Las investigaciones sobre 'stents' podrían no ser todo lo transparentes
que debieran, según revela un trabajo. Este estudio, publicado en 'PLoS ONE'
muestra que en la gran mayoría de ensayos publicados en 2006 sobre el
tema ni se especificaba de dónde provenía la financiación ni se
aclaraba si los autores recibían fondos de alguna compañía del sector.
Esta falta de información podría estar sesgando la interpretación de los estudios, según remarcan los autores del trabajo, un equipo del Instituto de Investigación Duke Clinical (EEUU).
Para llevar a cabo su investigación, este grupo de investigadores
rastreó la literatura médica publicada en 2006 en busca de artículos
sobre stents'. En total, encontró 746 artículos, que habían sido publicados en 135 revistas y escritos por 2.985 autores.
En cada uno de ellos se analizó la presencia de una declaración de
intereses de los investigadores (una especificación de las relaciones
mantenidas con la industria) y si se aclaraban las fuentes o tipos de
apoyo económico, entre otros factores.
Los resultados fueron sorprendentes: el 83% no contenía ningún tipo de declaración de intereses por parte de los autores y el 72% de los trabajos no incluía información sobre la fuente de financiación del estudio.
La incredulidad de los investigadores fue en aumento cuando realizaron una mera comprobación en Internet.
Al buscar de forma aleatoria información sobre varios autores
descubrieron que algunos de los que habían asegurado no tener ningún
conflicto de interés, en realidad "habían fundado una compañía
productora de 'stents', eran miembros de un consejo asesor de una
empresa del ramo o tenían una consultoría para productores o compañías
que fabrican fármacos relacionados con el uso de stents".
Los investigadores añaden en su trabajo que "en las raras ocasiones
en los que los autores señalaban sus intereses financieros, la
información tampoco se aportaba de forma consistente".
Según indican, la culpa de esta falta de datos importantes no sólo
la tiene la actitud de algunos autores, sino también gran parte de las
revistas médicas, que no solicitan la información necesaria antes de
publicar un trabajo.
Los autores matizan que las más prestigiosas y con mayor impacto
tendían a publicar declaraciones de intereses de un modo más adecuado
que el resto de publicaciones; sin embargo, sugieren que la falta de una política generalizada de actuación está afectando a la calidad de información que le llega al usuario.
"Se sabe tan poco sobre cómo deciden los editores publicar los
estudios como sobre el modo en que juzgan los autores la relevancia de
sus relaciones con la industria y por qué deciden hacerlas o no
públicas", señalan los investigadores, quienes reclaman más trabajos al
respecto.
"Nosotros hemos documentado evidencias de un problema con la transparencia
que afecta a todo el sistema y que tiene implicaciones importantes en
el cuidado de los pacientes", remarcan los investigadores, quienes
también alertan de los peligros de un sistema que sólo aparentemente
protege al ciudadano de los intereses comerciales.
"Este sistema hace que exista una impresión de transparencia que
podría fomentar la subestimación del impacto de los conflictos de
interés en la integridad de la ciencia médica", concluyen.
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