Un grupo de investigadores de la Universidad de Navarra ha desarrollado un nuevo sistema molecular que permite detectar todas las especies de 'Brucella'
Llamada también fiebre de malta o fiebre ondulante, la brucelosis
afecta a muchas especies de mamíferos, dentro de los cuales se
encuentra el ser humano. Bueyes, cerdos, vacas, caballos, cabras y
ovejas, además de otros mamíferos marinos y también roedores, cánidos,
camélidos y cetáceos son algunos de los reservorios naturales donde se
encuentra esta bacteria. Hasta ahora, su detección se realizaba
solamente en laboratorios mediante seroaglutinación y manipulándola,
con el riesgo añadido que supone.
El 'Bruce-ladder'
Investigadores del Departamento de Microbiología y Parasitología de
la Universidad de Navarra han elaborado un kit que permite la
identificación del microorganismo de la brucelosis de forma más rápida
y específica de la utilizada hasta ahora. La novedad estriba en que el
método desarrollado es capaz de distinguir todas las especies de
'Brucella', incluso las cepas vacunales y las aisladas únicamente en
mamíferos marinos.
Para ello, los expertos han examinado las secuencias completas de
los genomas de las distintas especies de la bacteria en cuestión, lo
que ha permitido diseñar un sistema capaz de diferenciarlas en una
única prueba y en menos de 24 horas. El kit 'Bruce-ladder' ya ha sido
ensayado en diferentes laboratorios de Francia, Portugal y Bélgica, y
ha sido aprobado por el Centro Nacional de Referencia de Brucelosis de
Granada.
Problema de salud
La mayoría de
infecciones se produce por manipulación de animales contaminados,
ingesta de leche sin pasteurizar y consumo de carne poco cocida
La relación causal entre el organismo y la enfermedad fue
establecida por el microbiólogo David Bruce en 1887. La brucelosis es
una zoonosis, enfermedad que puede transmitirse de animales a personas,
endémica en España. Las vías de contagio pueden ser mucosas, heridas en
la piel y vía digestiva. Incluso hay casos documentados de contagio por
vía respiratoria mediante manipulación de lana proveniente de animales
contaminados o aerosoles. La mayoría de infecciones, por otro lado, se
produce por manipulación de animales contaminados, ingesta de leche o
derivados sin pasteurizar y consumo de carne poco cocida.
En países desarrollados es una enfermedad ocupacional que afecta
mayormente a veterinarios, personal de laboratorio, ganaderos o
manipuladores de la industria cárnica. En el ser humano, los signos
clínicos abarcan fiebre ondulante (sube durante la noche y disminuye
durante el día), cefalea y dolor osteoarticular, entre otros, además de
la presencia de adenopatías en un 12%-20% de los casos y
hepatoesplenomegalia en un 30%-50%, aunque pueden afectar a cualquier
órgano. En los casos más graves puede desembocar en endocarditis y
neumonía.
Tratamiento antimicrobiano
Uno de los problemas para erradicar este microorganismo se
encuentra en la forma que tiene de eludir la acción de los antibióticos
desde su localización intracelular. Por este motivo, no ha necesitado
buscar mecanismos para desarrollar resistencias a los antimicrobianos
que se llevan utilizando durante años. Ningún antibiótico por sí solo,
hasta ahora, ha conseguido la eliminación intracelular. Esto lleva a
utilizar combinaciones de fármacos con efecto sinérgico (con el
objetivo de que la acción de dos medicamentos juntos supere la suma de
los efectos individuales), administradas durante varias semanas, para
reducir en lo posible la aparición de recaídas.
No obstante, por lo mencionado anteriormente, en caso de recidiva,
la pauta antibiótica puede ser idéntica a la anteriormente utilizada.
El tratamiento para los afectados suele ser molesto, tanto por la
duración como por los efectos secundarios que produce. El tratamiento
más habitual se basa en la administración de tetraciclinas, agente
bacteriostático de amplio espectro, junto con amoniglucósidos,
antibióticos bactericidas como gentamicina, tetraciclina o tobramicina,
entre otros.
Los expertos señalan la combinación de doxiciclina (100 mg/12 h)
por vía oral durante seis semanas, y un aminoglucósido por vía
intramuscular durante dos semanas como tratamiento clásico y de
elección de la enfermedad, con un tasa de recaídas de alrededor del 5%.
Otro tipo de combinaciones resultan también efectivas aunque presentan
más porcentaje de recidivas. Los datos señalan que el 80% de las
recidivas, en pacientes que han cumplido correctamente la terapia
pautada, se presentan en los seis meses siguientes del final del
tratamiento.
UN QUESO CULPABLE
Según datos del Instituto de Salud Carlos III, la brucelosis está
llamada a ser la zoonosis que mayor número de casos produce en España,
y desde 1943 es una enfermedad de declaración obligatoria. Su
incidencia, que está disminuyendo desde el año 1984, se distribuye por
todo el territorio de forma heterogénea, exceptuando las islas Canarias
que están libres de ella, y la zona del Mediterráneo, con incidencias
menores. La enfermedad supone, además de un importante problema de
salud, un contrariedad socioeconómica, ya que algunos de los mamíferos
afectados tienen gran relevancia económica, como el ganado bovino,
equino, porcino, ovino, caprino y otras especies silvestres.
Entre noviembre de 2003 y febrero de 2004 se originó un brote de
brucelosis en un pueblo ganadero de Extremadura, en el que se
identificaron 37 casos que pertenecían a 15 unidades familiares, y 74
personas estuvieron expuestas. La fuente de infección fue queso fresco
artesanal elaborado en un domicilio particular con leche cruda de
cabra, sin higienizar, según señalaron los expertos, y que más tarde
confirmaron la presencia de ?Brucella? en el ganado del que procedía la
leche con la que se elaboró el queso culpable.
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