Desde hacía 18 años no se hacía una Encuesta Nacional de
Salud. Para esta, expertos recogieron información durante nueve meses
sobre cómo está la salud de los colombianos. Los resultados revelan
retos para mejorar la prevención de enfermedades y el acceso y costo
para los pacientes.
Ya no hay excusa. El gobierno tiene en sus manos un completo
estudio que revela cómo está la salud de los colombianos y con base en
éste deberá diseñar políticas muy completas que mejoren el bienestar de
la gente.
Durante
nueve meses, el Centro de Proyectos para el Desarrollo (Cendex), de la
Universidad Javeriana, y la firma Sistemas Especializados de
Información (SEI) hicieron la Encuesta Nacional de Salud en 235 municipios de todos los departamentos del país, un estudio que no se hacía desde hace 18 años.
La
encuesta abarcó cuatro frentes. El primero, más de 41 mil hogares a
donde fueron los encuestadores para recoger información sobre el tipo
de vivienda y sus servicios y sobre los conocimientos y la ejecución de
prácticas para prevenir enfermedades. El segundo, 1.200 Instituciones
Prestadoras de Servicios de Salud (IPS), donde encuestaron a los
pacientes sobre la atención que reciben. El tercero, médicos a quienes
preguntaron sobre los recursos con que cuentan para desarrollar su
labor. Y, finalmente, recogieron información sobre el desempeño de las
direcciones locales de salud, la infraestructura con que cuentan sus
municipios, qué programas se han desarrollado para evitar enfermedades
y cómo se ha hecho la vigilancia pública de los recursos.
Los resultados de ese estudio fueron presentados este jueves
ante académicos y analistas “para que ellos hagan las respectivas
interpretaciones. Lo que estamos entregando, por ahora, son resultados
obtenidos sin ningún análisis”, según explicó Carlos Jorge Rodríguez,
viceministro Técnico del Ministerio de la Protección Social.
En
general, los colombianos dijeron que sus condiciones de salud son
buenas, pero se evidencia un vacío en la prevención. Tal y como se
venía revelando en investigaciones académicas y encuestas clínicas, el
reciente estudio confirma que las principales enfermedades que llevan a
los colombianos a ser hospitalizados son las cardiovasculares, seguidas
por las cerebro-vasculares como las trombosis y embolias y en tercer
lugar se sitúa la hipertensión.
Además, de cada 100 colombianos entre los 18 y 69 años 13 sufren de obesidad, 3 son diabéticos y 8 tienen el colesterol alto.
Desde
hace mucho tiempo se viene hablando de que hay que promover campañas
para una alimentación adecuada y para hacer ejercicio, que es una buena
práctica para evitar este tipo de enfermedades. Pero no hay una
política firme y constante. Hasta ahora, se han visto sobre todo,
esfuerzos individuales de administraciones locales, el sector privado o
algunas instituciones públicas.
Una de las más reconocidas es la del Día del Desafío,
que consiste en que sólo por un día del año, la gente en todo el mundo
dedique aunque sean 15 minutos de su tiempo a caminar o trotar. La
próxima jornada será el 28 de mayo, pero los organizadores, entre los
que se encuentra Coldeportes, han emprendido una campaña para que de
todos los municipios del país se inscriban a más tardar este 3 de mayo
(para saber dónde inscribirse haga clic aquí)
Es
que, según se ha interpretado, parece que no hay mucho conocimiento
sobre cómo prevenir las enfermedades que podrían desencadenar en casos
graves. Carlos Ignacio Cuervo, viceministro de Salud, se declaró
sorprendido por el desconocimiento que hay sobre la manera como se
transmiten la malaria y el dengue. “Donde menos se conoce la manera de
prevenir esas enfermedades son lugares de bajo estrato, los más
expuestos a este tipo de enfermedades”, explicó.
Sobre la
rabia, no se entregaron resultados, a pesar de la preocupación que
genera porque sorprende que en pleno siglo XXI haya en Colombia
personas que todavía mueren por esta enfermedad y, peor aún,
transmitida por animales domésticos cuando para prevenirla basta con
una vacuna. Los últimos casos revelan falencias en el manejo de la
vacunación en el país.
Otra causa de mala salud es el consumo
de sustancias tóxicas. Los encuestadores les aplicaron el test de Cage
a personas desde los 12 hasta los 69 años. En el cuestionario, le
preguntaban a cada encuestado si lo han criticado por su manera de
beber, se ha sentido culpable por su actividad alcohólica y si ha
sentido la necesidad de tomar licor por la mañana. Los resultados
mostraron que por cada 100 encuestados, 8 dependen del alcohol.
Otro
vicio que aqueja a los colombianos es el consumo de cigarrillo. El
reciente estudio reveló que 13 de cada 100 fuman, pero, según Jesús
Rodríguez, director de la investigación, éste es un dato positivo. “Si
tenemos en cuenta un estudio que se hizo en 1993, que reveló que el
consumo era del 24 por ciento y otro de 1999 que dijo que en ese
momento era del 19 por ciento, entonces está disminuyendo”.
En
materia de prevención, lo ideal sería que la gente se haga chequeos
médicos con periodicidad, además de tener buenas condiciones de hábitat
y alimenticias y no tener vicios. Pero parece que las visitas al médico
no son tan comunes como deberían ser. De acuerdo con lo encontrado en
la encuesta, los colombianos consultan el estado de su salud sólo
cuando es eminentemente necesario.
Las principales razones por
las que las personas van a consultas externas son controles de embarazo
y después del parto, las citas programadas cuando la gente tiene una
enfermedad crónica, como las cardiovasculares o la diabetes, y, quién
lo creyera, los dolores de espalda. He ahí un reto para las
Administradoras de Riesgos Profesionales (ARP), porque, buena parte de
los dolores lumbares se debe a malas posturas durante el trabajo.
Pero,
¿por qué la gente no va a donde el médico? Las razones son apenas
obvias, pero representan un inmenso reto para las políticas de salud
que se vayan a implementar. Por un lado, hay razones como que el
problema la dolencia se quitó sola, porque la gente no considera que
hay necesidad de consultar o por simple descuido. O sea, buena parte de
los colombianos creen que en su casa pueden curar sus dolencias sin
necesidad de ir al médico.
Hay otros ítems más preocupantes.
Por ejemplo, hay un alto número de personas que no consultan al médico
porque no tienen dinero para pagar la cita, porque les toca esperar
mucho para recibir atención o porque no tenían a dónde acudir. Llama la
atención este resultado, sobre todo después de años de incrementos
sostenidos en la inversión pública en salud. Por eso, no sólo deberán
repensarse las políticas actuales de salud, sino también la eficiencia
de la gestión pública.
Por el lado de las IPS, el estudio dice
que éstas consideran que tienen los recursos necesarios para atender a
sus usuarios, demostraron que sí conocen bien las guías que emite el
Ministerio de la Protección Social, que tienen suficiente tiempo para
la consulta de los pacientes, que sí cuentan con los insumos
necesarios, que los consultorios están bien equipados y que conocen
normas técnicas.
Ahora viene una gran inquietud. Si todo está
tan bien, ¿por qué en 18 de cada 100 casos de pacientes atendidos hay
errores o accidentes, según reveló otro estudio? Este lo había revelado
el propio ministro Diego Palacio hace apenas unos días y causó
molestias entre las agremiaciones de médicos, porque sintieron que los
estaban culpando de una situación que no dependía sólo de ellos, sino
del sistema de salud en general. Semana.com registró la controversia en
el artículo ‘Salud en Colombia pide remedios’.
En
aquel momento, voceros de academias y federeaciones médicas criticaron
que la salud se hubiera convertido en un negocio. Precisamente, la
Encuesta Nacional de Salud dice que en Colombia, de las instituciones
que prestan servicios de salud, el 84 por ciento son privadas y sólo el
12 por ciento son públicas.
Según el estudio, las
administraciones locales sí están haciendo vigilancia y control
permanente sobre muertes de recién nacidos, de madres y sobre
fallecimientos por infecciones respiratorias agudas y enfermedades
diarreicas agudas. Los índices de vigilancia sobre desnutrición, el
agua y los alimentos sí son más bajos, otro elemento para fortalecer en
caso de darse un revolcón en políticas de salud pública.
Por
ahora, apenas se pueden ver algunos retos potenciales. Pero dentro de
un mes se hará una segunda entrega más detallada con análisis e
interpretaciones que tendrán que desencadenar en un plan que sirva para
mejorar la salud de los colombianos, sin ninguna excusa para no hacerlo.
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