Las consecuencias de dejar de hacer ejercicio pueden ser peores de lo que se creía |
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SoloCiencia.com
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viernes, 28 de marzo de 2008 |
El estudio, conducido por Paul Williams, revela que la clave para estar en forma es permanecer activo durante todo el año, año tras año, evitando los cambios estacionales de hábitos (por ejemplo, dejar de hacer footing en invierno) o las pautas muy irregulares en los ejercicios.
El precio a pagar por dejar el ejercicio es mayor de lo esperado, y
puede ser un factor importante en la epidemia de obesidad que afecta a
muchas personas en las naciones industrializadas.
Este estudio debería impulsar a las personas a pensárselo dos veces
antes de tomarse unas vacaciones en su régimen de actividad física, a
pesar de presiones familiares y obligaciones laborales, o de una
disminución en su motivación personal.
Utilizando datos obtenidos de un estudio nacional sobre la salud de
personas que hacían footing, Williams encontró que los impactos del
aumento o la disminución de ejercicios vigorosos, no son los mismos
entre todos los corredores. En distancias mayores a unos 30 kilómetros
por semana en los hombres y a unos 15 kilómetros por semana en la
mujer, el peso adquirido al correr menos, fue aproximadamente el mismo
que el peso perdido al correr más. Con este nivel de ejercicio, los
efectos del entrenamiento o los de la falta del mismo son comparables,
y los aumentos o las disminuciones de peso asociados con los cambios en
el nivel de ejercitación son probablemente reversibles.
Sin embargo, Williams encontró que las personas que no corren muchos
kilómetros por semana se enfrentan a un problema si quieren perder el
peso acumulado durante una temporada de pausa en su actividad física.
En estos niveles menos intensos, una interrupción en el ejercicio
produce un aumento de peso que no se pierde simplemente por la
reanudación del mismo régimen que se efectuaba con anterioridad.
En concreto, Williams comparó 17.280 hombres y 5.970 mujeres que
disminuyeron la distancia corrida, con 4.632 hombres y 1.953 mujeres
que aumentaron esa distancia, durante un período de 7,7 años. Descubrió
que los corredores que redujeron su distancia de 8 a 0 kilómetros por
semana ganaron cuatro veces más peso que los que disminuyeron su
distancia de 40 a 32 kilómetros por semana. También encontró que las
personas que comenzaron a correr después de una temporada de descanso
no perdieron peso hasta que su kilometraje excedió unos 30 kilómetros
por semana en los hombres, y unos 15 por semana en las mujeres.
Los resultados del estudio ponen de relieve la importancia de evitar
los patrones irregulares de ejercicio, con temporadas de actividad y
otras sin ella. El ejercicio diseñado para prevenir la obesidad tal vez
no brinde sus beneficios si es irregular, de temporada, o con
frecuentes interrupciones.
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