La aromaterapia tal vez huela bien, pero no se sabe si en realidad hace bien.
Investigadores informan que dos de las
esencias más comúnmente usadas en la aromaterapia no hacen nada para
sanar heridas, aliviar el dolor o mejorar el estado inmune, aunque una
sí mejoró brevemente el estado de ánimo. De hecho, en algunos casos, el agua destilada mostró un efecto más saludable, encontró el estudio. "Téngalo
en cuenta antes de gastarse mucho dinero" en aromaterapia, aconsejó la
autora líder del estudio Janice Kiecolt-Glaser, directora de la
División de psicología de la salud de la Universidad estatal de Ohio.
"Compro perfume porque me gusta el olor. Si disfruta el olor, eso es
una cosa, pero no compre perfume porque espera que cambie su fisiología
o realmente influencie su salud". Los resultados del estudio aparecen en la edición en línea de abril de la revista Psychoneuroendocrinology. Usada
por miles de años en países como India y Egipto, la aromaterapia tiene
muchos seguidores que afirman que los aceites concentrados extraídos de
flores mejoran la salud y el bienestar emocional, según la Clínica
Cleveland. A pesar de su amplio uso, hay pocos datos científicos sobre la eficacia de la terapia, afirmaron los autores. "Este
es por mucho el mayor y más completo estudio de resultados fisiológicos
reales", afirmó Kiecolt-Glaser. "Hay distintas perspectivas sobre por
qué los olores deberían funcionar en términos de cambiar la fisiología,
si es que lo hacen. Gran parte de la literatura sobre la aromaterapia
lo plantea como un mecanismo específico al medicamento". En otras
palabras, los olores funcionan de manera muy parecida a los fármacos,
con efectos muy específicos. Usando ese planteamiento como punto
de partida, Kiecolt-Glaser y sus colegas entre quienes se encontraba su
esposo el Dr. Ronald Glaser, evaluaron los dos olores que han sido más
investigados, el limón, que se supone es estimulante y mejora el estado
de ánimo, y la lavanda, que se supone es relajante y se usa como ayuda
para dormir. Como control, se usó agua destilada. Primero, se
evaluó a los potenciales participantes del estudio para asegurar que
tenían un sentido del olfato adecuado. 56 personas fueron admitidas al
estudio. Durante tres sesiones de medio día, la mitad del grupo recibió
un sobre que explicaba la esencia que iba a oler y qué esperar. A los
demás participantes simplemente se les dijo que olerían una variedad de
esencias frutales y florales. Entonces, los investigadores
adhirieron bolas de algodón empapadas con aceite de limón, aceite de
lavanda o agua destilada debajo de las narices de los voluntarios
durante la duración de las pruebas. Se monitorizó la presión arterial y
ritmo cardiaco de los participantes, y los investigadores tomaron
muestras de sangre de manera regular de cada voluntario. Las muestras
fueron analizadas para cambios en distintos marcadores bioquímicos,
entre ellos la interleucina 6 y la interleucina 10, además de las
hormonas del estrés cortisol y norepinefrina. Entonces, los
investigadores evaluaron la capacidad de los voluntarios de sanar
mediante una prueba estándar en que se aplica y se quita cinta pegante
repetidas veces en un lugar específico de la piel. Los científicos
también evaluaron la reacción al dolor de los voluntarios sumergiendo
sus pies en agua a 32 grados. Finalmente, los participantes rellenaron
tres pruebas psicológicas estándar para evaluar el estado de ánimo y el
estrés durante cada sesión. Mientras el aceite de limón mostró
una clara mejora del estado de ánimo, el de lavanda no lo hizo,
apuntaron los investigadores. Ninguno de los dos olores tuvo un impacto
positivo sobre ninguno de los marcadores bioquímicos de estrés, control
del dolor o curación de heridas.
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