En otras palabras, una de
cada doce personas padece estas afecciones en forma crónica, lo que la
expone al riesgo de desarrollar cirrosis, cáncer de hígado o falla
hepática. Y si bien hoy existen tratamientos capaces de frenar la
evolución natural de la enfermedad -o incluso curarla, en muchos
casos-, la mayoría de los afectados no accede al tratamiento por una
sencilla razón: desconoce que está infectado. En la Argentina, se
estima que menos de la mitad de los infectados lo sabe.
"Todos han oído hablar del VIH, pero son muy
pocos los que saben algo acerca de los virus que causan las hepatitis B
y C, aun cuando, sumadas, afectan a un número de personas diez veces
mayor que las que están infectadas con el virus del sida", dijo Charles
Gore, presidente de la alianza, en una conferencia de prensa realizada
en el 43° Encuentro Anual de la Asociación Europea para el Estudio del
Hígado, que reúne en esta ciudad a más de 6000 especialistas.
Cada año, aproximadamente un millón y medio de
personas mueren por la infección crónica causada por los virus HVB y
HVC. "Creemos que a menos que se tome más conciencia de este problema
no realizaremos ningún progreso en reducir su enorme y mayormente
prevenible mortalidad. La idea de esta campaña es colocar a las
hepatitis B y C en la agenda de salud global", agregó Gore, que fue
diagnosticado con hepatitis C en 1995 y preside también la Asociación
Europea de Pacientes Hepáticos.
Por eso, la campaña concluirá el 19 de mayo
próximo, con actos públicos en varias ciudades (entre ellas, Buenos
Aires) en las que se declarará esa fecha Día Mundial de la Hepatitis.
Ese mismo día, en Ginebra, Suiza, se reúne la Asamblea Mundial de la
Salud; la Alianza Mundial de la Hepatitis pedirá a los representantes
de los gobiernos allí reunidos que adhieran a un programa de doce
puntos para la lucha contra estas enfermedades.
"En la Argentina, se estima que la prevalencia de
la hepatitis B es de entre el 1 y el 2% de la población, mientras que
la hepatitis C es del 1%; pero todas éstas son estimaciones; ya que no
existen datos nacionales", comentó el doctor Adrián Gadano, jefe de la
Sección de Hígado del Hospital Italiano de Buenos Aires. Justamente,
uno de los doce puntos que integran el programa de lucha contra estas
enfermedades es la implementación de estudios epidemiológicos y la
difusión pública de sus resultados.
"Uno de los problemas en América latina es que
los países no cuentan con información epidemiológica sobre las
hepatitis B y C -dijo Gore a LA NACION-. Por eso alentamos a sus
gobiernos a que inviertan más dinero en vigilancia epidemiológica, que
es fundamental para conocer cuán grande es el problema y para poder
determinar si es efectiva cualquier intervención que se realice para
reducir su impacto."
Algunos de los puntos más relevantes del programa
son la provisión en forma gratuita, por parte de los Estados, de los
tests para el diagnóstico de las hepatitis B y C; la creación de
programas nacionales de vacunación (existen vacunas contra la hepatitis
B), y que los gobiernos se planteen metas para la reducción de la
prevalencia y de la mortalidad de la hepatitis. "Lo que queremos es que
sean metas cuantificables, que permitan determinar si se cumplen o no",
agregó Gore.
De aquí al 19 de febrero próximo, la Alianza
Mundial contra la Hepatitis realizará una campaña de difusión en 40
idiomas a través de publicidad en la vía pública, postales, Internet,
entre otros, con el lema de "¿soy el número doce?". "La idea es que la
gente se acerque a la página web de la campaña ( www.soyelnumero12.org
)", concluyó Gore.
Causa: es la inflamación del hígado, que se defiende contra los virus HVB y HBC.
Transmisión: se contagia principalmente a través
de la sangre (transfusiones, uso de drogas inyectables) o de relaciones
sexuales sin preservativo.
Evolución: la hepatitis puede causar cirrosis,
cáncer de hígado o falla hepática, loque lleva a la necesidad de un
trasplante hepático.
Prevención: la hepatitis B se previene con una
vacuna; la B y la C, usando preservativo, no compartiendo agujas y
controlando las transfusiones.
Tratamiento: hay drogas que controlan la enfermedad, y en muchos casos hasta pueden curar la infección.
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