Una nueva técnica quirúrgica desarrollada por un cirujano argentino
podría revolucionar el tratamiento de una malformación del tórax
llamada pectus carinatum
, en la que el pecho se deforma hacia afuera. La técnica ofrece una
opción mínimamente invasiva para el tratamiento de esta afección que
suele manifestarse en la pubertad, mayormente en los varones, y que
hasta ahora se trataba con incómodos corsets o con cruentas cirugías.
"Aunque el tratamiento de esta enfermedad no es esencial para la vida,
los adolescentes lo piden por el disconfort que les genera: quienes la
padecen generalmente se recluyen, se ocultan y suelen volverse huraños,
depresivos y hasta a veces violentos en respuesta a las críticas que
reciben", dijo a LA NACION el doctor Horacio Abramson, jefe del
Servicio de Cirugía del Tórax del hospital Cetrángolo, de Vicente
López, provincia de Buenos Aires.
Abramson creó una técnica miniinvasiva para el tratamiento del pectus carinatum
que consiste en la colocación, a través de dos pequeñas incisiones a
ambos lados del torso, de una barra de acero entre el esternón y los
músculos pectorales que corrige la deformación del tórax. La barra debe
permanecer aproximadamente un año allí antes de ser retirada; sin
embargo, los resultados son inmediatos.
"El paciente sale de la operación con un nuevo tórax", aseguró
Abramson, que presentará sus primeros 40 casos en uno de los congresos
más prestigiosos de la especialidad: el de la Asociación Americana de
Cirujanos Pediátricos (APSA, según sus siglas en inglés), de los
Estados Unidos, que se realizará a fines de mayo en Phoenix, Arizona.
Allí será apadrinado -tal como exige el reglamento de APSA
para disertantes no estadounidenses- por el doctor Donald Nuss,
cirujano que hace 10 años revolucionó el tratamiento del pectus excavatum : malformación torácica que, al contrario del carinatum
, se caracteriza por el pecho hundido. La técnica de Abramson es una
suerte de técnica de Nuss invertida, ya que ésta también se basa en el
implante de una barra dentro del tórax.
Recientemente, el doctor Robert E. Kelly, jefe del
Departamento de Cirugía del Hospital de Niños de las Hijas del Rey en
Virginia, Estados Unidos, y mano derecha de Nuss, visitó la Argentina
para observar desde dentro del quirófano cómo es la técnica.
"Pienso que el doctor Abramson ha realizado una verdadera contribución con su operación para el pectus carinatum y espero que pueda ser introducida en los Estados Unidos en los próximos meses", dijo Kelly a LA NACION.
Una terapia en evolución
"El pectus carinatum es una malformación del
tórax en la que los huesos del esternón y de las costillas se proyectan
hacia afuera -explicó el doctor Kelly-. En este momento, el tratamiento
estándar es la llamada cirugía de Ravitch, que demanda entre 3 y 4
horas e implica una extensa remoción de los cartílagos del tórax."
Otra opción de tratamiento es el ortopédico, que consiste en
el uso de una suerte de corsets que se colocan como si fueran un
chaleco y que ejerce presión sobre el tórax. "Son prótesis externas que
comprimen el pecho, pero que deben ser utilizadas 16 horas por día
durante 5 a 6 años -comentó Abramson-. El problema es que muchos
abandonan el tratamiento antes de tiempo, y cuando el organismo pierde
ese encorsetamiento la malformación reaparece."
Abramson comenzó a probar su técnica justamente con pacientes
que habían fracasado con este tratamiento. De los 40 pacientes tratados
que integran su presentación en APSA, en la mitad la barra ya ha sida
retirada: "En diez de ellos los resultados fueron excelentes; en cuatro
fueron buenos; en dos, intermedios, y en dos, malos".
¿Hubo complicaciones asociadas con el uso de esta técnica? "En
los primeros casos tuvimos roturas del alambre que afianza la barra
(como resultado de la fuerza que ejerce el crecimiento del
adolescente), algunas reacciones alérgicas cutáneas, una infección y un
neumotórax -respondió Abramson-. Esas complicaciones nos llevaron a
introducir modificaciones, como utilizar alambres más gruesos o colocar
la barra debajo de los músculos pectorales y no debajo de la piel, como
hacíamos en los primeros casos."
"En los últimos 16 casos, no hemos tenido ninguna
complicación", agregó el cirujano. Además, continuó, "comenzamos a
complementar la cirugía con el uso de los corsets durante el mes
previo, para ablandar la región a tratar. Les digo a los chicos que va
a ser sólo un mes y entonces aceptan".
Una vez colocada la barra, aseguró Abramson, los pacientes no
sienten ninguna molestia. Y aunque todavía no está completamente
definido cuánto debe permanecer la barra implantada, los casos en los
que estuvo más de un año no han mostrado recaídas después de su
extracción.
"Esta cirugía no es para todos los casos -concluyó Abramson-.
En los pacientes de más edad [que ya han superado la adolescencia] esta
cirugía no es la solución; tampoco la usaría en chicos chicos. Y, por
último, hay que valorar si es una malformación que realmente requiere
tratamiento: no hay que operar porque sí."
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