'Secuenciación' y 'genómica' son dos términos cada vez más estrechamente unidos a la lucha contra el cáncer. Un consorcio internacional va a tratar de descifrar las mutaciones genéticas más comunes de 50 tipos de cáncer en los próximos 10 años. Los promotores de esta iniciativa confían en que este trabajo sirva, esta vez sí, para que la llamada medicina personalizada comience a dar sus frutos y llegue al paciente en forma de tratamientos más eficaces.
El cuerpo humano está formado por 10 billones de células, en cuyo
núcleo se almacena la información genética básica para la vida. Cuando
alguna de esas células se transforma en cancerígena (por ejemplo, por
el estímulo externo del humo del tabaco), 'algo' sucede en ese núcleo
capaz de alterar el genoma de la célula, su huella genética. Siguiendo
los pasos del Consorcio Genoma Humano, el nuevo proyecto internacional
del genoma del cáncer (ICGC, según sus siglas en inglés) tratará de
identificar qué alteraciones del ADN son las que están detrás la
aparición de un tumor.
Hasta ahora, como ha reconocido uno de los integrantes del proyecto,
el profesor británico Mike Stratton, especialista del Wellcome Trust
Sanger Institute, se ha ido avanzado poco a poco para conocer el genoma
del cáncer; pero ya era hora de "aprovechar las modernas técnicas de secuenciación del ADN" y aplicarlas en este terreno a gran escala.
La idea, como él mismo explica al diario 'The Times',
es obtener una imagen completa de todas las anomalías genéticas que dan
lugar a un tumor. Para ello, secuenciarán el genoma completo de las
células malignas obtenidas de 500 pacientes diferentes y una vez que
tengan su código genético lo compararán con el de células sanas. De
esta manera pretenden identificar las mutaciones o cambios genéticos
que están presentes en, al menos, el 3% de las muestras que se van a
analizar.
Nueve participantes
Los nueve miembros de la iniciativa son Australia, Canadá, China,
Francia, la India, Japón, Singapur, Reino Unido y EEUU. Asimismo, la
Comisión Europea está integrada en el proyecto (centralizado en la
universidad canadiense de Ontario) con estatus de observador. Cada uno
de ellos, a través de una institución u organismo, analizará al detalle
un tipo o subtipo de cáncer, y se estima que los trabajos tendrán un coste aproximado de 13 millones de euros (20 millones de dólares) por cabeza.
Hablar de 'cáncer' es hablar de cientos de enfermedades diferentes,
con sus diversos subtipos y estadios. Cada uno de ellos está guiado por
combinaciones de mutaciones diferentes entre sí, y los investigadores
pretenden desentrañar cuáles de estas mutaciones son importantes en la
aparición o expansión de las células malignas, o cuales son,
simplemente, fortuitas. Aunque hasta ahora se han descrito anomalías en unos 350 de los 20.000 genes que tiene el ser humano, todavía sigue sin conocerse con exactitud cuáles y cuántos son realmente los 'genes del cáncer'.
Como ha declarado Elias Zerhouini, director del National Institute
of Health, representante de EEUU en este consorcio, el proyecto tiene
la intención de poner a disposición de la comunidad científica sus
resultados tan pronto como sus trabajos vayan arrojando frutos. Además,
invita a otros países y organizaciones a sumarse a este esfuerzo.
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