Una única célula es la progenitora de tres linajes celulares cardiacos. A partir de ella, un grupo internacional de investigadores ha logrado generar cardiomiocitos y células de músculo liso y del endotelio vascular, un paso más en el campo de la investigación con células madre.
Muchas veces se ha especulado con la posibilidad más o menos cercana
de emplear células madre para el tratamiento de diversas enfermedades,
entre ellas el infarto de miocardio. Pero, a pesar de algunos buenos
resultados, las dificultades para emular el tejido cardiaco eran
frecuentes.
Un equipo formado por científicos canadienses, estadounidenses y británicos ha realizado un importante hallazgo. Han logrado identificar una única célula progenitora a partir de la cual se forman tres tipos diferentes:
cardiomiocitos (que se ocupan de la contracción), células del músculo
liso vascular y endoteliales (que recubren el interior de los vasos).
Basándose en sus conocimientos acerca de los linajes celulares
cardiacos y su desarrollo en ratones, los autores del trabajo,
publicado esta semana en la revista 'Nature', trataron de dirigir la diferenciación de células madre embrionarias hacia las tres clases celulares citadas.
Añadiendo a un medio de cultivo factores de crecimiento y otras
moléculas que modulan el desarrollo hacia estos linajes, los
investigadores obtuvieron al cabo de dos semanas una población que latía,
del mismo modo que lo haría formando parte de un corazón. Además de
estos cardiomiocitos, identificaron células del endotelio y del músculo
liso vascular.
"Creo que es fascinante pensar en que puedes coger una célula,
ponerla en un plato y 12 ó 14 días después tienes poblaciones que se
contraen como las células cardiacas humanas", ha explicado a
'NewScientist' Gordon Keller, biólogo celular del Centro de Medicina
Regenerativa McEwen en Toronto, Canadá.
Pero Gordon y sus colegas no se quedaron ahí, sino que dieron un
paso más. Cogieron unas cuantas células progenitoras, las que dan
origen a los tres tipos, y, una vez marcadas con fluorescencia, las inyectaron a ratones para observar su comportamiento 'in vivo'.
Al cabo del tiempo, sus células hijas, que portaban ese marcaje
lumínico, aparecían en varias estructuras del corazón de los roedores:
en el músculo cardiaco, endotelio y músculo liso vascular.
También las trasplantaron directamente al corazón de ratones que había sufrido un infarto. Dos semanas después, la función cardiaca de los operados había mejorado considerablemente, con una fracción de eyección un 31% superior a la de los no intervenidos.
La identificación de estas células originarias "proporciona una
oportunidad única para investigar los mecanismos que regulan el
comienzo del desarrollo cardiaco en humanos", señalan los autores.
Además, añaden, "supone una fuente rica de progenitores para crear
tejidos cardiovasculares 'in vitro'".
El campo de la regeneración de tejido cardiaco es uno de los más
concurridos. El pasado verano, un equipo de la Universidad de
Washington anunció creación de células del corazón a partir de células madre embrionarias
y su uso para reparar corazones dañados. Meses más tarde, el pasado
febrero, se publicó un trabajo de investigadores de la Universidad de
Minnesota que habían creado un corazón íntegro en el laboratorio.
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