Un nombre muy complicado para un descubrimiento sencillo. Tras el difícil término de Interleukina2-tirosina kinasa (ITK) se esconde una proteína de las células humanas que influye en varias fases de la replicación del VIH. Es decir, la proteína ayuda al virus a infectar el organismo. Un equipo de investigadores estadounidense acaba de descubrir que si se inhibe, se puede bloquear el proceso de infección.
Según explican los autores en la revista 'Proceedings of the
National Academy of Science' (PNAS), donde publican su trabajo, este
hallazgo "podría ofrecer un nuevo camino para desarrollar fármacos que no generen resistencias, como ocurre con los actuales".
La mayoría de los medicamentos que se usan para combatir el VIH se
dirigen a las proteínas del propio virus. Pero el virus del sida se
caracteriza por mutar rápidamente, por lo que estas proteínas también
cambian y se vuelven resistentes a los fármacos. Para evitarlas, los
médicos optan por cambiar de fármacos y por combinar varios entre sí,
pero esta estrategia no siempre da resultado y, además, aumenta los
efectos secundarios.
El interés de esta investigación, según sus autores, reside en que
se centra en una proteína de las células humanas, que son menos
propensas a las mutaciones, por lo que es más eficaz actuar sobre
ellas, y además ayudan al VIH a propagarse. "Saber cómo actúa la ITK es
una importante contribución al estudio del virus".
Cuando el VIH entra en el cuerpo humano, infecta las células T
(células defensivas) y se aprovecha de ellas para extenderse. El
estudio muestra que si se inhibe la ITK, el virus no puede aprovechar
como le gustaría a las células T y su propagación por el organismo se
vuelve mucho más lenta.
"El trabajo nos anima a probar estas proteínas como futuras dianas
terapéuticas", explica a elmundo.es Pamela Schwartzberg, una de las
investigadoras de los Institutos Nacionales de Salud de Bethesda
(EEUU). "Lo más importante es que hemos sido capaces de averiguar que al inhibir la ITK perjudicamos muchas fases del ciclo de vida del VIH",
añade Andrew J. Henderson, otro de los autores, quien sin embargo
reconoce que "son observaciones muy preliminares y aún necesitamos
conocer el mecanismo a fondo".
Nuevas herramientas para viejos interrogantes
"Este hallazgo es uno de los muchos que llegarán en los próximos
años sobre las proteínas que interactúan con el VIH, porque es un tipo
de investigación que se basa por una parte en un marco teórico conocido
desde hace tiempo, pero para el que ahora contamos con las nuevas
tecnologías", reconoce el experto José Alcamí, director del Laboratorio
de Inmunopatología del sida del Instituto de Salud Carlos III. En
resumen, "ahora contamos con nuevas herramientas para viejos interrogantes".
Según explica este especialista, "podríamos decir que el virus se ha
agotado. Ya sabemos casi todo de cómo funcionan sus proteínas. Ahora
tenemos que centrarnos en ver cómo la célula humana le ayuda a
propagarse por el organismo y, para ello, contamos con las técnicas de
genómica y proteoma".
El trabajo que revolucionó el campo de la investigación con VIH fue el de Abraham Brass, que descubrió que había unas 300 proteínas humanas
implicadas en el proceso de infección del VIH, de las que se desconoce
cómo actúan más de la mitad. "Ahora se irán descifrando".
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