En quince años una de las enfermedades cardiovasculares más comunes, la hipertensión, ligada a hábitos poco saludables como el sedentarismo y la mala alimentación, pueden extender de tal forma en la población del mundo desarrollado que prácticamente la mitad de los adultos la padezcan. Especialistas reunidos en Valencia tratan de hacer frente a un problema de salud pública que se augura como epidemia global. Entre otros asuntos, debaten si los casos de la extendida hipertensión leve deben ser sometidos también a tratamiento para evitar un agravamiento.
El incremento progresivo de las cifras de hipertensión observado en
la población de los países desarrollados en la última década indica, a
juicio de los expertos, que en 2025 la mitad de los adultos de estos
países serán hipertensos. Ello apunta a que, en próximos años, esta
enfermedad, primera causa de eventos cardiovasculares, se convertirá en
una epidemia global y uno de los problemas de salud pública, siempre
que no se lleven a cabo medidas de control frente a esta enfermedad.
"Dada la envergadura de este problema, y con el objeto principal
de disminuir el número de fallecimientos por causa de esta enfermedad,
creemos necesario llevar a cabo estrategias de ámbito nacional
dirigidas a la prevención, tratamiento y control de la hipertensión",
según el doctor Luis Miguel Ruilope, presidente de la Sociedad Española
de Hipertensión-Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión
Arterial (SEH-LELHA), que celebra en Valencia su XIII reunión.
En este sentido y, por primera vez, esta sociedad, junto a 20
entidades científicas españolas están concluyendo la elaboración de la
"Declaración sobre estrategias de futuro en política sanitaria para
prevenir y controlar la hipertensión arterial".
Este especialista añade que este primer documento, que pretende
sentar las bases de una estrategia para crear un plan de política
sanitaria global en hipertensión de ámbito nacional tendrá éxito si
autoridades sanitarias, profesionales médicos, pacientes y población
general van de la mano. Así, este documento tiene como prioridad "el
control de la hipertensión en la gestión de procesos asistenciales;
potenciar la autonomía y capacidad de los profesionales sanitarios en
la prevención y control de la hipertensión arterial; mejorar el
cumplimiento terapéutico por parte del paciente, y generar evidencia
que permita cuantificar los costes y beneficios de las medidas
dirigidas a controlarla, incluyendo la reducción de incidencias
cardiovasculares".
INFRATRATAMIENTO DE LA HIPERTENSIÓN LEVE
En relación a la reunión de Valencia, los casos de presión normal
alta que pueden presentar alto o muy alto riesgo cardiovascular pueden
estar infradiagnosticados e infratratados, según señaló el médico de
familia Alberto Galgo en uno de los talleres formativos dirigidos a
Atención Primaria patrocinados por AstraZéneca .
En opinión de Alberto Galgo, la presión normal alta se define
como aquella que se encuentra entre 130-139 mmHg de sistólica y 85-89
de diastólica. "Son niveles ligeros, que no leves, y el debate se
centra en si estos índices de tensión ligera constante deben ser
tratados o no", señaló.
En la actualidad generalmente se trata de pacientes sin
seguimiento o intervención específica porque no llegan a tener una
presión elevada, según afirmó. "Merece la pena estudiarlos con el fin
de descubrir si alguno de ellos presenta riesgo cardiovascular elevado
asociado a otros factores como puede ser la diabetes", añadió.
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