El gobierno británico se dispone a regular por primera vez la aromaterapia, la reflexología, la homeopatía y otras terapias alternativas, cada vez más populares en el Reino Unido, según adelanta el diario "The Times".
El nuevo Consejo para la Sanidad Natural, que goza del apoyo del
príncipe de Gales, podrá así prohibir el ejercicio de ese tipo de prácticas a
eventuales charlatanes así como a profesionales incompetentes o
desaprensivos.
Ese organismo se encargará de establecer estándares mínimos
capaces de garantizar que quienes practican esas medicinas alternativas están
debidamente cualificados para su práctica.
Los pacientes podrán a su vez trasladar posibles quejas a ese
Consejo, inspirado en el ya existente Consejo Médico General.
Aunque el sistema será en un principio voluntario, las
autoridades confían en que todos los practicantes lo acepten porque será una
garantía de calidad que tendrá en cuenta el público.
El organismo en cuestión sólo aceptará el registro de los
profesionales que hayan completado un curso reconocido oficialmente, estén
debidamente asegurados y suscriban un código de conducta.
Cifras en aumento
Actualmente, los británicos invierten el equivalente a más de
188 millones de euros en todo tipo de terapias alternativas y se prevé que esa
cifra aumente hasta 290 millones de euros en los próximos cuatro años.
Según algunos sondeos, un 68 por ciento de los ciudadanos del
Reino Unido creen que las terapias alternativas son tan válidas como las
tradicionales.
Sin embargo, desde hace tiempo las autoridades están preocupadas
por el hecho de que actualmente cualquier persona puede dedicarse a la
acupuntura, el herbalismo y otras prácticas de ese tipo.
Según una encuesta de "The Times", tres de cada cuatro personas
creen que quienes practican esas terapias alternativas están debidamente
formados y autorizados para hacerlo.
Entre las prácticas que regularán las autoridades sanitarias
figuran además los masajes, la osteopatía craneal, el shiatzu, el reiki y las
llamadas técnicas de Alexander y de Bowen.
El Consejo para la Sanidad Natural, impulsado por Carlos de
Inglaterra, lo integrarán una serie de personas nombradas gracias a un proceso
independiente y habrá una clara división entre ese organismo y los entes
profesionales representativos de las distintas terapias reguladas.
La sanidad pública británica gasta anualmente el equivalente de
73 millones de euros en el tipo de terapias alternativas que regulará el nuevo
consejo.
EFE
|