Hacer
referencia inicial sobre la escasez de material de referencia sobre un tema,
parece un lugar común. En este caso es necesario hacerla, pues hemos recorrido
los casi 15.000 títulos del Catálogo Latinoamericano de Publicaciones
Sexológicas y no hemos encontrado estudios
específicos.
Sí
encontramos referencias laterales, como las de Kinsey (1967) quien en su
investigación señera publicada en 1948 sobre “La conducta sexual del hombre” y
en el Capítulo referido a ‘Vejez en impotencia’ de los 4.108 adultos
estudiados, solo 4 personas blancas de más de 80 años formaban parte de la
muestra. De ellos, el 75 % portaba una disfunción eréctil o eran ‘impotentes’
según se diagnosticaba en esa época. Pero el 25 % no lo era. Lo interesante es que la muestra comprendía a
6 varones de raza negra, de los cuales 2 de 80 años sin problemas sexuales, 3
de 88 años y uno de 90, de los cuales solo uno de 88 años ‘seguía teniendo
relaciones con su mujer de 90 en forma regular’. Es decir, se mantenía el mismo
guarismo comprobado para los varones de raza blanca. El conjunto sumaba 12
varones mayores de 80 años.
Con
respecto a la las mujeres Kinsey (1954) solo estudió 10 mujeres de 71 años y
más, pero no hizo una referencia detallada de ellas. Estos datos se refieren a
personas que fueron encuestadas como parte de una población general, no en un
consultorio sexológico, que en esa época ni siquiera existía.
Masters
y Johnson (1966) se ocupan muy bien de señalar que “En suma, el avance de los
años no pone un límite preciso a la sexualidad femenina” y aunque el grupo
estudiado comprendo solo una mujer de 78 años como la más añosa, puede
deducirse que más adelante sólo la viudez y la ‘atrición’ masculina: esposos
muy mayores o enfermos, y sólo les queda la masturbación, pues “las relaciones
extramaritales son imposibles para las mujeres de este grupo”.
El
Informe Hite femenino no hace referencia a mujeres mayores de 80, en cambio ‘El
informe Hite sobre la sexualidad masculina’ (1981) no solo habla de los mayores
de ochenta sino les dedica un capitulo, donde concluye: “Los hombres de más de
ochenta y noventa años experimentaban menos erecciones y orgasmos, que dependían
de la salud física general, pero casi todos dijeron que el goce no disminuía en
forma automática. Muchos habían realizado interesantes descubrimientos e
innovaciones en su forma de relacionarse. Una vez más, el que un hombre fuera
feliz o no, dependía mucho más del estado de sus relaciones que de su capacidad para “funcionar”. Y se
acompaña de testimonios cualitativos pero que carecen de valor estadístico.
Hace
unos pocos años, acerca de un trabajo sobre la sexualidad de las personas
mayores de 60 años, hallamos (Flores Colombino 2003) la siguiente casuística en
349 casos:
CONSULTANTES SEXOLÓGICOS MAYORES DE 60 AÑOS. POR EDAD Rango etario
|
N°
| % | 60-64
| 146
| 42.0 | 65-69
|
118
| 34.0 | 70-74 | 53 | 15.0 | 75-79
| 21
| 6.0 | 80-84
|
6
| 1.7 | 85-89
| 4
| 1.1 | 90-
+
| 1
| 0.2 | Total 60-94
| 349
| 100.0 |
Por tanto, solo 11 casos (3%) correspondían a varones mayores de 80 años.
El mayor de todos tenía 96 años.
En
los años siguientes, en nuestra consulta como psiquiatra y sexólogo, pudimos
extraer tan solo 2 casos más y suman pues, 13 casos de pacientes mayores de 80 años que
nos consultaron por algún tema sexológico. Todos varones y una mujer. Esta
última en realidad fue una historia relatada por su nieto y no llegamos a verla
y es la mayor del grupo, con 96 años.
Esto
no significa que las mujeres mayores de 80 años carezcan de sexualidad y que constituyan
un porcentaje menor de este rango etario, sino todo lo contrario. Pero sí puede
manejarse las siguientes hipótesis 1) consultan menos por trastornos sexuales,
2) tienen una vida sexual empobrecida por la viudez o la falta de pareja, y 3) los recursos terapéuticos que la cirugía y las
neurociencias han aportando para los varones, como las prótesis, las
inyecciones intracavernosas –en la segunda mitad del siglo XX y el sildenafil
desde 1998, no ofrecen a las mujeres mayores recursos terapéuticos eficaces
como sí se las ofrecen a los varones añosos, con lo que no se sienten
estimuladas a efectuar consultas ..
Esta
aclaración previa es pertinente para explicar que abordaremos sobre todo la
sexualidad de los varones mayores de 80 años que consta de una sola mujer,
porque es la muestra a la que pudimos acceder.
LA MUESTRA
Comenzaremos
por la edad de nuestros pacientes. EDAD | NÚMERO | 80
| 3 | 81
| 2
| 82
| 3
| 83
| 2
| 84
| 0
| 85
| 1
| 86
| 1
| 96
| 1
| Total
| 14
| Como
es natural, la mayoría corresponde a la primera década considerada y solo un
caso, el de una mujer, tiene noventa y seis años.
DIAGNOSTICO SEXOLÓGICO Disfunción eréctil | 6
| Trastornos orgásmico | 2
| Eyaculación precoz | 1
| Abuso sexual | 1
| Celotipia y Apragm. Sex | 1
| Esposa celosa | 1
| Abuso e Hipersexualidad | 1
| Total | 13 |
Es
interesante señalar que la
Disfunción eréctil es la causa más frecuente de consulta y de
diagnóstico, por tratarse de varones en su mayoría absoluta y porque las consultas
se produjeron sobre todo después del año 1998, en que apareció a la venta el
sildenafil. Por lo que los pacienten contaban con ese recurso como posibilidad,
aunque algunos de ellos no pudieron ser beneficiados por la severidad de sus
trastornos orgánicos.
Relatar
la historia clínica de cada uno de estos casos puede mostrar una visión
panorámica del mundo en que viven estos pacientes y por extensión, las personas
que han llegado a esta edad. Aunque le dedicaremos la parte final de este
trabajo al relato de algunas historias completas, vamos a referirnos primero a
los diagnósticos.
DISFUNCIÓN
ERÉCTIL
El
único caso de 80 años de este grupo de 6 pacientes, nunca había consultado
médico y fue prostatectomizado 5 años atrás, fecha en que no sufría de ningún
problema sexual (a los 75 años). No mejoró con inyecciones intracavernosas ni
con sildenafil. Casado con una mujer de 70 años. Escribano jubilado.
El
caso siguiente de 81 años, también aparece la disfunción eréctil luego de una
prostatectomía hace dos años, con nulos antecedentes personales de enfermedades
físicas o mentales, según el paciente, aunque sufre una encefalopatía vascular
y episodios repetidos de afasia. Conservó buena actividad sexual hasta que fue
operado y además de la disfunción sexual, sin eyaculación, quedo con secuela de
incontinencia urinaria. Casado y no probó tomar sildenafil por temores
trasmitidos por la esposa. Médico jubilado.
Los
2 pacientes de 82 años también son casados, aunque uno de ellos en terceras
nupcias. Este último con 13 años de matrimonio tenia relaciones sexuales
‘perfectas’ con una frecuencia de hasta 2 veces por semana, pero hace 3 meses
fue operado de la cadera y él reanudó las actividades sexuales con dificultad,
por lo que su esposa declaró en fin de sus relaciones sexuales. ‘No y no’ dice,
‘el matrimonio es mesa y cama’, acusa a su mujer de egocéntrica y enferma (Doña
Dolores) y el solo quiere armonía. Jubilado de pastor religioso. El otro
paciente de 82 años es también casado en únicas nupcias con una señora de 77
años, con bajo deseo sexual, baja frecuencia y erecciones que no le permiten
penetrar. La última relación completa la tuvo un mes antes de consultar. El
geriatra le dijo que no se haga ilusiones, pero el tiene erecciones matutinas y
cree poder recuperarse. Toma antihipertensivos y medicamentos para la gastritis,
por lo que su trastorno es inducido por sustancias. La esposa es buena, pero le
pregunta hasta cuando va a seguir así. Luego del ajuste de medicación con dieta
adecuada, recupera su función eréctil. Es jubilado del Estado.
El
siguiente paciente, de 83 años, jubilado del Estado y soltero, fue operado de
la próstata por vía suprapúbica y luego transuretral hace 4 y 5 años atrás y
quedó con secuelas de disfunción eréctil y ayaculatoria, aunque conserva el
orgasmo y una erección insuficiente para penetrar. No toma ningún medicamento y
es de los primeros en mejorar su función sexual con el sildenafil.
El
último paciente con disfunción eréctil es viudo hace 8 años, jubilado militar,
con 85 años bien llevados, con episodios de disfunción eréctil ocasional en los
últimos años y con tratamientos variados, pero se había estabilizado con buen
rendimiento sin tratamiento. Últimamente, se relacionó con mujer de 47 años e
hizo una disfunción eréctil selectiva. Por el interés particular del caso,
volveremos sobre el caso con la historia
completa.
TRANSTORNO
ORGÁSMICO MASCULINO
Son
dos casos. Uno de 82 años, casado en segundas nupcias hace 47 años, jubilado de
la docencia en Educación Física, dice que encontró la felicidad con esposa 13
años menor que él, con la que tenias relaciones sexuales ‘perfectas’ hasta hace
un mes, en que bruscamente dejó de eyacular. Como tomaba antihipertensivos, el
urólogo le indicó sildenafil porque le costaba mantener la erección, y por su
cuenta fue aumentanado la dosis y cuando llegó a 150 mg por día, surgió el
problema. Llegó a tomar 200 mg por día. Mantenía relaciones sexuales los sábados
y domingos. Dice: ‘Me pasé, porque me duraba el efecto hasta la mañana’ Hace un
año que toma esa medicación. Como no eyacula, ‘queda con ganas’. Le gusta leer,
escuchar música, las palabras cruzadas, dejó la gimnasia pero se siente bien
del organismo, dice. Su esposa tenia 18 años cuando se ennoviaron. Está ‘en el
mejor momento de su vida’ y desea tener una buena vida sexual. Lo ordenamos
bajar el sildenafil a 50 mg y mejoró sustancialmente, recuperó la eyaculación.
Con lo que se comprobó que el trastorno orgásmico era inducido por sustancia.
El
segundo caso de TOM, tiene 83 años, viudo dos veces pero tiene pareja estable,
jubilado gráfico, y está ‘locamente enamorado’ según sus palabras, de una
señora de 53 años, no tiene problemas de
erección, la mujer es multiorgásmica, y el no pude eyacular. Su esposa falleció
hace un año y tenían pocas relaciones sexuales desde hacia años. A veces puede
tener un orgasmo ‘a las cansadas’ pero la mujer ‘está feliz’ pero quiere que
llegue antes. Un día le dijo en pleno acto ‘dejame dormir’. No tengo una gran
erección pero da para penetrar bien, tampoco alcanza el orgasmo con la
masturbación. Físicamente no problemas cardiovasculares ni digestivos, tampoco
prostáticos o medicamentosos. Se interpreta como consecuencia de la alta
frecuencia coital con periodos refractarios prolongados por la edad. Con
relaciones más espaciadas, logra recuperar el orgasmo eyaculatorio en la
mayoría de los encuentros.
EYACULACION
PRECOZ
Paciente
de 80 años casado hace 53 años, jubilado aduanero, diabético. La eyaculación
precoz aparece hace unos 2 o 3 años atrás, por lo que es secundaria. ‘Mi señora
se satisface a medias’. Dice que tiene deseos: ‘soy un potrillo’ dice y ‘sano’,
ando todo el día en bicicleta, hago todas las cosas de la casa, soy de tal
departamento (del interior). Diabético controlado. Recibió tratamiento del internista
con sildenafil, sin resultado. Tratado
por nosotros con sertralina 50 mg día, mejora desde el 8º día: ‘Ya me nivelé,
estoy totalmente normalizado’, dice a los 21 dias en la segunda consulta.
COMPAÑERA
CELOSA
El
paciente de 86 años, jubilado, divorciado por 3ª vez, dice no tener ningún
problema sexual, pero su compañera de 70 años, ‘con la insistí en tener una
relación afectiva’, consulta primero revelando que no siente atracción sexual
por él, aunque lo subyuga su personalidad, ‘es muy buen mozo, buena figura y
muy pillado”, por lo que siente celos de él, cuenta que fue director de un
organismo del Estado y tuvo mando, impresiona a todos, viste con calidad, se
pone en galán seductor. Pese a todo, le cobró mucho afecto y lo quiere. Relata
un episodio en que estando internado cuando se operó de la próstata, hace un
año, ella lo cuidaba y una noche, se despertó y vio que una limpiadora lo
estaba mirando mientras él estaba sentado en la cama, desnudo, y la otra le
comentó’¡qué buen cuerpo! Y eso fue algo muy feo. El se estaría exhibiendo. El
lo niega y dice que los celos de ella son enfermizos. La consulta médica es si
un casamiento entre ambos podría tener buen pronóstico, dados los celos de ella
y las actitudes seductoras de él. El dice: ‘Tuve mucha suerte con las mujeres,
es inconcebible, pero quiero cortar por lo sano y dedicarme solo a esta mujer,
en mis 86 años, y poner punto final a todo eso que como hombre me correspondía.
Pero ella no me cree’. El pronóstico de la pareja no es bueno y probablemente
ambos seguirán con sus mismas pautas de conducta, propia de sus respectivas
patologías.
CELOTIPIA
Y PARAFILIAS
Paciente
de 82 años, casado con mujer de 79 años, relojero y jubilado de varias
actividades. Dice que su vida sexual nunca fue muy buena y que en su vida no
tuvo placeres. Hace 15 años, compraron una casa y desde entonces, no tiene vida
sexual. Cree poder leer el pensamiento y concluyó que su esposa lo engañaba, de
verdad. Nacido en Europa pasó por varios países trabajando, antes de radicarse
en el Uruguay. Tiene otras manifestaciones psiquiátricas: dice que su nuera que
vivía con ellos andaba por la casa en ropa interior porque estaba loca por mi y
se me mostraba. El se masturbaba con fantasías sobre su nuera. Lo acusaron que
‘se pasó’ con la nieta, porque la acariciaba. Confiesa que cuando acariciaba la
cara de su nieto, pensaba que podía ser homosexual. Por años, ente tiempo sin
relaciones con la esposa, tenía poluciones nocturnas. Y se masturbaba con mucha
frecuencia con fantasías vinculadas a su nuera, a quien le pagaba todas sus
cuentas y gastaba mucho. También cuenta que tuvo episodios frotteuristas en el
ómnibus donde llegó a eyacular por rozar a las mujeres. Ahora, dice, hace 5
años que no siente nada sexual y pide consejo. Le efectuamos un tratamiento
psiquiátrico.
ABUSO
SEXUAL E HIPERSEXUALIDAD
La
consulta la realiza el hijo único de un paciente de 80 años y nieto de una
mujer de 96 años. Plantea una situación que gira sobre un incidente sexual
protagonizado por ambas personas mayores que estaban conviviendo en la misma
casa bajo su cuidado. El padre había enviudado hacía unos 4 años y la abuela
siempre compartió la casa, disponiendo de poco espacio físico. El padre de 80
años sufre de una hernia de disco desde hacía 17 años y es lisiado, jubilado de
tareas de vendedor y viajante pero que se mantiene bien físicamente, aunque con
ese pretexto no se encargó de la esposa enferma durante sus últimos años.
La
abuela de 96 años es muy cariñosa, exagera todo para recibir atención y tiene 3 mujeres que se turnan para atenderla pero
solo hasta las 19.30 horas, luego se quedaba sola. Sufre de estenosis aórtica,
tiene colocado un marcapasos y ha tenido episodios que el nieto interpreta como
psicóticos, nunca le hicieron diagnóstico de demencia de algún tipo. Entre las
conductas inadecuadas que tenía, se masturbaba con la mano o cualquier objeto,
Un día la encontraron estimulándose genitalmente con una cuchara. Dice: ‘abuela
tiene hipersexualidad’.
El
episodio de la consulta fue precedido de comentarios de la abuela, 6 meses
atrás, de que el padre de 80 años entraba de noche a su habitación, pero creía
que eran inventos. En incidente sexual consistió en que notó que el padre de
levantaba a las 4 de la mañana y entraba al cuarto de la abuela con un vaso de
agua, lo que lo puso contento. Como el episodio se repetía, se levantó y
comprobó que el padre tomaba las manos de la abuela y las ponía sobre sus
genitales para que lo acariciara. Ante el descubrimiento, el padre admitió que
lo hacía para ayudarla, pues calmaba la necesidad sexual de la abuela. Esto lo decidió a llevar al
padre a vivir al Apartamento que usaba como estudio, y a la abuela la trasladó
a una residencial. Ahora, el padre dice estar arrepentido y que lo hizo porque
se sentía muy solo. En realidad, el consultante había resuelto el problema y
deseaba saber si había algo más que hacer.
UN
CASO PARADIGMÁTICO
El
paciente de 86 años, portador de una disfunción eréctil al que hicimos
referencia brevemente, es un caso paradigmático que merece análisis más
detallado. Es enviado por un colega. Es jubilado de un grado militar menor, y
luego de enviudar hace 6 años, pasa a vivir con la hija, el yerno y dos nietos,
todos mayores de edad. Relata que al enviudar con 80 años, quedó inapetente sexualmente
y de vez en cuando tenía lo que él llama ‘un rebusque’, hace 5 años se enamoró
y tuvo su primer episodio de disfunción eréctil. Luego se relacionó una señora
de 60 años y la llevó 4 veces a la cama, él no podía eyacular en dos horas
aunque ella tuvo varios orgasmos, y quedó con dolor en el pecho: la mujer
terminó en el CTI por un infarto que se instaló después que él se fue.
Como
el paciente quedaba solo en la casa con la empleada doméstica de 28 años, luego
de lagunas propuestas resistidas, un poco con sorna la mujer aceptó mantener
relaciones y la primer vez no pudo hacerlo, porque no obtuvo una erección
total, pero la segunda vez tuvo buena erección y lo consideró un triunfo, por
lo que ofreció a la mujer 20 pesos, la cual aceptó. A partir de ese momento,
durante 7 meses –esto es lo llamativo- el paciente mantuvo relaciones con esta
joven de 28 todos los días de lunes a viernes, siempre con el estímulo de los
20 pesos.
Pero
la muchacha dejó de trabajar porque se casaba y la sustituyó una señora de 40
años, quien nunca había trabajado como doméstica y lo hacía porque su marido
estaba en un Hospital portador de un cáncer terminal. ‘Le hice la corte’ dice
el paciente y luego de negativas, aceptó y tuvieron una relación sexual. El
paciente le ofreció 20 pesos –igual que a la otra muchacha- y la mujer se enfureció. Desde ese momento, no
pudo mantener una erección a pesar de que la mujer se aficionó a él, le dijo
que ‘nunca conoció un hombre como él’. Como continuaba la disfunción eréctil y a
medida que él se involucraba emocionalmente, no podía continuar le vinculo
sexual.
Consultó
en una Clínica sexológica comercial y le aplicaron inyecciones intracavernosas,
sin resultado -‘apenas sentía un calorcito’- dice, y ‘quedé más tiste todavía.
Un día que le dieron la inyección volvió con una erección a la casa y ‘a mi
yerno le dio por pintar y pasé en cama todo el día sin poder hacer nada’. En la
clínica le ofrecieron colocarle una prótesis peneana y le dieron los precios en
miles de dólares, lo cual rechazó. Piensa que la mujer pensará que es
homosexual o que se masturba, en términos coloquiales (‘pensará que soy puto o
pajero’) Estoy con la moral por el suelo, no sé si ya la perdí. Hicimos de
todo, menos sexo oral, me mato por ella pero no puedo. Sé que es psicológico”.
Recordemos la edad del paciente: 86 años.
Luego
de unas entrevistas psicoterapéticas con énfasis en lo sexual, comprobamos que
el paciente estaba inhibido selectivamente con esta mujer, porque se había
enamorado, porque él la valoraba como mujer, porque ella no le aceptó dinero,
porque lo aceptaba a pesar de sus años y porque él llegó a temer las
consecuencias de un posible matrimonio con la misma por parte de su familia.
Esclarecidos estos términos, rescatando su condición de adulto con derechos, el
paciente mejoró sustancialmente, recuperando su potencia sexual, aunque no
lograba una total rigidez, es suficiente para penetrar. Como la hija descubrió
la relación, despidió a la empleada, y eso le permitió relacionarse mejor con
la misma en igualdad de condiciones. Aclaramos que la consulta fue previa al
año 1998, en que salio a la venta el sildenafil. Y sin embargo, no fue
necesaria ninguna medicación.
CONCLUSIONES
Tomado
el grupo de pacientes mayores de 80 años que consultaron por trastornos
sexuales en un consultorio psiquiátrico-geriátrico-sexológico, se han podido
recoger pocos casos, la mayoría absoluta de ellos de sexo masculino. Coincide
con la experiencia de otros investigadores que se han encontrado con idéntica
dificultad. El único caso femenino fue aportado por un nieto, no hubo una
consulta directa.
Esto
sugiere que la información más abundante y fidedigna estaría en otras formas de
configuración de las muestras, pues mayores de 80 años están en sus casas y la
mayoría en residenciales de mayores, quienes no plantearían demandas de
consulta sexológica, pero sí tienen problemas sexuales que no son atendidos o
que no los consideran problemas sentidos o solucionables. El apragmatismo
sexual pareciera ser más común, y los que consultan conservan su actividad
sexual.
El
motivo de consulta más frecuente fue la disfunción eréctil y luego la ausencia
de eyaculación, tanto por envejecimiento como por secuelas de intervenciones
quirúrgicas a nivel de la pelvis: prostatectomía, sobre todo.
Podría
considerarse que la celotipia a esta edad puede formar parte de alguna
instancia evolutiva de un cuadro demencial que se está instalando, o
simplemente por la regresión cognitiva en que aparecen los elementos paranoides
que sustentan psicopatológicamente los celos inmotivados. Y las parafilias
corresponden a edades anteriores a los 80 que pueden manifestarse a esta edad, no por génesis tardía
La
eyaculación precoz es secundaria siempre a esta edad, y el único caso tuvo una
mejoría notable con fármacos que operan sobre la ansiedad obsesiva, al igual
que en personas más jóvenes.
El
único caso de abuso, se dio en un contexto particular, no hacia un/a niño/a,
sino hacia otra persona aun mayor, sin antecedentes en otras edades.
El
último caso paradigmático muestra que no importa la edad, con 86 años una
persona puede sufrir un trastorno selectivo de su función sexual, que por
definición posee una raigambre psicogénica, y no orgánica como se supone con
ligereza cuando se trata a una persona adulta mayor, y sobre todo muy mayor
como el caso presentado. El mismo posee varias aristas a considerar, como el
posible abuso de poder del paciente, que aunque muy mayor y presuntamente
inofensivo, ejerció sobre ambas domésticas de su hogar. El enamoramiento de un
hombre que doblaba la edad de la mujer, la cual presuntamente lo correspondía
también es un tema que suele parecer poco común.
Llama
la atención la actitud positiva y las muestras de autovaloración a veces
exagerada que algunos varones muestran hacia su desempeño pasado, cercano a la
jactancia. La consigna de que la regularidad de la actividad sexual en la
adultez y en la adultez mayor temprana –que ya la anunciaban Masters y Johnson
(1967) y otros investigadores del siglo XX-, aseguran la continuidad de la
actividad sexual en la adultez mayor y tardía, como los casos que tratamos hoy,
parece recibir confirmación y, por ende, debemos recomendársela a nuestros
pacientes de ambos sexos
El
mundo sexual de las personas mayores de ochenta años es, por lo que vemos, tan
interesante y rico como en otras edades, lo que demuestra que la condena a la
castidad o miseria erótica a que condenamos a las mismas no tiene fundamento, y
que cada caso particular debe ser tratado en su historia, presente y futuro,
como a cualquier edad. Podremos encontrar realidades diferentes, pero los
parámetros a considerar son los mismos que a otras edades. Por tanto, poseen el
derecho a consultar por sus dificultades y debemos desalentar el nihilismo
clínico y terapéutico como si se trataran problemas insolubles o de menor
cuantía.
BIBLIOGRAFÍA
Flores
Colombino A (2003). CONSULTA SEXOLOGICA DE PACIENTES DE AMBOS SEXOS EN LA TERCERA EDAD.
REVISION DE 349 CASOS, Ponencia. 13º Congreso Mundial de Sexología, La Habana (Cuba) marzo 2003.
Kinsey AC, Pomeroy WB, Martin
CE (1967). CONDUCTA SEXUAL DEL HOMBRE, Ed.
Siglo Veinte, Buenos Aires.
Kinsey
AC, Pomeroy WB, Martin CE, Gebhard PH (1954), CONDUCTA SEXUAL DE LA MUJER, Ed. Médico-Quirúrgica,
Buenos Aires.
Hite
S (1981). EL INFORME HITE SOBRE LA SEXUALIDAD MASCULINA,
Ed Plaza & Janés, Barcelona.
Masters
WH, Jonnson VE (1967): LA MUJER AÑOSA.
EL HOMBRE DE EDAD En su: “Respuesta sexual huamana” 201-241, Inter-Médica,
Buenos Aires.
Autor:
Dr.
Andrés Flores Colombino Médico.
Psiquiatra, Geriatra-gerontólogo, Sexólogo Clínico Profesor
de Sexología Clínica del Postgrado de Psiquiatría de la Fac. de Medicina de la UdelaR Presidente
de la Sociedad Uruguaya
de Sexología (SUS) Director
del Instituto Uruguayo de Capacitación Sexológica (IUCS) Académico
Titular Vitalicio de la Academia
Internacional de Sexología Médica (AISM)
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