Según el Prof. Peter W. Wilson, ex director del Framingham Heart Study, son el colesterol, la hipertensión arterial y el tabaquismo. ¿Es posible predecir si en el futuro tendremos una enfermedad
cardiovascular? Con esta pregunta iniciaba el Dr. Peter W. Wilson,
profesor de Medicina en Atlanta (Estados Unidos) y ex director del
Framingham Heart Study, su conferencia magistral acerca del impacto de
este gran estudio sobre en las estrategias de intervención sobre riesgo
cardiovascular.
El acto, organizado por Ibermutuamur, tuvo lugar en Madrid y contó
con la participación del presidente de la Sociedad Española de
Hipertensión, el Dr. Luis Miguel Ruilope; y del director general y del
consejero médico de Ibermutuamur, Heraclio Corrales y el Dr. Javier
Román, respectivamente.
Durante su intervención, el Prof. Wilson señaló tres factores de
riesgo fundamentales a la hora de predecir si en el futuro
desarrollaremos enfermedad cardiovascular: el colesterol, la
hipertensión y el tabaquismo. Además, explicó que "las mujeres
presentan una protección mayor que los hombres ante la enfermedad
cardiovascular hasta el momento de la menopausia, tras la cual el
riesgo tiende a igualarse". En este sentido, estableció una escala de
riesgos en cuyos extremos situó a las mujeres sin diabetes (menor
riesgo) y a los hombres con diabetes (mayor riesgo). En el grupo con
riesgo intermedio estarían las mujeres con diabetes y los varones sin
diabetes.
Para el Dr. Ruilope, la medicina laboral "ofrece las mejores
oportunidades para actuar pronto en lo que se refiere al riesgo
cardiovascular". Un aspecto en el que coincide con Javier Román quien
insistió en que es necesario "crear una fuerte red de investigación
cardiovascular en el entorno laboral, ya que va a ser de un gran
beneficio para los trabajadores y, en general, para el mundo
científico". Román dio a conocer algunos de los resultados más
relevantes del Plan de Investigación Cardiovascular que, desde hace
tres años, desarrolla Ibermutuamur. Según este estudio, el 6% del
millón de trabajadores examinados, aparentemente sanos, tiene un riesgo
elevado de desarrollar una enfermedad cardiovascular.
Enfermedad cardiovascular y estilos de vida
Según el Prof. Wilson la prevención de la enfermedad
cardiovascular tiene niveles múltiples: la propia persona, la
prevención a través de la asistencia médica y la comunidad. El estilo
de vida es, por tanto, fundamental si tenemos en cuenta lo que la
propia persona puede hacer para prevenir la enfermedad. Una
alimentación adecuada y la práctica de ejercicio en los jóvenes y en
los niños resulta determinante de cara al futuro, ya que "para que una
persona joven tenga una elevada posibilidad de desarrollar una
enfermedad cardiovascular, es necesario que cuente con varios factores
de riesgo como hipertensión, diabetes, colesterol o sobrepeso".
Expertos en cardiología coinciden al señalar que las enfermedades
cardiovasculares son prevenibles de forma integral: en primer lugar,
desde antes de que ocurran, siguiendo hábitos de vida saludables, -se
estima que en torno a un 75% de las causas de estas enfermedades están
relacionadas con factores como el tabaquismo, el sedentarismo, la
hipertensión, la diabetes o la obesidad -; en segundo lugar, mediante
la detección precoz; y, finalmente, son prevenibles también sus
impactos negativos una vez que se ha manifestado la enfermedad.
Framingham Heart Study
El Framingham Heart Study es un estudio epidemiológico que comenzó
hace 60 años, y que está basado en el seguimiento de tres generaciones
sucesivas de habitantes de la localidad norteamericana de Framingham. A
partir de este estudio se desarrolla una fórmula que permite calcular
el riesgo de desarrollar una enfermedad coronaria en los próximos diez
años. Dicho estudio constituye un pilar básico, ya que se utiliza para
la toma de decisiones terapéuticas, teniendo en cuenta la estimación de
riesgo proporcionada por el modelo al introducir las características de
riesgo de un paciente concreto.
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