Los niños que viven en barrios con elevada contaminación por los gases de los automóviles tienen un coeficiente intelectual (CI) más bajo y obtienen peores resultados en pruebas de inteligencia y memoria que los chicos que respiran aire limpio, demostró un estudio.
El efecto de la polución sobre la inteligencia fue similar
al que tienen los hijos de mujeres que fuman 10 cigarrillos
diarios durante el embarazo o los niños que han estado
expuestos al plomo, dijo a Reuters Health la autora principal
del estudio, la doctora Shakira Franco Suglia, de la Escuela de
Salud Pública de Harvard. Mientras que el efecto de la contaminación sobre la salud
cardiovascular y respiratoria ha sido muy estudiado, se sabe
poco respecto de si respirar ese aire dañaría el cerebro,
publicó American Journal of Epidemiology. Para investigarlo, el equipo dirigido por Suglia analizó a
202 niños de Boston de entre 8 y 11 años que participaban en un
estudio sobre el tabaquismo materno. Los investigadores relacionaron varias medidas de la
función cognitiva con la exposición infantil estimada al carbón
negro, un componente de las partículas que emiten los
automóviles y los camiones, en especial con motores a diesel. Cuanto más alta era la exposición de un niño al carbón
negro, más bajo era su rendimiento en las distintas pruebas de
inteligencia. Tras ajustar los datos sobre la educación de los padres, el
idioma hablado en el hogar, el peso al nacer y la exposición al
humo del cigarrillo, la asociación persistía. Por ejemplo, la alta exposición al carbón negro estuvo
relacionada con una reducción de unos 3,4 puntos en el CI. Esos
niños, altamente expuestos a la contaminación, también
rindieron menos en las pruebas de vocabulario, memoria y
aprendizaje. "Está dentro del rango de la exposición al humo de
cigarrillo en el útero materno y de la exposición al plomo",
explicó Suglia. La investigadora destacó que la exposición a la polución
que producen los gases que emiten los automóviles está
relacionada también con otros efectos peligrosos y que, además
de mudarse lejos de esas zonas, no hay mucho que la gente pueda
hacer para controlarlo. El equipo sugirió que la contaminación que producen los
automóviles causaría efectos nocivos al provocar inflamación y
oxidación cerebral. Los autores insistieron en la necesidad de estudiar los
efectos de la polución sobre el desarrollo de la inteligencia
en los niños y sobre el deterioro cognitivo de las personas de
todas las edades. Entre esos temas se encuentra también el estudio sobre si
la exposición a los gases de los automóviles causaría o
aceleraría la degeneración cerebral en trastornos como el
Alzheimer o el Parkinson. FUENTE: American Journal of Epidemiology, 1 de febrero del
2008
|