene tipos específicos de cáncer. - El cáncer de cuello de útero es el segundo cáncer más común entre las mujeres a nivel mundial. - Está especialmente recomendada para mujeres de entre 11 y 26 años. -
El 80 % de los casos de este tipo de cáncer se registra en países en
desarrollo, donde los programas de prevención no han sido correctamente
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