Basada
en investigaciones de la escuela de medicina de la Universidad
Dartmouth, la llamada “slow medicine” o medicina sin prisas exhorta a
los doctores a ser moderados al considerar tratamientos que podrían
implicar altos riesgos y resultados limitados para los adultos mayores,
y educa a pacientes y familias para evitar viajes innecesarios a las
salas de emergencia y hospitalizaciones, que deben enfocarse a personas
con enfermedades tratables y no a quienes experimentan la inevitable
erosión de la edad avanzada.
La “slow medicine”,
que comparte con los asilos para enfermos terminales el objetivo de
brindar comodidad en lugar de curar, es cada vez más común en las casas
de reposo para ancianos. Sin embargo, para los que viven en sus hogares
un susto médico por lo general termina con una llamada a los servicios
de emergencia, con pocas oportunidades de optar por otra alternativa.
Por otro lado, el
director de la facultad de medicina de la Universidad de California en
Los Angeles (UCLA), el doctor Tom Rosenthal, señaló que los
tratamientos “agresivos” para adultos mayores en hospitales de cuidados
intensivos pueden llegar a ser “inhumanos” y que una vez que el
paciente y su familia entran en ese sistema, “es realmente difícil
salir de ahí.
“Nuestra cultura
tiene la idea preconcebida de que se hará todo lo posible”, dijo
Rosenthal, añadiendo que el ritmo de un hospital también “desanima las
pláticas francas y directas”.
Eso significa que lo
mejor sería explicar desde un principio que los adultos mayores
raramente se salvan de un paro cardiaco con resucitación
cardiopulmonar, o que una cadera rota puede implicar no volver a
caminar nunca, con o sin cirugía, a menos que tenga la energía para
realizar terapia física.
“Es prácticamente un
accidente cuando alguien obtiene lo que quiere”, dijo el doctor Mark B.
McClellan, ex administrador de Medicare. “El control personal, la
calidad de vida y la oportunidad de tomar buenas decisiones no es algo
automático en nuestro sistema, y eso debe cambiar”.
El término “slow
medicine” fue acuñado por el doctor Dennis McCullough, geriatra de
Dartmouth y autor del libro My Mother, Your Mother: Embracing Slow
Medicine, the Compassionate Approach to Caring for Your Aging Loved One
(Mi madre, tu madre: medicina sin prisas, el enfoque compasivo para
cuidar a tu ser querido viejo).
Una de las duras
verdades en torno a este tema es que nueve de cada 10 personas que
viven más allá de los 80 años no podrán cuidarse por sí solas, ya sea
por fragilidad o por demencia. “Todos piensan que correrán con suerte,
pero no podemos confiar en ese mito”, comentó McCullough. “Si se hace
evidente que nunca más vivirás de manera independiente o que
enfrentarás un periodo indeterminado de incapacidad, lo mejor es
reorganizar las ideas”.
Y agregó: “es necesario entender lo que enfrentas, lo que quieres evitar y lo que quieres que suceda”.
(*) Jane Gross / Traducción: Mariana ToledoComentarios reservados a usuarios registrados. Por favor ingrese al sistema o regístrese. Powered by AkoComment! |