En la tierra de las oportunidades, en el país democrático por excelencia, las mujeres con VIH sufren más estigma y discriminación que en muchos otros lugares del mundo. Es una de las paradojas americanas. Una encuesta a 5.000 ciudadanos estadounidenses revela que uno de cada cinco hombres no querría conocer a una mujer infectada por el virus y un 86% considera que estas señoras no deberían tener hijos.
Los datos, presentados por amfAR (La Fundación de investigación
sobre el sida de EEUU), muestran que la discriminación no se centra
sólo en el ámbito de las relaciones personales, sino que se extiende a
otros terrenos, como el laboral. Así, entre los encuestados, con edades
entre los 18 y los 44 años, un 68% afirma que "se sentiría muy incómodo si su dentista fuese una mujer seropositiva" y un 59% dice que no le gustaría que una doctora con VIH tratara a sus hijos.
"Estos resultados, además de favorecer el estigma, indican una falta
de conocimiento sobre las vías de transmisión del VIH", declaran los
autores del trabajo.
En cuanto al propio estado serológico, el 40% de los participantes está seguro de que nunca se ha hecho las pruebas para detectar el virus y, de ellos, un 80% afirma que no lo cree necesario porque está 'seguro' de que no tiene VIH.
"Muchas mujeres creen erróneamente que no están en riesgo de
contraer la infección", ha explicado Regan Hoffman, una mujer
seropositiva. "Mientras casi todas las señoras saben y son conscientes
de que se pueden quedar embarazadas si mantienen relaciones sexuales
sin protección, incluso una sola vez, no piensan en el riesgo de
infectarse por el VIH", añade.
La epidemia se feminiza
Según los datos de ONUSIDA, 33,2 millones de personas vivían con VIH
en 2007. El 46,3% de ellas eran mujeres. El porcentaje se eleva en el
caso del África Subsahariana, donde el 74% los jóvenes entre 15 y 24
años que tienen el virus son chicas.
En Estados Unidos, el país donde se ha llevado a cabo la encuesta, el 27% de las nuevas infecciones que se registraron el año pasado se dio en mujeres,
el triple que en 1985. El VIH es la quinta causa de muerte entre las
mujeres estadounidenses entre los 34 y los 44 años y la sexta entre las
chicas de 25 a 34 años.
"En la mente de muchas personas el sida ya no es una crisis en
EEUU", explica la doctora Susan Blumenthal, de amFAR. "Esta
complacencia ha ocultado el cambio de cara que ha experimentado la
epidemia y el gran aumento de mujeres que se han infectado en la última
década. Esta encuesta debería servir como llamada de atención", indica.
Blumenthal señala que "las mujeres, que han sido siempre ignoradas
en los ensayos clínicos, deberían convertirse en una prioridad en las
estrategias sobre sida".
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