El científico Manuel Elkín
Patarroyo ha desarrollado un nuevo método de diagnóstico temprano del cáncer de útero
que permite saber quién padece esta enfermedad con una sola gota de sangre y sin
necesidad de citologías. En una entrevista con Efe, el Premio Príncipe de
Asturias de las Ciencias y conocido por desarrollar la primera vacuna
sintética contra la malaria, ha explicado que este sistema presenta
grandes ventajas frente a otros procedimientos con colposcopia,
escobillón o citología.
Según el
inmunólogo, este método es muy útil para personas que, por motivos
culturales, se le impide hacerse una citología, como es el caso de las
indígenas de Colombia, a quienes sus maridos se lo prohíben.
Esta
nueva metodología, que ya ha sido aplicada en unas 8.000 mujeres, está
basada en los anticuerpos que generan las personas crónicamente
infectadas por el virus del papiloma humano (causante del cáncer de
útero), describe Patarroyo.
Estos
anticuerpos, asegura el especialista, actúan contra dos fragmentos de
la proteína principal del virus y 'sirven como diagnóstico'.
El
científico anunció públicamente esta investigación hace tres años, pero
'hubo una controversia alrededor por diversos intereses y decidimos
replegarnos, callarnos y generar muchos resultados', señala.
Por
otro lado, Patarroyo continúa con su estudio sobre una nueva vacuna
contra la malaria para alcanzar una efectividad del cien por cien, pero
afirma que ha sufrido muchos inconvenientes que han retrasado la
investigación un año y medio.
'Hemos
tenido problemas financieros con el Gobierno de Colombia y con un grupo
de ecologistas que nos molestaron por el trabajo que realizamos con
monos y que insisten en que no se debe experimentar con animales', se
lamenta el doctor.
En opinión de
Patarroyo, estos ecologistas 'se dedican a fastidiar la vida ', ya que
el 95 por ciento de los simios con los que trabajan en sus estudios son
devueltos en 'estupendas condiciones' a la selva.
Tuvieron
que cerrar los laboratorios hasta que no se resolvieron ciertos
problemas que exigían estos ecologistas como que 'la luz del sol
entrase por un lado del estudio o que etólogos analizasen los monos
para comprobar que se comportaban igual en la estación que en su
ambiente', explica.
Mientras desarrolla
su nueva vacuna contra la malaria, el científico apoya 'radicalmente y
con todo el corazón' cualquier avance para disminuir la enfermedad,
tras advertir de que esa patología está aumentando de forma dramática
en todo el mundo como consecuencia del cambio climático.
'En
Colombia el dengue y la malaria están aumentando enormemente, y en
Argentina y Brasil se han disparado los casos de fiebre amarilla,
aunque ya estaba erradicada en estas zonas', alerta Patarroyo.
El
investigador afirma que no puede decir a qué velocidad se van a
transmitir estos males, pero sí que hay una 'tendencia al aumento'.
Patarroyo
destaca que hay 17 millones de muertes al año por enfermedades
infecciosas como malaria, diarrea, tuberculosis o sida y que dos
tercios de la humanidad sufren estas dolencias anualmente.
A
juicio del investigador, no se toman medidas para frenar estas muertes
porque hay muchos intereses, como 'inversiones en grandes
multinacionales farmacéuticas', y existe un desinterés por parte de
algunos gobiernos.
'En las campañas
electorales de lo primero que se habla es de salud y educación, pero
después es de lo primero que se olvidan los políticos', critica el
científico.
No obstante, Patarroyo se
confiesa un 'enamorado de las vacunas sintéticas', y está convencido de
que 'llegará el momento en que todas las personas del mundo dispongan
de sanidad básica'. Manuel Elkin Patarroyo
(Ataco,
1946) Científico colombiano. Se graduó en 1970 por la Universidad
Nacional de Colombia y un año después obtuvo su Doctorado en Medicina y Cirugía. Ese año se casó con la Pediatra María Cristina Gutiérrez, con
quien tuvo tres hijos, dos de los cuales se dedican asimismo a la
medicina. Desde pequeño Patarroyo sintió
admiración por Luis Pasteur, la inmunología y la virología, de modo que
su carrera profesional se orientó a la investigación en diversos
centros nacionales y extranjeros, en particular estadounidenses y
suecos. En la Universidad Nacional fundó el Instituto de Inmunología
del Hospital San Juan de Dios, en el cual ha adelantado investigaciones
sobre lupus, marcadores genéticos, leucemia, susceptibilidad genética
de la fiebre reumática, tuberculosis y lepra. En
1983 su equipo inició los trabajos sobre la malaria alcanzando grandes
logros: la obtención, en 1984, de una vacuna sintética (SPf 66), que se
ha ido perfeccionando y ha mostrado siempre resultados contundentes. No
obstante, desde el extranjero y dentro del país incluso, la envidia de
otros investigadores, la acción de las multinacionales farmacéuticas y
las importante sumas en juego entorpecieron la labor científica. En un
acto de generosidad, Patarroyo donó la vacuna, en nombre de Colombia, a
la Organización Mundial de la Salud (OMS) en mayo de 1993. La vacuna
fue avalada por ese organismo en 1995.
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