Un estudio del NIAID de Estados Unidos revela que el virus del sida sigue replicándose a bajos niveles en el tejido linfoide asociado al intestino.
A
pesar de la efectividad de la terapia antirretroviral todavía no se ha
podido erradicar el virus del sida de las personas infectadas, algo que
se debe en gran parte a la persistencia del VIH en reservorios donde
escapa a la acción de los fármacos. Uno de los reservorios más
importantes es el intestino, donde el virus causa daño a la gran
cantidad de células que ahí habitan, entre ellas los linfocitos T
CD4+.
Dada la importancia del intestino en la infección
por el VIH, los científicos esperaban que el tratamiento a largo plazo
con combinaciones antirretrovirales consiguiera erradicar el virus en
el tejido linfoide asociado al intestino (GALT). Sin embargo, un nuevo
estudio realizado por investigadores del Instituto Nacional de Alergia
y Enfermedades Infecciosas (NIAID) de Estados Unidos concluye que
alcanzar ese objetivo es altamente improbable con los antirretrovirales
disponibles en la actualidad.
Investigaron a 8 pacientes que recibieron terapia
antirretroviral hasta 9,9 años. En cada uno de estos individuos la
terapia consiguió mantener la carga viral en niveles indetectables. Sin
embargo, mediante otras pruebas de sensibilidad, detectaron la
persistencia del VIH, así como recuentos bajos de linfocitos T CD4+ en
el GALT. Allí las concentraciones del virus fueron superiores que en
las células de la sangre. Además, hallaron evidencia de infección
cruzada entre el GALT y los linfocitos en la sangre, lo que sugiere que
una de las razones de que el virus persista en la sangre se debe a los
ciclos de replicación que siguen en marcha en el GALT.
Según los autores, que publican este trabajo en el "Journal of Infectious Diseases",
se necesitarán regímenes farmacológicos más potentes para detener la
replicación viral que tiene lugar en este tejido linfático.