El Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social de Paraguay (MSPBS) informó que más de 1.27 millones de personas han sido vacunadas contra la fiebre amarilla en 18 departamentos. La cobertura alcanzó ya al 83% de la población residente en Asunción, y al 75% en el Departamento Central.
El número de casos se elevó a 22 tras haberse confirmado 6 nuevos.
La cifra incluye seis personas fallecidas. El Ministerio informó que 11
casos (incluye 1 fallecido) fueron confirmados en el departamento de
San Pedro; 9 casos (incluye 3 fallecidos) en Laurelty, un área urbana
de la municipalidad de San Lorenzo, a 20km de Asunción y 2 casos en
otros departamentos. Doce posibles casos más se están investigando para
dictaminar si son o no son fiebre amarilla.
Mientras tanto, en una reciente reunión mantenida en Puerto Iguazú,
oficiales de Brasil, Paraguay, Uruguay, Venezuela, Bolivia y Perú
acordaron coordinar y monitorear las acciones de inmunización contra la
fiebre amarilla en poblaciones fronterizas y contando con el apoyo de
la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Los asistentes
coincidieron igualmente en señalar que la principal medida para
prevenir la urbanización de la enfermedad consiste en reducir los
índices de infestación y zonas de cría del mosquito Aedes Aegypti en
toda la Región.
Las autoridades en Paraguay han estado trabajando precisamente en la
reducción de las poblaciones de mosquitos, fumigando áreas de alto
riesgo de transmisión así como eliminando criaderos de mosquitos
potencialmente portadores de fiebre amarilla y dengue. Oficiales
ministeriales han estado asesorando a los residentes para que mantengan
bien cubiertos tanques o recipientes utilizados o susceptibles para el
almacenamiento de agua, o para que vacíen los que están en desuso y los
coloquen de tal manera que impidan por completo la acumulación de agua.
También han informado a la población sobre la necesidad de limpiar o
eliminar contenedores plásticos de comida y alimentos, llantas de
automóviles en desuso y otros materiales y utensilios capaces de
retener agua de lluvia y donde los mosquitos pueden depositar sus
huevos.
Estudios realizados han revelado altos índices de infestación en
algunas zonas y se está urgiendo a la población a que se colabore en la
limpieza de sus propiedades para contribuir con ello a la reducción del
riesgo de transmisión tanto de fiebre amarilla como de dengue.
En la reunión de Puerto Iguazú, los participantes acordaron
colaborar en asuntos de índole técnica tales como diagnósticos y
capacidad de laboratorio, vigilancia y contingencia, labores de
inmunización o para la confirmación de casos, entre otros asuntos. Al
tiempo que subrayaron en la reunión que la comunicación e información
son herramientas críticas para controlar brotes, coincidieron también
en la necesidad de planificar las comunicaciones y en que la
información sea siempre clara, transparente y se transmita en el
momento preciso.
La citada reunión, convocada por el Ministerio de Salud de
Argentina, fue “muy importante porque nos abre la posibilidad de
discutir con los principales expertos de los países del Mercosur y
asociados de la región todas las políticas que son necesarias y
destinadas a prevenir otros posibles brotes de fiebre amarilla”, dijo
la ministra argentina de Salud, Graciela Ocaña.
La fiebre amarilla, en América del Sur y en África, se produce donde
en ciclos selváticos el virus se expande entre monos. Los humanos
también pueden adquirir la infección al ser picados por mosquitos
portadores del virus de la fiebre amarilla, así como en ciclos urbanos,
donde los mosquitos contagian la enfermedad de una persona infectada a
otra. Se han presentado casos en Brasil y en Argentina, además de en
Paraguay.
La Organización Panamericana de la Salud está facilitando
colaboración técnica en apoyo a estos países por medio de las oficinas
de representación y desde la sede regional en Washington, D. C.
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