Un equipo de bioquímicos de la Universidad de Tubinga (Alemania) pretenden llegar al nivel atómico de la intersección virus-célula. Determinando la estructura de esta unión -en un futuro no muy cercano- se la podría impedir.
Para Thilo Sthele del
Intituto de Bioquímica de la Universidad de Tubinga, los virus son
estructuras fascinantes. No son seres independientes, sino que con su
reducida información gneética y su parca estructura se concentran en lo
esencial, para poder penetrar en células vivientes y reprogramarlas
para su propia proliferación. “Es un concepto genial”, asevera Thilo
Stehle, a pesar de lo espantoso que resultan por poder transmitir
enfermedades y causar la muerte. Los antibióticos no pueden
combatirlos, los anticuerpos del sistema inmune no siempre son más
fuertes que ellos.
Cristalizando la célula con virus
Stehle se ha fijado
como tarea la investigación del primer paso del virus: el ataque a la
célula. “Esto es lo más interesante para el desarrollo de medicamentos,
pero estamos apenas al comienzo”, explica el investigador. Su equipo se
encarga de limpiar las proteínas atacadas por el virus, cristalizarlas
y analizarlas con rayos X. El resultado es la estructura atómica
tridimensional del punto de la interacción. Los adenovirus- -los que se
encargan de infecciones como resfriados o gastroenteritis- son objeto
de estudio de este equipo. “Las infecciones con adenovirus generalmente
no son peligrosas, sin embargo hace algún tiempo murió mucha gente por
su causa”, dice Stehle. Sin embargo, los virus no pueden atacar
cualquier célula, sólo aquéllas en las que encuentran receptores
adecuados.
Los bioquímicos de
Tubinga se han propuesto, entonces, un análisis de la relación
célula-virus que llega al nivel del átomo. “Para todo el proceso de
análisis hay que calcular entre dos y tres años”, informa Stehle. La
limpieza de la proteína puede tomar varios meses; después de la
cristalización posterior se extrae toda el agua. Esta mínima gota se
sella. Entre 10 y 20 miligramos de cristal proteico se necesitan para
el examen con rayos X. Luego, al enfocar los rayos hacia el cristal,
éstos son reflejados proyectando la estructura del complejo proteico.
“Para luego extraer de esta imagen la estructura proteica tenemos se
requiere de cálculos complejos”, explica.
Las imágenes
tridimensionales del contacto virus-célula deja claro cuán complicado
es el proceso. No siempre se trata del principio de la llave y el
cerrojo. La mayoría de las veces son mecanismos de compuertas o de una
unión en dos puntos, en cuyo caso la segunda sólo puede ocurrir cuando
la primera ha concluido. “Este último tipo de unión se da en la
infección con el virus del SIDA”, explica Stehle y añade que “nadie ha
logrado bloquear esta unión”. Los medicamentos para tratar infecciones
virales se basan en otros mecanismos.
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