La resucitación cardiopulmonar va a tener que dejar de ser conocida por la denominación popular del boca a boca, ya que, según publica el último número de la revista Circulation, insuflar aire a la persona que ha entrado en parada mientras vienen los servicios de emergencia no es imprescindible.
Los especialistas en esta materia vienen diciendo desde hace tiempo
que es mucho más importante el masaje cardiaco y esta investigación lo
confirma. De esta manera, los testigos de un evento coronario súbito
multiplicarán las probabilidades de supervivencia del individuo
afectado si colocan al paciente boca arriba y le administran un masaje
consistente en compresiones profundas y rápidas en medio del pecho; sin
intercalar insuflaciones de aire.
Eso sí, los expertos avisan de que este procedimiento es válido para
las personas que hayan sufrido una parada cardiaca, pero no en los
casos de ahogamiento o en las intoxicaciones por drogas o sustantancias
de abuso. En dichos pacientes, y al menos por el momento, deberán
seguirse las pautas convencionales de resucitación cardiopulmonar; en
las que sí se practica el boca a boca. Por este motivo, y a pesar de
que esta nueva manera de resucitación cardiopulmonar ampliar las
probabilidades de éxito (incluso las personas menos entrenadas pueden
aplicarla correctamente), los autores del trabajo apuestan porque la
población reciba formación para llevar a cabo la maniobra que también
se ayuda de las insuflaciones de aire, ya que, de ser así, se podría
actuar en un abanico más amplio de situaciones de emergencia.
Por otro lado, un estudio expuesto en la reunión anual del Colegio
Americano de Cardiología, que ha tenido lugar en Chicago (EEUU),
constituye una buena prueba de que, en muchas ocasiones, la tecnología
médica no es lo más importante a la hora de superar un evento
coronario. Concretamente, dicho trabajo concluye que el hecho de tener
un desfibifrilador portátil en casa (un artilugio del tamaño de un
maletín que está preparado para administrar descargas eléctricas en
caso de que el corazón se pare repentinamente) no aumenta las
posibilidades de supervivencia de los pacientes que ya han sufrido un
evento cardiovascular y, en consecuencia, corren más riesgo de sufrir
otro episodio similar. Según los responsables del seguimiento, que
también se ha publicado en The New England Journal of Medicine, este
dispositivo no añade ninguna ventaja a las maniobras convencionales de
resucitación cardiaca; tal y como se ha constatado en el seguimiento a
más de 7.000 pacientes cardiacos a lo largo de un periodo de tres años.
En cualquier caso, "el mensaje verdaderamente importante es que cada
minuto cuenta y que actuar rápidamente es absolutamente esencial; bien
con un desfibrilador, bien con un procedimiento manual", explican los
investigadores.
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