Los hijos de madres embarazadas durante la "hambruna invernal" holandesa de 1944-1945 fueron más propensos a crecer con adicciones a las drogas o el alcohol, según el primer estudio sobre la relación entre la exposición prenatal al hambre y las adicciones.
Esto señala una alarmante posibilidad de que en los países
que padecen hambre "haya una epidemia de adictos", señaló a
Reuters Health el doctor Ernst J. Franzek, de Bouman Mental
Health Care, en Rotterdam, Holanda. La exposición prenatal al hambre aumenta el riesgo de
esquizofrenia y otros trastornos mentales graves. Para investigar si esto también elevaría el riesgo de
desarrollar una adicción, el equipo dirigido por Franzek
comparó a 1.288 hombres y mujeres con problemas de adicción en
Rotterdam con 19.689 no adictos de la misma ciudad. Todos
habían nacido entre 1944 y 1947. La "hambruna de invierno", que se produjo cuando las
autoridades alemanas impusieron el embargo total a los Países
Bajos ocupados para castigar al pueblo holandés por ayudar a
los Aliados, ocurrió entre octubre de 1944 y mayo de 1945. Durante ese período, explicaron los autores, el consumo
diario promedio de calorías en toda la población era de menos
de 1.400 y bajó a menos de 1.000 cuando la hambruna llegó a su
nivel máximo entre febrero y mayo de 1945. El equipo observó que los hombres y mujeres hijos de
embarazadas que habían pasado el primer trimestre de gestación
en medio de la hambruna invernal eran un 34 por ciento más
propensos a ser adictos. Asimismo, los adictos eran un 61 por ciento más propensos a
haber estado expuestos a la época pico de hambruna en invierno
durante el primer trimestre del embarazo, comparados con los no
adictos. El análisis demostró un efecto significativo sólo sobre los
hombres, pero Franzek aclaró que esto se debía a la poca
cantidad de mujeres en el estudio. El 80 por ciento de los
niños nacidos de embarazos con hambruna, destacó el autor, era
varón. El sistema cerebral de recompensa, que es clave en la
aparición de una adicción, se desarrolla a comienzos de la
gestación, explicó Franzek. El hambre, agregó, alteraría ese
sistema, lo que haría más vulnerable a una persona a la
adicción. En regiones del mundo donde las personas pasan hambre,
dijo, las mujeres siguen quedando embarazadas y teniendo hijos,
lo que aumenta la posibilidad de que allí haya un aumento de
las adicciones, la esquizofrenia y otras enfermedades mentales
graves. El equipo concluyó: "El estudio confirma la influencia
negativa de la malnutrición grave sobre el desarrollo cerebral
y la maduración, como así también el efecto que tienen las
agresiones perinatales sobre la salud mental en el futuro". "Al mismo tiempo, aumenta la preocupación sobre las
consecuencias posibles para las regiones con hambruna en el
mundo", finalizaron los expertos.
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